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Los resineros vuelven a los pinares en un sector que renace en España
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UN LIBRO DE FOTOS RECOGE SU ACTIVIDAD

Los resineros vuelven a los pinares en un sector que renace en España

'La Vuelta de los resineros' es un libro de fotografías que ofrece una visión actual del oficio, que desapareció en los años noventa. El paro y el desabastecimieno del mercado lo ha devuelto a la vida

Foto: Resineros de la zona de El Rebollar, en Salamanca. (EFE)
Resineros de la zona de El Rebollar, en Salamanca. (EFE)

Herramientas como el hacha de picar o los potes, convertidas ya en piezas de museos etnográficos, han vuelto a ser útiles en el oficio de resinero, que ha resurgido con fuerza en varios puntos de España, como recoge el fotógrafo Diego Gómez en un libro editado por la Diputación de Segovia.

La obra, La Vuelta de los resineros, es fruto de una beca fotográfica del Instituto de la Cultura Tradicional Manuel González Herrero y ofrece una visión actual del oficio, que desapareció totalmente en los años noventa del siglo pasado. El alto nivel de paro y el desabastecimieno del mercado internacional han echado de nuevo al monte a hombres y mujeres, con una producción de 12.000 toneladas, el año pasado, en unas 20 provincias españolas, principalmente de Castilla y León y Castilla-La Mancha, pero también de Extremadura, Madrid, Valencia, Andalucía y Galicia.

En un estudio reciente sobre la situación de la resina en España, el ingeniero de Montes Álvaro Picardo estimó que sería sencillo alcanzar una producción de 30.000 toneladas y sería razonable pensar en 45.000 toneladas, aunque España llegó a producir 60.000 toneladas, en 1960.

El fotógrafo Diego Gómez. (EFE)

Para acercarse a la realidad actual del oficio, Diego Gómez, en un año, ha recorrido 2.500 kilómetros de la "Tierra de pinares", en Segovia, una de las más prósperas en producción, realizando cerca de 8.000 fotografías en más de 30 visitas al campo.

Una alternativa para los jóvenes

Titulado en topografía y documentación sanitaria, aunque trabaja como administrativo, de 32 años, Gómez se ha sentido sorprendido por el agradable balsámico olor de los pinares, además de haber encontrado a resineros conservando utensilios que fueron de sus abuelos, incluso banquetas para sentarse.

Ahora, el autor del libro ha contemplado que se han incorporado muchos jóvenes a este trabajo tremendamente sacrificado al que hay que echar muchas horas, incluso ha conocido a una mujer, nacida en Madrid, que resina pinos en Navas de Oro (Segovia). Además de la tradición familiar, sostiene que se han incorporado al renacimiento de esta actividad forestal muchos trabajadores que proceden del sector de la construcción, uno de los más afectados por la crisis económica.

Hay una diferencia patente en cuanto a cómo se trabajaba antes y la forma de hacerlo ahora, a juicio de Diego Gómez, y es que los vehículos sirven para que los resineros puedan regresar a comer a sus casas o refugiarse si llueve. Y es que, antes acudían al tajo en el campo al salir el sol, con burros y carros, comían allí y se resguardaban en refugios, regresando al caer la noche.

Con unas previsiones para 2020 de que el sector ocupe a 3.000 personas, con 30.000 toneladas de producción y 300.000 hectáreas en producción, regresa el viejo dicho popular "cuando el pino llora, el resinero ríe".

De momento, el estudio de Picardo detalla que España importa 50.000 toneladas de resina o equivalentes, por 50 millones de euros, por lo que hay razones para pensar que de la crisis ha renacido con fuerza el oficio de resinero, cuyo trabajo muestra Gómez en su libro a través de una selección de 150 fotografías. Por los testimonios que ha recogido, el autor de La vuelta de los resineros encuentra que los trabajadores se sienten cómodos por la flexibilidad de los horarios, no tener jefe y poder marcarse sus objetivos.

Pero muchos no renuncian a buscar algo más seguro y estable, si es que la situación económica termina de normalizarse, matiza Gómez.

Herramientas como el hacha de picar o los potes, convertidas ya en piezas de museos etnográficos, han vuelto a ser útiles en el oficio de resinero, que ha resurgido con fuerza en varios puntos de España, como recoge el fotógrafo Diego Gómez en un libro editado por la Diputación de Segovia.

La obra, La Vuelta de los resineros, es fruto de una beca fotográfica del Instituto de la Cultura Tradicional Manuel González Herrero y ofrece una visión actual del oficio, que desapareció totalmente en los años noventa del siglo pasado. El alto nivel de paro y el desabastecimieno del mercado internacional han echado de nuevo al monte a hombres y mujeres, con una producción de 12.000 toneladas, el año pasado, en unas 20 provincias españolas, principalmente de Castilla y León y Castilla-La Mancha, pero también de Extremadura, Madrid, Valencia, Andalucía y Galicia.

En un estudio reciente sobre la situación de la resina en España, el ingeniero de Montes Álvaro Picardo estimó que sería sencillo alcanzar una producción de 30.000 toneladas y sería razonable pensar en 45.000 toneladas, aunque España llegó a producir 60.000 toneladas, en 1960.

El fotógrafo Diego Gómez. (EFE)

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