Un año del fuego de Sierra Bermeja: dos causas para aclarar el primer incendio de sexta generación
La familia del bombero forestal fallecido ha emprendido acciones para que se depuren responsabilidades. La Inspección de Trabajo remitió un informe tras una primera toma de declaración. Otro juzgado investiga la autoría del siniestro
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9.731 hectáreas afectadas. Siete municipios en vilo por las llamas. 2.670 desalojados. 46 días de trabajo hasta lograr la extinción definitiva. Estas son algunas de las cifras que dejó el primer incendio de sexta generación de España y que este jueves hace un año se desató en el paraje natural malagueño de Sierra Bermeja. Un siniestro provocado cuya autoría investiga el juzgado de Instrucción número 3 de Ronda, pero del que se derivó una segunda causa judicial. La que lleva un juzgado de Estepona por la muerte del bombero forestal del Plan Infoca Carlos M.H., un proceso en el que se ha personado la familia para que se diriman las circunstancias que rodearon el fallecimiento y si del mismo se desprenden responsabilidades penales.
Según ha podido saber El Confidencial, el instructor de este proceso tiene en su poder un informe de la Inspección de Trabajo sustanciado, principalmente, con las declaraciones de los compañeros que formaban el retén que el 9 de septiembre se vio sorprendido por un cambio de viento que viró la trayectoria de las llamas. Carlos M.H., por circunstancias que se tratan de aclarar, se vio atrapado y no pudo escapar. Su cuerpo fue encontrado tras una roca, donde se piensa que intentó refugiarse.
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Los allegados de este bombero quieren arrojar luz sobre lo ocurrido ese día y han realizado una pericial de parte que no estuvo exenta de dificultades debido a la negativa de todos los expertos andaluces a los que pidieron ayuda. Finalmente se pudo hacer tras contactar con un perito de Cataluña que se desplazó a Sierra Bermeja para estudiar los factores que pudieron influir en el fatal desenlace.
Las fuentes consultadas por este periódico señalaron que “a finales de septiembre o comienzos de octubre”, semanas después de la muerte de Carlos M.H., se realizó una reconstrucción en la que participaron todos los miembros del retén que pudieron sobrevivir a esa trágica jornada. Cada uno de ellos reprodujo los movimientos que realizaron, desde que llegaron al lugar para atacar el fuego, hasta que tuvieron que verse obligados a escapar. Y recordaron las instrucciones recibidas por los superiores sobre cómo desplegarse y actuar.
🔴 La dirección de extinción da por EXTINGUIDO a las 19.00 horas de hoy #IFJubrique, #Málaga. Un Incendio que permanecerá siempre en nuestra memoria por la perdida del compañero Carlos Martínez Haro. Vaya para él nuestro primer pensamiento en este momento. pic.twitter.com/yMPAXqzUlb
— INFOCA (@Plan_INFOCA) October 24, 2021
El juzgado de Estepona al que estaba destinado el informe instruye este proceso como un accidente laboral, mientras que el juzgado de Instrucción número 3 de Ronda investiga la autoría de un incendio avivado por las altas temperaturas y el viento. La Fiscalía General del Estado confirmó que “los primeros datos de las investigaciones que se han trasladado al fiscal de Sala, tanto por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, así como por los agentes forestales adscritos", apuntaban a que los “focos iniciales” se originaron “de forma prácticamente simultánea” en puntos cercanos a una “carretera poco transitada, con posibilidad de estacionamiento de vehículos”. Indicios por los que desde un principios se pensó que las llamas podían ser “intencionadas”, aunque especificaba que no había “datos suficientes sobre la posible autoría”.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, no concedió opción alguna a otra hipótesis cuando informó de que los puntos de inicio del incendio se provocaron “con un encendedor” y prendiendo una piña sobre un montón de hojarasca.
La familia del bombero fallecido ha realizado una reconstrucción de los hechos con un perito
Los responsables del caso han continuado unas pesquisas protegidas por el secreto de sumario y la única referencia a su desarrollo la hizo el pasado mes de junio el fiscal delegado de Medio Ambiente de Málaga, Fernando Benítez Pérez-Fajardo, al comentar la detención de los primeros supuestos implicados en el incendio de Pujerra que hizo revivir la tragedia en la zona. “Este incendio no guarda, ni por su naturaleza ni por su autoría, ninguna relación con el producido el año pasado en el mismo paraje”, explicó el representante del Ministerio Público, que recordó que “la investigación continúa activa, no habiéndose escatimado en esfuerzos ni en medios por parte del Equipo de Investigación del Seprona; con toda la dedicación, profesionalidad y empeño que les caracteriza y que es de todos conocida”.
