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Buscando a los fallecidos en el mar: "Cuando aparece un cuerpo, tengo envidia de su familia"
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866 muertos en el Mediterráneo en 2021

Buscando a los fallecidos en el mar: "Cuando aparece un cuerpo, tengo envidia de su familia"

La incertidumbre por las desapariciones de migrantes en su ruta a España se intensifica por la carrera de obstáculos que supone identificar a los cadáveres localizados

Foto: Imagen: Irene Gamella.
Imagen: Irene Gamella.

"Pensé que sería sencillo: hacer un par de llamadas y averiguar, pero resultó ser una misión imposible", recuerda Amir Hacini. De origen argelino y con residencia en Barcelona, Hacini dedica su tiempo a buscar a los migrantes desaparecidos intentando llegar a España. “Todo comenzó cuando me llamó un amigo, un vecino de Argelia. Me dijo que su primo había salido en una patera, que no sabía nada de él y me pidió que le ayudara a encontrarle”.

A pesar de no hallar ningún rastro, la primera búsqueda desencadenó en la siguiente: los familiares del grupo que viajaba en la misma embarcación habían hablado y empezaron a contactar con Amir. Él se mostró dispuesto a ayudar porque "en estas cosas si encuentras a uno, encuentras al resto" y pronto las peticiones se multiplicaron hasta que el destino de cientos de familias cayó en sus manos, teniendo siempre presente que es posible que muchos de los desaparecidos no hayan sobrevivido.

En lo que va de año la Organización Mundial para las Migraciones ha registrado la muerte de 866 personas en el Mediterráneo. Mientras, la ruta Canaria acumula al menos 100 decesos en el mismo periodo. Pero ¿qué ocurre después?, ¿dónde acaban las personas que mueren intentando llegar a Europa?

En lo que va de año, se ha registrado la muerte de 866 personas en el Mediterráneo. Mientras, la ruta Canaria acumula al menos 100 decesos

El trayecto que recorren los cuerpos de las personas fallecidas comienza por su rescate en el mar, en este punto tanto las ONG como Salvamento Marítimo operan de la misma manera: trasladan el cadáver al puerto más próximo donde se lo entregan a las autoridades competentes.

Desde Proactiva Open Arms indican que, a pesar de no poder salir al mar de febrero a agosto, en 2020 llegaron a recuperar seis cadáveres. Afortunadamente, en lo que va de 2021 no han encontrado ningún fallecido. Por su parte, el informe anual de Salvamento Marítimo más reciente, publicado en 2019, recoge que más de la mitad de los fallecidos implicados en sus operaciones de ese año se encontraban en "embarcaciones precarias y/o sobrecargadas", como se refieren en el mismo documento a las pateras, lo que implicaría el rescate de 138 muertos en un año.

Una vez en tierra firme los cuerpos son trasladados a la morgue donde, posteriormente, se realiza la autopsia. Según indican desde el ministerio del Interior, "los especialistas realizan un análisis y pueden obtener, siempre que el estado del cadáver lo permita, una reseña dactilar para su estudio en el Sistema Automático de Identificación Dactilar (SAID) y muestras de ADN que serán remitidas al laboratorio para su análisis y obtención del perfil genético", sin embargo también señalan que no disponen de ningún registro en el que incluyan esta información.

placeholder Migrantes rescatados por Proactiva Open Arms en el Mediterráneo en 2018. (Reuters)
Migrantes rescatados por Proactiva Open Arms en el Mediterráneo en 2018. (Reuters)

Es en este punto en el que aparece uno de los mayores obstáculos a los que se enfrentan los familiares de los desaparecidos. "Con el ADN no hay manera", señala Hacini. En Argelia muy pocos consiguen mandarle las muestras a las autoridades para que luego estas las envíen a España y tarda mucho. "Ahora Argelia ha comenzado a abrir las fronteras cerradas por el covid, pero tampoco es fácil obtener un visado para venir a hacerse las pruebas... El forense tiene toda la información necesaria, pero claro, ¿con qué lo compara?", insiste el argelino.

Después de la autopsia los fallecidos pueden pasar aproximadamente dos meses en el depósito hasta volver a cambiar de manos y ser enterrados en el cementerio municipal. Los gastos funerarios recaen entonces en manos del ayuntamiento, según indican desde la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA). La cifra puede variar, pero desde el ayuntamiento de Barbate, donde yacen varios migrantes, calculan que rondaría los 1.500 €.

Los muertos no dejan más rastro. Sin embargo, el camino no acaba ahí para sus seres queridos.

"La gente tiene miedo de ir a la policía y que les incriminen por tener algo que ver con las redes de tráfico de personas"

La búsqueda de los desaparecidos comienza en comisaría y en ese mismo momento empiezan los obstáculos. Desde Ca-Minando Fronteras denuncian "la falta de voluntad de los estados y la falta de coordinación entre los países implicados en el control fronterizo para buscar de forma proactiva a las víctimas" y a través de su estudio 'Construyendo memoria migrante' especifican los inconvenientes que plantean las fuerzas y cuerpos de seguridad, que van desde la falta de información y el desaliento, hasta las acusaciones directas de complicidad con la migración ilegal.

