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Cadáveres amontonados en un contenedor de frío por unas obras en la sede de los forenses de Málaga
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Cadáveres amontonados en un contenedor de frío por unas obras en la sede de los forenses de Málaga

Fueron trasladados a una nevera frigorífica, parecida a la que puede haber en un restaurante, alquilada por la dirección del Instituto de Medicina Legal. La Junta dice que estaban en baldas individuales y no "uno sobre otro"

Foto: Cuerpos trasladados a un contenedor frigorífico de alquiler y apilados uno sobre otro. (EC)
Cuerpos trasladados a un contenedor frigorífico de alquiler y apilados uno sobre otro. (EC)

Dos metros de ancho, por unos tres o cuatro de largo y, más o menos, dos de alto. Aproximadamente 16 metros cúbicos de volumen. Con una angosta puerta de entrada y una pizarra improvisada en la pared opuesta que rompe el blanco reflectante que predomina. Son las características de un contenedor frigorífico, "como el que puede haber en un supermercado" o restaurante, que la dirección del Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga ha habilitado por unas obras y en el que supuestamente se amontonan cadáveres en bolsas "como si fuesen sacos". Uno sobre otro y en el suelo, como parece apreciarse en la fotografía a la que ha tenido acceso El Confidencial.

Fuentes de la Consejería de Justicia, Administración Local y Función Pública, de la que depende el departamento médico forense, han negado este extremo y sostienen que cada uno de los cuerpos descansa "en una balda metálica" y que "ningún cadáver está apoyado sobre otro".

Los restos humanos fueron trasladados al Parque Cementerio de Málaga (Parcemasa), donde se ha ubicado esta "nevera grande", como la define un profesional consultado por este periódico, por los trabajos de ampliación de la cámara de grandes catástrofes de la sede del IML en la Ciudad de la Justicia.

Fue la alternativa temporal supuestamente adoptada por la directora del Instituto de Medicina Legal, Esperanza López, y que se puso en marcha hace aproximadamente "unas dos semanas". El contenedor estará operativo durante los dos meses de ejecución de los trabajos, señaló la Junta de Andalucía.

Foto: El director del Instituto de Medicina Legal de Málaga, Sebastián Díaz Ruiz, a la derecha de la imagen, junto a otros cargos de la delegación en Málaga de la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía.

Este recurso se instaló en uno de los pisos inferiores de Parcemasa, empresa municipal cuyas fuentes confirmaron a este periódico "la cesión temporal de un espacio" en el que "hay cámaras frigoríficas del propio IML".

Estas fuentes hablaron en plural, aunque la que ha generado controversia es la anteriormente descrita y a la que únicamente tiene acceso el personal de la funeraria judicial con la que trabaja la Administración autonómica. Es el lugar al que fueron llevados un total de 14 cuerpos mientras concluyen las obras. Pero, debido a sus reducidas dimensiones, supuestamente, tuvieron que ser apilados en el suelo para que cupieran.

La Junta sostiene que los fallecidos llevados a esa cámara están "en una balda metálica" y que "ningún cadáver está apoyado sobre otro"

Como pone de relieve el testimonio gráfico que ilustra esta información, se pueden apreciar tres montones de cadáveres en bolsas que se organizan en forma de U para tratar de optimizar el espacio. A simple vista se observa la quincena de cuerpos, colocados en similar altura, que reconoce el Ejecutivo andaluz que fueron transportados a esas instalaciones.

Lo que descartan desde la Consejería de Interior es lo que ratificaron diversas fuentes y parece constatarse en la instantánea. Los fallecidos están "envueltos en sudario y cada uno en una balda metálica", aseguraron, para remarcar que "ningún cadáver está apoyado sobre otro".

“Imagina que es tu padre”

Aunque se traten de personas fallecidas, una de las fuentes sondeadas señaló que "merecen un trato digno". "Imagina que es el cuerpo de tu padre, de tu pareja o de un amigo el que está amontonado o bajo otro", manifestó, para después apuntar que podrían ser restos de algún "indigente o inmigrante" que debe ser enterrado o incinerado por beneficencia y que llevan "meses o años" esperando en el Instituto de Medicina Legal.

Este extremo fue confirmado por el Gobierno autonómico de forma indirecta al afirmar que en la cámara de grandes catástrofes habitualmente se encontraban "personas fallecidas sin reclamar o sin identificar".

Foto: Sacos almacenando restos humanos, en la Facultad de Medicina de la Complutense.

El problema, según opinó una las fuentes sondeadas, ha sido de planificación. El reducido tamaño del contenedor frigorífico supuestamente complica la utilización de una especie de camillas-literas que hay disponibles en el IML y que permiten colocar varios cadáveres en distintos niveles. La cuestión, señalan varias, es que difícilmente pasarían por la puerta de la cámara alquilada —"si es que lo hace"— y, por sus dimensiones, resulta imposible que se puedan colocar tres.

"No es sitio", reiteró antes cuestionar la idoneidad del equipamiento auxiliar alquilado, y seguidamente expresar dudas sobre la seguridad en la custodia de los restos porque la puerta —supuestamente— solo cuenta con un candado. Una circunstancia sobre la que alertó por su presunta influencia en los procesos judiciales, ya que una de las partes puede solicitar una segunda autopsia porque piense que la protección de los restos no ha sido la debida y haya podido producirse una alteración.

El Ejecutivo autonómico explicó que cuentan autorización judicial de traslado y que se limita, "exclusivamente", a los 14 cuerpos que estaban en la cámara de grandes catástrofes. Al menos tres de ellos, afirmó, ya han sido movidos.

Las fuentes consultadas remarcaron que ese no era un trato digno a los fallecidos y apuntaron que en la nevera no entran estanterías con baldas

"Están todos perfectamente registrados". "Con un número de identificación asociado a las diligencias previas y juzgado de su caso", agregó sobre el control de los restos, y explicaron que operarios se desplazan regularmente para comprobar que la conservación es óptima.

En relación con la capacidad de almacenamiento de cadáveres en el Instituto de Medicina Legal, una portavoz declaró que las 36 cámaras individuales con las que cuentas pueden convertirse en dobles instalando un segundo juego de raíles.

Las distintas fuentes consultadas negaron el relato oficial y recurrieron al próximo cementerio de mascotas que se va a inaugurar en Málaga para sentenciar: "Los perros muertos van a tener un trato más digno que algunas personas fallecidas".

Dos metros de ancho, por unos tres o cuatro de largo y, más o menos, dos de alto. Aproximadamente 16 metros cúbicos de volumen. Con una angosta puerta de entrada y una pizarra improvisada en la pared opuesta que rompe el blanco reflectante que predomina. Son las características de un contenedor frigorífico, "como el que puede haber en un supermercado" o restaurante, que la dirección del Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga ha habilitado por unas obras y en el que supuestamente se amontonan cadáveres en bolsas "como si fuesen sacos". Uno sobre otro y en el suelo, como parece apreciarse en la fotografía a la que ha tenido acceso El Confidencial.

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