La crisis del Parlament rompe la agenda de Aragonès para revitalizar el independentismo
El presidente catalán, sin embargo, mantiene la celebración de una gran conferencia el próximo 14 de febrero para fijar la posición del movimiento secesionista
Pere Aragonès tenía un plan, pero el enredo por la retirada del escaño a Pau Juvillà (CUP) lo ha echado todo por tierra. La pasada semana, el 'president' anunció una ronda de contactos con partidos independentistas, Òmnium y ANC para revitalizar un soberanismo en horas bajas. La crisis vivida en la Cámara catalana a cuenta de la inhabilitación del diputado, en buena parte impulsada por la presidenta de la institución, Laura Borràs, ha sido de tal magnitud y ha dividido tanto al movimiento secesionista que al final el presidente ha decidido aparcar las conversaciones hasta la semana que viene para dejar que se enfríen los ánimos, según explican fuentes cercanas al Palau de la Generalitat.
Aragonès mantiene, eso sí, la fecha del 14 de febrero para dar su gran conferencia, en la que quiere fijar la posición del movimiento independentista, pero también la de ERC en cuestiones clave de política nacional como la reforma laboral, que su partido ha evitado apoyar pese a contar con el aval de patronal y sindicatos.
El Butlletí Oficial del @parlamentcat publica la resolució sobre la situació de Pau Juvillà, aprovada aquesta tarda al Plehttps://t.co/HECYEci3Fp pic.twitter.com/YwY2ZwXivk
— Parlament de Catalunya (@parlamentcat) February 3, 2022
Este jueves por la tarde se celebró un pleno para ratificar el dictamen jurídico elaborado por la Comisión del Estatut del Diputado en el Parlament. La resolución fue respaldada por ERC, JxCAT y la CUP, pese a que de hecho sentenciaba a Juvillà, al asegurar que no se forzaría a ningún funcionario de la Cámara a violar la ley. Laura Borràs evitó que Juvillà delegase el voto por enfermedad para no desafiar a la Junta Electoral Central (JEC). Es decir, el anticapitalista ya no pudo votar en el pleno que, en teoría, servía para defenderle en su condición de diputado.
La CUP, después de haber respaldado el dictamen el pasado miércoles, decidió ayer no votar en el pleno que ellos mismos habían propiciado. Además, propusieron al independentismo que Borràs dimitiese como presidenta del Parlament y que en su lugar asumiese el cargo el diputado anticapitalista Carles Riera, para que les explicase a los demás con un ejemplo práctico cómo se desobedecía. JxCAT y ERC se negaron. La unidad independentista hacía agua por todas partes. Lo que en principio iba a ser una lección de la mayoría del 52% para plantarse ante la supuesta represión del Estado finalmente quedó en nada.
Ruptura total
La ruptura total era más evidente, pero había empezado a gestarse 24 horas antes, cuando la CUP se negó a reunirse con Pere Aragonès en su ronda de contactos y los diputados que tenían que ir a verle se fueron a participar en una protesta ante la comisaría de los Mossos en Travessera de Les Corts por la detención de unos activistas por una tema de vivienda. En la protesta, apenas había 20 personas. Que la CUP acompañase esta movilización minoritaria y que nadie se manifestase en favor de Pau Juvillà, que era quien focalizaba toda la tensión institucional, ya resultaba una prueba de lo descolocado que andaba el independentismo.
ERC se desmarcó de la iniciativa de Laura Borràs de parar el Parlament
Además, ERC se desmarcó de Borràs. La presidenta primero quiso parar el Parlament 15 días. Luego, 72 horas. Al final, ni eso, porque ERC la obligó a retomar los plenos. El movimiento descarriló el primer día. Por tanto, ni había unidad independentista, ni se llegaba a las últimas consecuencias para defender a Pau Juvillà ni se desobedecía a la JEC. La estrategia se hundió. Nunca el constitucionalismo tuvo una victoria tan fácil en el Parlament: literalmente, ganaron sin bajar del autobús.
Esperar tiempos mejores
Con esta debacle, en la Generalitat decidieron plegar velas y esperar un momento más propicio para volver a insuflar vida al movimiento independentista. Aragonès sabe que hace falta una inyección de moral y unos planteamientos que vuelvan a conciliar a la mayoría de los dos millones de votantes catalanes que aspiran a separarse de España con la realidad. Pero después de la crisis vivida en el Parlament, se ha optado por marcar distancias. Por eso se aplazan los contactos. Sin embargo, la fecha del 14-F se mantiene por el momento.
Esto también da tiempo a que se asienten los nuevos cambios, en especial en Òmnium Cultural, donde se ha renovado toda la junta tras la salida de Jordi Cuixart. El escritor Xavier Antich asume la presidencia y la periodista Mònica Terribas, la vicepresidencia. También han entrado el 'exconseller' de Interior Joaquim Forn y el dirigente de la CUP David Fernández. Una nueva cúpula para los nuevos tiempos.
Pere Aragonès tenía un plan, pero el enredo por la retirada del escaño a Pau Juvillà (CUP) lo ha echado todo por tierra. La pasada semana, el 'president' anunció una ronda de contactos con partidos independentistas, Òmnium y ANC para revitalizar un soberanismo en horas bajas. La crisis vivida en la Cámara catalana a cuenta de la inhabilitación del diputado, en buena parte impulsada por la presidenta de la institución, Laura Borràs, ha sido de tal magnitud y ha dividido tanto al movimiento secesionista que al final el presidente ha decidido aparcar las conversaciones hasta la semana que viene para dejar que se enfríen los ánimos, según explican fuentes cercanas al Palau de la Generalitat.
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