Moreno se sube al ciclo electoral y pone en la diana a Puente: "Se ríe de nosotros"

Juanma Moreno lleva años cincelándose una imagen amable, plácida, conciliadora. Un vídeo en la Feria de Sevilla con unas señoras que le llaman "guapo" en la caseta de CCOO. Otro en San Telmo dando una "sorpresa" a un grupo de Málaga que estaba de visita cultural en el viejo palacio de los Montpensier, donde el presidente de la Junta tiene su oficina. Y una política pactista, con acuerdos con sindicatos y patronal e incluso con los trotskistas del Parlamento autonómico. Pero Moreno también sabe ser mitinero. Una década después de coger las riendas del PP andaluz, un partido incapaz de gobernar hasta que él llegó, es consciente de que, a veces, tiene que subir el diapasón. Y el barón lo ha hecho esta semana con el foco puesto en el Gobierno central y en Óscar Puente.

El presidente andaluz reunió al Comité Ejecutivo Autonómico del PP el lunes, en la resaca de las elecciones en el País Vasco, después de un resultado agridulce para los populares. Javier de Andrés consiguió mejorar el dato de 2020 y ganó un escaño en el Parlamento de Vitoria, pero ni logró ser decisivo ni sacar a Vox de la ecuación. Moreno estuvo en el País Vasco y estará en Cataluña en la campaña que comienza en la medianoche del jueves al viernes, pero su papel como uno de los principales barones del partido hace necesaria una mayor presencia del malagueño. Las europeas, que son el 9 de junio, también se juegan en Andalucía. "No me dejéis mal", dijo a los asistentes al cónclave respecto a los comicios al Parlamento Europeo.

El PP andaluz lleva tres victorias seguidas en las urnas. Primero fue el tsunami de las autonómicas de 2022, después el éxito de las municipales de mayo de 2023 y después la victoria pírrica del 23-J, cuando el aguante del PSOE en Andalucía fue una de las claves de la capacidad de resistencia de Pedro Sánchez. Los populares andaluces se dirigen al 9-J con viento de cola, pero el ánimo del PP no es el mejor a nivel estatal después de las vascas y las expectativas en Cataluña no son las más altas. Tiene sentido que Moreno quiera mantener la tensión en este carrusel electoral que dará paso, salvo sorpresa, a las próximas elecciones, previstas para la primavera de 2026.

"Aunque nuestros adversarios se pongan antipáticos, nuestra manera es sonriendo", dijo Moreno el lunes en Sevilla ante los suyos. Pero a pesar de esas sonrisas y de intercalar bromas en sus discursos, el presidente andaluz sacó la artillería contra el Gobierno central. Apenas dedicó una mención a la oposición, que no pasa por su mejor momento, y cogió el manual del PSOE de Manuel Chaves para dirigir su mensaje hacia Moncloa. "Sánchez no va contra nosotros, sino contra los 8,5 millones y medio de españoles que viven en Andalucía". Fue el veterano expresidente socialista, condenado por el caso de los ERE, quien ensayó la estrategia de utilizar el atril andaluz para hacer frente al Ejecutivo central. Y Moreno, que imita alguna de las fórmulas de éxito del PSOE-A, hizo lo propio con el matiz de que abandonó su serenidad habitual por una fórmula más cáustica.

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En medio del debate constante sobre qué modelo debe seguir el PP, si uno más calmado o una versión punzante, como practica Isabel Díaz Ayuso, no deja de ser llamativo el mensaje. El presidente de la Junta habló de "maltrato" y volvió a reclamar la reforma de la financiación autonómica o, al menos, un fondo de compensación para Andalucía. Pero puso el foco, sobre todo, en Óscar Puente, que se ha dejado ver últimamente por la comunidad para obras como el Metro de la capital regional o la presentación de las infraestructuras de la provincia de Sevilla. Pero también ha generado polémica al admitir que no habrá una conexión de AVE para Huelva después de años de promesas por el exceso de coste. O ha reconocido que no está entre sus planes activar el llamado Tren Litoral en la provincia de Málaga, que permitiría ampliar la red de cercanías de la capital de la Costa del Sol hasta Marbella.

"Es una detrás de otra, se está riendo de nosotros", explica en privado un dirigente popular para justificar el cambio de tono del presidente de la Junta. Aunque admite que "no hay que ponerse a su nivel", sí justifica que su jefe de filas eleve el tono contra el ministro de Transportes, que ha tenido varios encontronazos con otros dirigentes populares como el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz. Moreno habló de una actitud "descortés" y "chulesca" porque, en su opinión, el político vallisoletano hace "chascarrillos con los intereses y las emociones de los andaluces". "Es una falta de respeto a los anhelos legítimos del pueblo andaluz", dijo el barón popular hace unos días.

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Hay quien, dentro del partido, recuerda que ha habido más de un ministro "del norte de la meseta" que ha utilizado formas similares con Andalucía y no han salido bien parados. Y esta fuente del PP andaluz admite que ha ocurrido con dirigentes del PP y también del PSOE, así como nacionalistas catalanes como el propio Jordi Pujol. La reacción suele ser negativa y, a veces, cala en la población. En Huelva, por ejemplo, ya hay una movilización prevista para el 9 de mayo tras el anuncio de Puente sobre la alta velocidad ferroviaria. "Para diez minutos para qué vamos a hacer el AVE", parafraseó Moreno en una alusión al titular de Transportes, que justificó la fórmula más barata para mejorar el tren entre Sevilla y Huelva porque la diferencia con la Alta Velocidad es de solo diez minutos.

Los mensajes de Juanma Moreno han tenido su réplica en la acción del PP andaluz, que lleva varios días con la atención puesta en las infraestructuras. El Pleno de los días 2 y 3 de mayo incluye una proposición no de ley en defensa de la conexión de AVE de Sevilla-Huelva-Faro. En Málaga insisten una y otra vez en el tren litoral y la comparación con Cataluña es constante. "Si hubiera realizado unas declaraciones así en Cataluña, ya no sería ministro", auguró el consejero de Presidencia, Antonio Sanz, hace unos días.