"La gente tiene miedo de ir a la policía y que les incriminen por tener algo que ver con las redes de tráfico de personas, sobre todo si no son familiares directos", explica Hacini, que indica que también es necesario tener a alguien en España. El consulado no es una opción: "Les dijeron que ahí no se puede hacer nada, que ellos tratan con los españoles que viven en el extranjero".

Afortunadamente, la experiencia de Amir con las autoridades ha sido más positiva de lo esperado y, aunque no lograron encontrar a la persona de la que denuncio su desaparición, los Mossos d'Esquadra le llamaban cada dos semanas para mantenerle informado y preocuparse por su situación.

Foto: Campamento para migrantes en el antiguo Polvorín de Barranco Seco, Gran Canaria. (Alicia Alamillos)
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En estas circunstancias y a falta de un registro en el que se identifique a los fallecidos en el mar, las organizaciones humanitarias y personas como Amir se hacen responsables del acompañamiento a los familiares de los migrantes desaparecidos.

"Casi todos los meses llama alguien", declara Ana Rosado del área de migraciones de la APDHA. Desde su asociación llevan un registro de los naufragios y de las pateras que vienen a España, y están creando una red con otras organizaciones a nivel Europeo para ofrecer una información veraz y coordinada que ponga en contacto a los seres queridos de los migrantes directamente con las autoridades. "Les explicamos cuál es el protocolo de cuando una persona llega: las 72 horas de reseña policial, la cuarentena, el tiempo que pueden estar en un CIE… Son casi dos meses de incertidumbre sin saber si viven o no".

Por su parte, Cruz Roja también habla de acompañamiento psicosocial: "Se ayuda a realizar trámites administrativos y judiciales, se contacta con los servicios y autoridades pertinentes para el acompañamiento en el reconocimiento de cadáveres y se informa sobre la repatriación de los cuerpos a sus países de origen", subrayan.

En el caso de Samuel, fueron las ONG las que lograron localizar a su padre a través de las redes sociales y consiguieron un visado humanitario

Además, esta institución firmó en 2017 un convenio con el ministerio de Justicia para compartir los datos 'ante-mortem' proporcionados por los familiares de presuntas víctimas con los institutos de Medicina Legal. "Dicho convenio se ha renovado y nos encontramos en fase de incorporación de las Comunidades Autónomas con competencias transferidas, el Gobierno de Canarias ya ha firmado", explican desde Cruz Roja, teniendo en cuenta que de las CCAA costeras, y por lo tanto receptoras de migrantes, solo Murcia y las Islas Baleares se mantienen bajo el control del Gobierno Central.

En esta carrera de obstáculos las posibilidades de conectar los cuerpos hallados con los familiares que investigan su desaparición se reducen de forma significativa. "Un padre de uno de ellos me dijo: 'cuando aparece un cuerpo tengo envidia de su familia', porque lo cogen, lo entierran, lo lloran y se acabó", cuenta Amir. De lo contrario, cada vez que suena el teléfono o cada vez que corre un nuevo bulo sobre el paradero de un grupo de migrantes, necesitan creer que es verdad, que siguen vivos.

Cada vez que corre un nuevo bulo sobre el paradero de un grupo de migrantes, necesitan creer que es verdad, que siguen vivos

A pesar de todo, a veces ocurre lo inesperado y es posible contactar con los seres queridos de las víctimas. En el caso de Samuel, el niño que la marea arrastró a la playa de la Mangueta en enero de 2017, fueron las ONG las que lograron localizar a su padre a través de las redes sociales y consiguieron un visado humanitario para que pudiera despedirse. Pero de nuevo, la inhumación y la repatriación de un cadáver complica más su viaje. La suma puede ascender a 3.000 € que en este caso debe abonar la familia. Cuando esto ocurre, las comunidades se ayudan y recaudan el dinero que sea necesario para trasladar los restos de los fallecidos de vuelta a su hogar.

A través de su experiencia en contacto con los familiares de los desaparecidos, Amir subraya el daño que están causando los bulos y la desinformación. Corren historias sobre complejos militares en España en los que se recluta a los jóvenes migrantes, en otras ocasiones se habla de experimentos, en incluso algunos llegan a creer que el Gobierno se encarga de matarlos a petición del ministerio de Exteriores de Argelia. "En una ocasión me enfadé y le dije a un hombre: 'has planteado todas las posibilidades, menos la opción de que hayan muerto'", a lo que su interlocutor contestó: "Cuando vea el cuerpo de mi hijo lo aceptaré".

"Pensé que sería sencillo: hacer un par de llamadas y averiguar, pero resultó ser una misión imposible", recuerda Amir Hacini. De origen argelino y con residencia en Barcelona, Hacini dedica su tiempo a buscar a los migrantes desaparecidos intentando llegar a España. “Todo comenzó cuando me llamó un amigo, un vecino de Argelia. Me dijo que su primo había salido en una patera, que no sabía nada de él y me pidió que le ayudara a encontrarle”.

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