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El independentismo radical acusa a España de los atentados del 17-A ante 39 cónsules
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Quinto aniversario de los atentados

El independentismo radical acusa a España de los atentados del 17-A ante 39 cónsules

Una plataforma que alimenta la teoría de la conspiración ha enviado 39 cartas para resucitar su causa a nivel internacional. Esta corriente, defendida por Laura Borràs, ya fue desmontada en 2017, tras el aviso de Interior a los Mossos

Foto: La expresidenta del Parlament Laura Borràs participa en la protesta de la Plataforma 17-A, Exigim Responsabilitats en el quinto aniversario de los atentados. (EFE/Alejandro García)
La expresidenta del Parlament Laura Borràs participa en la protesta de la Plataforma 17-A, Exigim Responsabilitats en el quinto aniversario de los atentados. (EFE/Alejandro García)
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Un escueto mensaje comenzó a correr entre los círculos independentistas catalanes más extremistas a principios del pasado mes de julio: “17-A. Exigimos responsabilidades. Hará cinco años del atentado en Cataluña y aún no se ha hecho justicia. Os convocamos el próximo 17 de agosto a las 12 horas ante la sede de la UE”. Era el comienzo de una operación destinada a menoscabar la imagen de España en el exterior, vinculando el atentado yihadista de 2017 con los servicios secretos españoles y con el presunto espionaje a dirigentes soberanistas a través del programa Pegasus. Esta corriente, que se materializó este miércoles con un boicot durante el homenaje a las víctimas, encabezado por Laura Borràs, busca incluso ganar adeptos internacionalmente y alimentar de nuevo la teoría de la conspiración sobre la matanza terrorista. Tanto, que a través de una plataforma se han enviado cartas a 39 cónsules en Barcelona y esperan hacer lo propio ante la UE.

"La confirmación de que tras los ataques terroristas del 17 de agosto de 2017 había los servicios de Inteligencia españoles hace necesaria una respuesta contundente", dice la misiva enviada el 26 de julio a los cerca de 40 cónsules y que será entregada también en Bruselas. "Casos recientemente descubiertos como el uso del sistema de espionaje de comunicaciones Pegasus, las conspiraciones del exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y la declaración en sede judicial del comisario jubilado Villarejo revelando que tras el imán de Ripoll (presunto cerebro de los atentados) estaban los servicios secretos españoles en la llamada operación Cataluña, nos abre los ojos a una realidad terrible: un crimen de Estado que, de hecho, ya había anunciado previamente el mismo exministro de Asuntos Exteriores, García-Margallo, al anunciar a los medios de comunicación: ‘En agosto pasarán cosas en Cataluña”, añade el escrito.

La plataforma pretende entregar una carta a los responsables de la oficina de la UE en Barcelona con esa lectura de los hechos. “La UE solo intervendrá si somos capaces de hacer una demostración de fuerza no violenta que no les permita seguir mirando hacia otro lado. La falta de respuestas por parte del Estado y la inacción del Govern de la Generalitat los últimos cinco años nos impulsan a pedir la intervención de los organismos de la UE, eventualmente, el apoyo de los países que padecieron víctimas mortales o heridos”, subrayan. La misiva también acusa a los altos cargos del Gobierno central de encubrir a los verdaderos responsables de la masacre.

Foto: Comparecencia de Carles Puigdemont, junto a Oriol Junqueras y Ada Colau, tras los atentados del 17 de agosto de 2017. (EFE/Quique García)

Esta campaña de guerra sucia es alentada por un sector de Junts per Catalunya (JxCAT), que pretende sacar réditos políticos del tema. De hecho, la dirigente del partido y expresidenta del Parlament, Laura Borràs, estuvo este miércoles en la protesta convocada durante el homenaje a las víctimas. También forman parte de este círculo activistas nacionalistas que viven por y para las redes sociales o militantes que representan a distintos colectivos. El diputado de Junts y abogado de Puigdemont, Jaume Alonso-Cuevillas, alertó el pasado 22 de julio de que había presentado un recurso de casación contra la sentencia “por infracción de ley, rotura de forma y vulneración de derechos fundamentales”. Terminaba con un 'link' a una web creada para difundir sus teorías, con un marcado protagonismo de Javier Martínez, padre de un niño muerto en el atentado de las Ramblas. El tuit de Cuevillas fue ampliamente difundido entre los miembros de la plataforma 17-A.

La teoría de la conspiración y de que el Gobierno central estuvo detrás de los atentados ya fue desmontada en 2017. En realidad, los Mossos fueron informados puntualmente de todas las sospechas que había sobre movimientos de células yihadistas en Cataluña. No solo la CIA envió una comunicación el 25 de mayo de 2017 alertando de que podría haber un atentado en algún lugar simbólico de Barcelona. También el Centro de Información del Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco), dependiente del Ministerio del Interior, hizo lo propio. En los documentos que los Mossos intentaron quemar en una incineradora el 27 de octubre de 2017 y que fueron interceptados por la Policía Nacional, se encontraron evidencias de ese trasiego de información confidencial.

