Es noticia
El resinero 2.0 que busca ensalzar este oficio olvidado con un particular código QR
  1. España
  2. Castilla y León
TIERRA DE PINARES

El resinero 2.0 que busca ensalzar este oficio olvidado con un particular código QR

El agente forestal Fernando Julián Martín lidera un proyecto que tiene como objetivo recuperar la actividad de la resina a través de la tecnología y un mercado alternativo

Foto: El resinero digital. (C. A.)
El resinero digital. (C. A.)

Es una de las estampas habituales en muchos de los pueblos de la Tierra de Pinares. Las esbeltas chimeneas de las fábricas de resina se han convertido en una de las señas de identidad de todos aquellos municipios que hace décadas vivieron de esta industria y que hoy en día las conservan como parte de su historia.

Una historia que durante años fue de la mano de esta actividad, de la que vivieron muchas localidades segovianas de esta zona que aún conservan sus fábricas. Algunas ya no funcionan, como las de Mozoncillo, Nava de la Asunción, Navas de Oro o Pinarejos, pero otras aún siguen haciéndolo en Coca, Cuéllar o Zarzuela del Pinar. De hecho, en esta última población llegaron a trabajar hasta cuatro a la vez.

Hoy en día, la resina no es el negocio que fue antaño, sobre todo, entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando se pusieron en marcha la mayoría de ellas, pero sigue siendo uno de los elementos más valiosos de esta zona y como tal se ha comenzado a querer recuperar no solo por su beneficio económico sino también por todo lo que significa.

Fernando Julián Martín, natural de Navas de Oro, es agente medioambiental desde hace más de 20 años y también emprendedor e inventor. El último de sus proyectos tiene como protagonista esta materia prima y también el oficio del resinero, casi desaparecido y que pretende recuperar a través de un mercado alternativo.

placeholder Así se escanea el código QR. (C. A.)
Así se escanea el código QR. (C. A.)

"El principal problema que tiene la resina es el precio. Antes se controlaba desde España, se recogía, se hacía y luego ya se vendía. Pero tras la crisis del petróleo, en 1984 se dejaron de trabajar los pinares y desde hace 10 años ha pasado a empresarios de fuera del país, sobre todo portugueses y brasileños", explica Fernando Julián Martín.

Para el segoviano, el mayor inconveniente es que la resina se paga a un precio que no es rentable. De familia dedicada a este oficio, Fernando Julián Martín considera primordial que este trabajo vuelva a la gente de los pueblos. Con esta motivación se decidió a emprender un proyecto que permitiese una trazabilidad completa de la actividad.

placeholder Antigua fábrica de resina de Mozoncillo. (C. A.)
Antigua fábrica de resina de Mozoncillo. (C. A.)

"Estamos patentando y desarrollando productos de forma que den un valor suficiente a la resina para que haya quien vuelva a dedicarse a ello, se cuiden los pinares y no se acaben quemando", afirma el agente medioambiental, quien ya genera bioplásticos y biomateriales además de joyas. Otra de las líneas puestas en marcha es el aprovechamiento del aroma de la resina en productos como el vino, la cerveza o el aceite de oliva. Como curiosidad, gracias al código QR, los compradores podrán visitar si así lo desean el pino exacto del que ha salido la resina utilizada en cada uno de los productos.

Válido para otros árboles

La trazabilidad que se realiza de la actividad es completa, desde el resinero que trabaja en los pinos hasta cada uno de estos árboles. Con esto se quiere conseguir que el consumidor final pueda constatar cómo ha sido todo el proceso y se pueda comprobar cuál es su origen. "Queremos dar valor a la resina, pero también a quien la trabaja", insiste Martín.

De esta forma, se pretende crear un mercado alternativo lejos del control de precios que, sostiene Martín, hay en el mercado de la resina en la actualidad. "Para poder seguir dando trabajo de extracción de los pinos y que sea rentable para que la gente pueda trabajarla, hemos creado un mercado alternativo que verifique quién lo trabaja y cómo lo trabaja", agrega.

placeholder El resinero, junto a una furgoneta. (C.  A.)
El resinero, junto a una furgoneta. (C. A.)

De este proyecto ya forman parte algunos de los resineros de esta comarca segoviana. "En nuestra España vaciada, yo la llamo España esperanzada, somos ricos en medioambiente, recursos y valores ecosistémicos. El poder que tiene la naturaleza de limpiar el aire, producir el agua y que vivan las especies protegidas en ella", señala.

Fernando Julián Martín recalca que quiere generar empleos para mujeres y personas jóvenes, ya que son los principales motores de asentamiento en los municipios. La intención es que el oficio de resinero se reconvierta gracias a la digitalización y que de esta forma vuelva a dar vida a los pueblos. Para ello, funciona ya a nivel nacional la startup Universo Driada Vida.

"En las zonas rurales no queda nadie. Como no seamos capaces de poner en valor los aprovechamientos que nos puede dar el medio ambiente, no hacemos nada. Nadie va a venir aquí a montar una empresa y dar trabajo. Hay que invertir mucho en ello, el I+D+i es lo único que ahora puede salvarlo", concluye. Aunque está ideado para los pinares y el pino como principal protagonista, el agente medioambiental asegura que este proyecto también se puede aplicar a cualquier otro tipo de árbol, como los olivos o los viñedos, pero también a los frutales.

Es una de las estampas habituales en muchos de los pueblos de la Tierra de Pinares. Las esbeltas chimeneas de las fábricas de resina se han convertido en una de las señas de identidad de todos aquellos municipios que hace décadas vivieron de esta industria y que hoy en día las conservan como parte de su historia.

Noticias de Castilla y León Castilla y León Naturaleza
El redactor recomienda