Pere Aragonès le disputa a Puigdemont el monopolio del independentismo retórico
El presidente catalán pide unidad. No se trata de enterrar la mesa de diálogo, como le piden JxCAT y la CUP, sino de volver a movilizar la calle para forzar algún resultado
Con su “nuevo impulso”, Pere Aragonès se posiciona en el territorio que hasta ahora había sido el favorito de Carles Puigdemont: el independentismo retórico. El 'president' anuncia una ronda de contactos con los partidos y entidades soberanistas para un relanzamiento del movimiento secesionista. También anuncia una conferencia el 14-F donde sentará las bases de ese nuevo impulso. Suena mucho al mitin de Puigdemont en Perpiñán, a aquel “preparem-nos”. Aragonès reclama ahora “la máxima unidad”, una manera de disputar al exdirigente catalán el puesto que se había autoasignado pero sin referirse al residente en Waterloo.
Aragonès ha adelantado de manera muy vaga sus intenciones este miércoles en la sesión de control en el Parlament, a preguntas de su propio grupo: “Por tanto, debemos abocar todas las fuerzas a esto, precisamente; con la máxima movilización, con la máxima unidad entre las fuerzas independentistas para que el Estado y el Gobierno del Estado tengan todos los incentivos para implicarse de una forma mucho más clara, de una forma mucho más intensa, de una forma mucho más comprometida en este proceso de negociación”.
La diferencia: Puigdemont está de retirada, a principios de año sus seguidores fantaseaban con su regreso, pero tal como llegó la idea se ha desvanecido. Y Aragonès es el presidente de la Generalitat, en un momento además en el que las visitas a Waterloo han decaído, la movilización va a la baja y la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, renuncia a volver a presentarse a unas elecciones que serán dentro de unos meses. Por su parte, el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, se retira y ha designado sucesor al escritor Xavier Antich.
En este entorno, Aragonès mueve ficha para ponerse al frente de la movilización. Para refundar un movimiento que en este momento vive de cortar la Meridiana cada tarde de forma agónica y con el apoyo de la Guardia Urbana de Barcelona. El 'president' habla de “nuevo impulso”, pero la palabra clave es unidad, unidad detrás de él.
En el Parlament, Aragonès habló de “rearmar el independentismo, para apostar claramente por el ejercicio del derecho a la autodeterminación y la amnistía y para movilizar al máximo el país y a todos sus representantes”. No aparecen ideas nuevas, el principal cambio es el movimiento: aprovechar que hace un año de las elecciones para capitalizar el soberanismo, que mantiene su fuerza latente, pero se encuentra descabezado y huérfano de esos “nuevos liderazgos” que siempre había reclamado Cuixart.
Sin pistas
Aragonès no ha dado pistas. Solo ha apuntado que esta reactivación debe hacerse "subrayando lo que compartimos, que es la defensa de la amnistía y la autodeterminación. Debemos hacerlo, también, con los grandes activos que tenemos, que es la capacidad de movilización, de formulación en positivo, de ese carácter transversal y diverso que tiene el independentismo".
El portavoz de JxCAT en la Cámara catalana no se lo ha puesto fácil al presidente catalán. Al contrario. Albert Batet le ha reprochado que la mesa de diálogo “ni es mesa ni es de negociación”.
“Durante estos dos años, la mesa del diálogo solo se ha reunido dos veces, es decir, en dos años, dos reuniones, y dos reuniones sin resultados. De todos es conocido, y no descubro nada nuevo para nadie, el escepticismo de Junts per Catalunya hacia la mesa del diálogo”, ha lamentado Batet.
JxCAT desconfía del plan y también de los resultados de la mesa de diálogo
Según el portavoz de JxCAT, “se constata que el señor Pedro Sánchez no ha puesto ninguna propuesta sobre la mesa, ni una, y sin voluntad de hablar de amnistía ni de autodeterminación. De hecho, ha dejado claro que la resolución del conflicto ya no forma parte de sus prioridades. Lo dice públicamente y también lo vemos en sus evasivas para celebrar la próxima mesa del diálogo, que en estos momentos está aplazada 'sine die'. Pedro Sánchez nunca tuvo una voluntad real de negociación”. Fue la intervención más dura. De nuevo, la verdadera oposición le llega a Aragonès desde las filas de Junts.
Afianzar su liderazgo
Todo apunta a que mientras JxCAT está centrado en robarle alcaldes al PDeCAT de cara a las municipales de 2023, Aragonès ha decidido apretar el acelerador y empezar a exprimir la presidencia de la Generalitat para afianzar su liderazgo, no frente a ERC, sino en el conjunto del independentismo.
No se trata de enterrar la mesa de diálogo, como piden JxCAT y la CUP, sino de volver a movilizar la calle para forzar algún resultado, tal y como le respondió a Batet.
Con su “nuevo impulso”, Pere Aragonès se posiciona en el territorio que hasta ahora había sido el favorito de Carles Puigdemont: el independentismo retórico. El 'president' anuncia una ronda de contactos con los partidos y entidades soberanistas para un relanzamiento del movimiento secesionista. También anuncia una conferencia el 14-F donde sentará las bases de ese nuevo impulso. Suena mucho al mitin de Puigdemont en Perpiñán, a aquel “preparem-nos”. Aragonès reclama ahora “la máxima unidad”, una manera de disputar al exdirigente catalán el puesto que se había autoasignado pero sin referirse al residente en Waterloo.
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