Cambio de estrategia en la CUP: vuelve a tender puentes con la Generalitat

Nuevas caras, nuevos tiempos. Maria Sirvent ha tocado todos los palos en la CUP. Ha sido activista de movimientos como Solidaritat Antirepressiva de Terrassa, concejala en esa misma ciudad, diputada en el Parlament y en esta última legislatura actuaba como asesora del diputado Pau Juvillà, quien tuvo que dejar su escaño al ser inhabilitado por desobediencia. Ahora, encabeza la única lista para liderar la formación anticapitalista y se espera que rehaga los puentes con la Generalitat de Pere Aragonès, según explican fuentes de ERC y de la propia formación de extrema izquierda.

Sirvent (35 años) está especializada en temas de género y de vivienda. Pero lo importante en términos políticos es que la futura líder de la CUP y su nueva candidatura aspiran retomar la relación con la Generalitat justo donde la dejaron. El presidente Aragonès se someterá a una cuestión de confianza a media legislatura; es decir, en el segundo semestre de 2023, una vez hayan pasado las elecciones municipales.

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Aragonès puso ese pacto “en revisión”, según sus propias palabras. El motivo fue la negativa de aprobar los presupuestos de la Generalitat, que estaban llenos de guiños a la CUP. Los anticapitalistas prefirieron desmarcarse y el Gobierno de coalición ERC-JxCAT se vio obligado a pactar las cuentas con los comunes, los cuales se han convertido en el socio de referencia del actual Ejecutivo. Tras esto, ERC dio por enterrado su pacto con la CUP y se descartó la cuestión de confianza. Incluso Laura Borràs, presidenta del Parlament, a la que le encanta ejercer de jefa de la oposición, ha reclamado al presidente catalán que cumpla su acuerdo.

Ahora, la CUP aspira a recuperar su rol de socio preferente, perdido a pesar de que los presupuestos eran muy de izquierdas. Este reposicionamiento de la formación coincide con cambios organizativos. Maria Sirvent encabeza la única lista que se presenta al secretariado de la CUP. Pero al mismo tiempo, la caída de Juvillà ha obligado a que sea sustituido en la Mesa del Parlament. El hombre escogido para ello es Carles Riera. Él fue en buena parte el responsable de que descarrilase la negociación de los presupuestos, aunque quien dio la cara en esa ocasión fue la portavoz del grupo parlamentario, Eulàlia Regüant.

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Esta es una de las especialidades de Riera, mandar entre bambalinas. Algunas fuentes políticas apuntan a que el secretariado encabezado por Sirvent también seguirá el mismo camino: Riera marcara la línea y luego Sirvent pondrá la cara. Eso facilita la rectificación de los anticapitalistas. Al operar como colectivo, siempre es posible cambiar de opinión.

Confusión de su electorado

En la CUP piensan que volver a apoyar a la Generalitat les saldrá a cuenta electoralmente. La guerra en Ucrania hace que muchas de sus decisiones puedan ser malentendidas por algunos de sus votantes, como el comunicado en el que culpaban a la OTAN de la guerra en el este de Europa. El apoyo a Pere Aragonès les puede venir bien en un momento en que, entre la pandemia y la invasión de Rusia, la causa independentista está perdiendo peso. Así que pueden explicar a sus electores que se recupera la mayoría independentista del 52% que se arrogan los partidos soberanistas.

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Fuentes de ERC aseguran que están dispuestos a estudiar la mano tendida de la CUP, pero se encuentran a la espera de ver si sus propuestas son razonables. Luego tienen que ver qué respaldo tiene en el seno del secretariado. Ambas cosas no estarán claras hasta la próxima primavera.

Calendario previsto

La campaña en el seno de la CUP terminará el próximo 6 de marzo, y los militantes votarán en línea entre los días 7 y 9 del mismo mes. Está previsto que la jornada siguiente, el 10, se publiquen los resultados. Pero Maria Sirvent encabeza la única lista colectiva, así que tampoco hay dudas.

El secretariado de la formación anticapitalista lo integran 15 personas. Como organismo, coordina la gestión política de la organización y desarrolla y ejecuta la línea política y los acuerdos en las asambleas nacionales y en los consejos políticos. Por tanto, este giro para volver a ser el socio preferente de la Generalitat ha de pasar por este ente. Los perdedores serán los comunes, que hasta ahora ocupaban ese lugar. Pero también el PSC, al que desde ERC se quiere aislado en el Parlament.