La Junta de Andalucía anunció días atrás la instalación de una estatua en recuerdo de Carlos en la que invertirá 40.700 euros. Se instalará en la zona de Los Reales y se realizará en bronce. También se dijo que el Centro de Defensa Forestal (Cedefo) de Alhama de Almería, al que pertenecía el bombero fallecido, llevará su nombre.
46 días de trabajo
Fue a las 21:37 de ese 8 de septiembre cuando se recibió la primera de las casi 150 llamadas de ciudadanos que alertaban del incendio. El fuego fue devorando superficie de alto valor ecológico con una velocidad -dos kilómetros por hora- que sorprendía a los expertos y cuyo frente se extendía por los términos municipales de Estepona, Casares, Jubrique, Genalguacil, Júzcar, Faraján y Benahavís.
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Aproximadamente, 2.600 personas tuvieron que ser desalojadas por la voracidad de las llamas y comenzó a emplearse una expresión que hasta entonces sonaba lejana: “Incendio de sexta generación”. La entonces consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, destacaba por esos días lo “inédito” de un siniestro que crecía alimentado por las altas temperaturas y la baja humedad, a lo que el el subdirector del Centro Operativo Regional (COR) del Infoca, Alejandro García, añadía que, por su "potencia y fuerza inusitada”, es probablemente el fuego forestal “más complejo que hemos conocido los servicios de extinción del país en los últimos tiempos”.
Esta novedad requirió un despliegue de medios sin precedentes. En las labores contra el fuego participaron 5.530 profesionales y 229 medios aéreos hasta que fue dado por controlado el 14 de septiembre gracias a la aparición de la lluvia. Como ejemplo de las dimensiones de la crisis, recordar que en una sola de sus jornada se llegaron a desplegar 1.437 profesionales de distintos cuerpos y hasta 51 aparatos aéreos.
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Lo más chocante es que estamos ante una tragedia “anunciada”, como señala la Plataforma Sierra Bermeja Parque Nacional, que explica que la serie histórica de fuegos sitúa a este pulmón verde como el sexto en afectación por las llamas. Según los datos que maneja, registra un Gran Incendio Forestal (GIF) —son los que superan las 500 hectáreas— cada 4,27 años de promedio entre 1950 y 2018. De ahí que hayan sido diversos los colectivos y partidos que han reclamado una mayor protección de la zona, así como un incremento de las penas para los autores de este tipo de siniestros medioambientales.
Las estimaciones cifran en más de un millar los pinsapos alcanzados por las llamas, a lo que se une la fauna afectada. La Administración andaluza anunció una primera partida de 4,6 millones de euros para actuaciones urgentes en la zona y proyectar una recuperación del enclave como generador de economía verde que repercuta en las localidades aledañas.
En algunas zonas afectadas se han computado 40.000 nuevas plantas de pino por hectárea
El naturalista Javier Martos, estudioso de Sierra Bermeja, y coautor de algunos trabajos sobre el paraje, señaló que el gran pinsapar es la principal preocupación porque “no tiene estrategia natural de reforestación”. “Al contrario que los pinos o los alcornoques”, que están rebrotando “como era esperado”, porque son especies mediterráneas “adaptadas a convivir con el fuego”. “En algunas zonas de alta severidad he computado hasta 40.000 plantas de pinos por hectárea generadas de forma natural. Es un dato de éxito”, apunta.
“La naturaleza sigue su curso de forma óptima”, explicó a El Confidencial, antes de precisar que el incendio declarado hace un año tenía “un gran índice de severidad” y fue un nuevo zarpazo para una zona recurrentemente castigada por las llamas. Una constante por la que reclama la participación de un mayor número de expertos —“en ecología del fuego, biología, gestión forestal, conservación, ciencias ambientales...”— que en el replanteamiento de protección del paraje puedan aportar otros puntos de vistas y soluciones que reviertan ese preocupante promedio de siniestros.
AHORA | #IFJubrique. Incendio con fuerte influencia topográfica propaga por ejes de crestas en sentido de noroeste a sureste, con vientos de componente oeste entre 10-15 km/h, que subirán a 20-25 km/h entre las 14:00 y las 20:00. Las rachas serán fuertes del NW entre 30-35 km/h. pic.twitter.com/Nbu0HogK6U
— INFOCA (@Plan_INFOCA) September 9, 2021
Martos aboga por incrementar notablemente la vigilancia de los espacios forestales frente al “abandono” actual, ya que —como recuerda— el 95% de estos sucesos son provocados —“de forma intencionada o negligente”— por la mano del hombre y requiere un dispositivo de prevención y extinción que opere todo el año. “El estudio de este incendio ha revelado que fue muy dañino en aquellas zonas más inaccesibles, como el pinsapar de Casares, que requerirá reforestación, por lo que hay que hacer una preparación del monte para que las brigadas puedan actuar con mayor celeridad ante un siniestro así y reducir sus consecuencias”, señala el investigador, que se muestra contrariado con la “poca sensibilidad” de algunos trabajos que se han realizado en el paraje protegido y que han convertido lugares en “algo parecido a un circuito de motocross”.