Informes de Interior

El 2 de junio de 2017, los Mossos elaboraron un informe con los datos llegados desde Madrid sobre “la planificación de ataques terroristas durante el verano, contra lugares turísticos de Barcelona, concretamente las Ramblas”. Unos días más tarde, el 6 de junio, realizan otro escrito “sobre la información recibida desde el Citco”. Se trataba de una alerta “relativa a la posibilidad de que yihadistas estarían preparando un atentado en España. Dichos individuos estarían localizados en la población de Fonollosa, Barcelona”. En esa localidad, los agentes realizaron pesquisas para comprobar los datos recibidos.

Foto: Tres 'mossos', durante una manifestación. (EFE/Toni Albir)

Los extremistas pasan por alto que poco después de las comunicaciones de los norteamericanos y del Citco, los tres principales hombres de la Brigada de Información de los Mossos, encabezados por el comisario jefe Manel Castellví, viajaron a Washington, donde recibieron información de primera mano de los servicios estadounidenses sobre los datos de que se disponía hasta ese momento. El viaje fue el 12 de junio de 2017, dos meses antes de los atentados. Todos los indicios, pues, desmontan la teoría que el independentismo radical ha puesto en marcha.

La documentación que se iba a destruir constaba de múltiples informes sobre movimientos yihadistas, seguimientos, posibles objetivos y actividades de destacados líderes islamistas. En una de las cajas transportadas, figuraban 45 dosieres relacionados con islamofobia, oratorios islamistas, la amenaza yihadista, la coordinación antiterrorista, etc. También documentos del Plan Estratégico Nacional de Lucha contra la Radicalización Violenta, del propio Citco.

Foto: Josep Lluís Trapero. (EFE/Andreu Dalmau) Opinión
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En otra caja, había 16 informes confidenciales “sobre terrorismo islámico y valoraciones sobre posibles riesgos terroristas, así como un protocolo de islamismo en los colegios”. También 26 estudios sobre islamismo, entre ellos uno relativo a la amenaza yihadista en Cataluña y otro sobre las menciones a España y Cataluña por parte de estas organizaciones. Además, se encontraron 77 dosieres de personas de origen islámico internadas en centros penitenciarios, así como otros cuatro escritos con datos personales y la estructura de sus organizaciones. Había un documento sobre el incremento de vigilancia y protección de objetivos israelíes en 2017.

Los Mossos iban a destruir también documentación relacionada con B.T.B., junto a un dosier sobre el procedimiento de detección de la radicalización islamista, una nota sobre los conversos radicalizados y un listado de individuos investigados. Otro de los archivos a eliminar era una nota informativa sobre el imán Saleh Al Moghamsy, que había calificado a Osama Bin Laden de santo y que visitó Cornellà en 2016.

Campaña orquestada

El 23 de junio de 2022 ya se creó un canal de Telegram para lanzar consignas sobre la implicación de España en los atentados, al tiempo que se creó una cuenta de Twitter con el fin de apuntalar la nueva campaña. Un escrito enviado a los activistas de la Plataforma 17-A Sabem la Veritat. Exigim Responsabilitats alienta la teoría de la conspiración para calentar el ambiente ciudadano y político con un cuidado calendario de movilizaciones. Primero, las protestas por el atentado yihadista; luego, el 11-S. Más tarde, la celebración de los cinco años del referéndum y, a continuación, los cinco años de la proclamación de la independencia, con la aplicación del 155, el encarcelamiento de algunos líderes y la fuga de otros, y, por último, los tres años del juicio del 1-O. Todo un otoño caliente.

Foto: Flores en recuerdo de los atentados de las Ramblas y Cambrils. (EFE/Alejandro García)

El inicio de ese calendario fue la arenga tergiversada que emborronó el homenaje a las víctimas este miércoles. La plataforma que se ha erigido en portavoz de la teoría de la conspiración sostiene que el atentado de Cataluña “fue un atentado de falsa bandera: querían atacar a Cataluña”. El propio Quim Torra ya había ordenado a su entonces consejero de Exteriores, el republicano Alfred Bosch, que enviase a los gobiernos que hubiesen tenido muertos o heridos en el atentado informaciones con sospechas de la involucración de los servicios secretos españoles en los atentados de las Ramblas y Cambrils.

Un escueto mensaje comenzó a correr entre los círculos independentistas catalanes más extremistas a principios del pasado mes de julio: “17-A. Exigimos responsabilidades. Hará cinco años del atentado en Cataluña y aún no se ha hecho justicia. Os convocamos el próximo 17 de agosto a las 12 horas ante la sede de la UE”. Era el comienzo de una operación destinada a menoscabar la imagen de España en el exterior, vinculando el atentado yihadista de 2017 con los servicios secretos españoles y con el presunto espionaje a dirigentes soberanistas a través del programa Pegasus. Esta corriente, que se materializó este miércoles con un boicot durante el homenaje a las víctimas, encabezado por Laura Borràs, busca incluso ganar adeptos internacionalmente y alimentar de nuevo la teoría de la conspiración sobre la matanza terrorista. Tanto, que a través de una plataforma se han enviado cartas a 39 cónsules en Barcelona y esperan hacer lo propio ante la UE.

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