Bronca política
Pero el incendio de Sierra Bermeja no sólo fue el primero con el que se comenzó a emplear una nueva escala de medición de estos siniestros, sino que fue en el que se hizo más evidente la conversión de este tipo de sucesos en una pasarela donde diversos dirigentes políticos trasladaron su lucha partidista con críticas hacia el adversario. Este espectáculo se reprodujo en el incendio que se declaró en Pujerra el pasado mes de junio con cruce de reproches entre el presidente de la Junta, que pedía más celeridad en la investigación, y el subdelegado del Gobierno en Málaga, Javier Salas, que se desquitó respondiendo al dirigente popular horas antes de que informase de la detención de los presuntos autores por una imprudencia durante unos trabajos.
El Puesto de Mando Avanzado, en ambos casos, fue el punto donde los representantes de los distintos partidos acudían con su séquito y escuchaban las explicaciones de los expertos. Hubo momentos de tanto trasiego que podrían haber instalado una máquina para regular turnos como las de los supermercados. Moreno, Elías Bendodo, Juan Marín, Juan Espadas, Martina Velarde, Macarena Olona, la ministra Isabel Rodríguez… fueron algunos de los que hicieron acto de presencia.
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El control del fuego dio paso al regreso de los desalojados y abrió el periodo en el que los partidos retomaron las quejas y propuestas. El PSOE intentó abrir un frente contra Juanma Moreno por los plazos de intervención de la Unidad Militar de Emergencia (UME); mientras que Ciudadanos presentó en el Parlamento regional una iniciativa para que endureciesen las sanciones a los autores de incendios provocados. Hay que recordar que un incendio con peligro para la vida está castigado en el Código Penal con pena de hasta 20 años de prisión.
El PP respondió a los socialistas acusándolos de querer crear una “falsa polémica”, al mismo tiempo que el Gobierno andaluz guardaba un perfil más institucional e informaba de la constitución de un equipo técnico-científico para abordar la restauración ambiental del paraje natural. Unidas Podemos por Andalucía se sumaba a la idea de los grupos de trabajo y anunció una iniciativa parlamentaria para analizar el fenómeno de los grandes incendios. Adelante Andalucía, por su parte, abogaba por la protección de Sierra Bermeja como parque nacional.
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Los aplausos a los bomberos forestales dieron paso a la salida de algunos de los que se habían jugado el tipo en el incendio. Iban al paro porque su contrato se extinguía. Una medida que avanzó una serie de protestas que se prolongaron hasta la campaña electoral. Y abrió el debate sobre la gestión de los montes. El presidente de la Diputación Provincial de Málaga, Francisco Salado, manifestó en este sentido que lo sucedido “nos tiene que servir para corregir los errores cometidos”. “El bosque no está para no tocarlo, el hombre tiene que interactuar ordenadamente con la naturaleza porque eso puede llevar a una mejor conservación”, agregó.
Sierra Bermeja trata de abrirse paso entre las cenizas. El verde se ha impuesto al gris tras esquivar este verano las llamas. Pero los que trabajan y transitan por la zona tienen ese pellizco que les dice que el fuego volverá a ser anunciado por una columna de humo que avanzará una nueva tragedia. Un nuevo incendio sobre cuya autoría despertará todo tipo de sospechas.
9.731 hectáreas afectadas. Siete municipios en vilo por las llamas. 2.670 desalojados. 46 días de trabajo hasta lograr la extinción definitiva. Estas son algunas de las cifras que dejó el primer incendio de sexta generación de España y que este jueves hace un año se desató en el paraje natural malagueño de Sierra Bermeja. Un siniestro provocado cuya autoría investiga el juzgado de Instrucción número 3 de Ronda, pero del que se derivó una segunda causa judicial. La que lleva un juzgado de Estepona por la muerte del bombero forestal del Plan Infoca Carlos M.H., un proceso en el que se ha personado la familia para que se diriman las circunstancias que rodearon el fallecimiento y si del mismo se desprenden responsabilidades penales.