"Comunismo o Vox": PP y PSOE se disputan el centro, pero se acusan de ir a los extremos
Moreno avisa de que la alternativa es un "Gobierno Frankenstein" en manos de Podemos, mientras que Espadas insiste en que el PP meterá a Vox en el Ejecutivo de Andalucía
La convocatoria de las elecciones andaluzas, que serán el 19 de junio, activó a todo trapo la maquinaria electoral con una pelea indisimulada de los dos grandes partidos por el centro político. El líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, avisó de que la alternativa a su oferta de cambio, a la que aún le queda recorrido, es “un Gobierno Frankenstein”, apelando al Ejecutivo de Pedro Sánchez con Unidas Podemos y la suma de fuerzas independentistas. El candidato del PSOE, Juan Espadas, insistió en que los populares darán entrada a Vox con una coalición en la derecha.
El PP sale a pelear un Gobierno monocolor, con una mayoría lo suficientemente amplia como para no tener que coaligarse con la extrema derecha. Moreno equiparó a Macarena Olona (Vox) con Marine Le Pen, aprovechando la foto de ambas dirigentes tras las elecciones francesas. El PSOE levanta la moral de derrota que se ha instalado en una parte de su tropa, con el mensaje de que salen a ganar y convenciendo a los suyos de que, en contra de lo que dicen las encuestas, es posible que los socialistas sean la lista más votada.
La hiperactividad ya se había apoderado de la agenda de los distintos candidatos durante las semanas en que el presidente de la Junta amagó con el adelanto electoral. Una vez disuelta la Cámara andaluza, el ritmo de los candidatos se ha desbocado. PP y PSOE saben que las elecciones se juegan en el centro político y por eso tanto Moreno como Espadas empujan para arrinconar al adversario con los extremos. En el centro, Ciudadanos se desmorona con cuatro de sus diputados que ya han anunciado la baja del partido.
El popular avisa de que los socialistas quedarían en manos de comunistas y anticapitalistas, mientras que el líder del PSOE alerta del peligro de que Vox entre en el Gobierno. Para Moreno, dar el voto a Espadas es volver atrás en Andalucía, convencido de que la herencia socialista de los ERE es aún un lastre para movilizar al electorado de izquierdas. Con el lema 'Juanma presidente'y un logo pequeño en una esquina del PP, con predominio del verde andalucista, compareció Moreno en la junta directiva del PP andaluz. Ya se sabía que, como hizo Alberto Núñez Feijóo en su momento, iban a jugar a la marca personal por encima de las siglas.
Juanma, centro y andalucismo
El presidente de la Junta se ha labrado los últimos años un perfil de político de centro y moderado. Ha logrado superar el miedo al voto del PP con el que durante casi cuatro décadas el PSOE logró achicar el espacio de la derecha en Andalucía. En los cálculos de Moreno, que tratará de emular a Feijóo para atraer a exvotantes socialistas y absorber a Cs, está quedarse hasta con 90.000 abstencionistas que en otros momentos hayan escogido la papeleta del PSOE.
Ya ha repetido muchas veces que quiere ser candidato de quienes echen de menos al PSOE clásico de Felipe González, a quien él dice fue a ver a algún mitin en su juventud. También se ha encargado de coger banderas clásicas del socialismo en la comunidad, como el andalucismo, el ecologismo o el feminismo, marcando de paso distancias con Vox. Feijóo cerró filas con la decisión de Moreno del adelanto electoral y avisó de que se volcará para que el andaluz tenga una mayoría con estabilidad suficiente para los cuatro próximos años. Para el presidente del PP, es su primera cita con las urnas y saben que es también un examen para la nueva etapa del partido y para frenar un Vox en auge, según los sondeos.
Espadas quiere convencer a los 400.000 socialistas que se quedaron en casa en 2018
Para el PSOE, la clave está en la participación. La movilización de su electorado y recuperar el casi medio millón de votos que perdió en diciembre de 2018, advirtiendo a sus electores de que no pueden quedarse en la abstención, serán las claves de la campaña. Espadas dejó claro que no quiere volcarse solo en el miedo a la extrema derecha, sino que también analizará la gestión del Gobierno de PP y Cs, con el aviso de que “no pasarán de puntillas”. El socialista ya ha pedido un cara a cara con Moreno porque sabe que uno de sus principales problemas es el bajo índice de conocimiento y que necesita confrontar con su adversario. Espadas quiere un debate centrado en Andalucía y no pasar toda la campaña hablando de la gestión de Pedro Sánchez, como presupuso que quiere el PP. El PSOE implicará a sus alcaldes y a todos sus cuadros para movilizar a sus bases con el mensaje de que es posible, contra las encuestas, volver al Gobierno andaluz.
Olona pasea sus ganas por Sevilla
La jornada después de la convocatoria electoral contó en Sevilla con la portavoz de Vox en el Congreso, Macarena Olona, que se paseó por la capital de Andalucía, dejando testimonio en sus redes sociales y antes de reunirse con el grupo parlamentario en el Parlamento andaluz. Olona empuja para pasar de ser candidata ‘in pectore’ a cartel oficial de su partido, lo que se decidirá, según informó Vox, en los próximos días. Hay una reunión de la Comisión Ejecutiva Nacional el próximo jueves.
A juzgar por su exhibición, la diputada por Granada aspira con ganas a ser el cartel electoral de su partido, aunque la propia naturaleza de esta formación, con una pirámide jerárquica perfectamente establecida, permitirá que la decisión sobre la candidatura se acepte sin que nadie rechiste ni haya fisuras. Ya lo dicen tanto Olona como el otro aspirante, el portavoz andaluz Manuel Gavira: forman parte de “un ejército” y actuarán con disciplina. Desde el núcleo duro de Santiago Abascal, mantienen el suspense y juegan con la idea de que Vox sorprenderá porque están “muy fuertes” en Andalucía, sea cual sea el candidato y gracias a la fortaleza de la marca.
La confluencia de los partidos a la izquierda del PSOE sigue con paso lento, pero firme, avisan sus actores, aunque los encontronazos son evidentes. Podemos ya ha lanzado a su candidato, el diputado por Cádiz en el Congreso Juan Antonio Delgado, que aspira a las primarias del partido, pero que actúa ya como cartel electoral de la suma de las izquierdas. Delgado ejerce como portavoz de la confluencia Por Andalucía con el mensaje de que los partidos progresistas van a poner todo de su parte para echar al PP del Gobierno andaluz.
Desde IU, su coordinador general en Andalucía, Toni Valero, avisó de que esa confluencia hay que cocinarla “a fuego lento” para que todas las fuerzas se sientan cómodas. Aunque IU tiene más fortaleza electoral, tanto en el Parlamento como en el ámbito municipal, sigue actuando a la retaguardia de Podemos, que insiste en imponer su candidato y que ya hace cesiones con la marca y el nombre de la confluencia a cambio. En Más País, Íñigo Errejón se mostró confiado en que la suma de las izquierdas llegue “a buen puerto”. Su partido en Andalucía insiste en buscar un candidato independiente de la sociedad civil lejos de las siglas políticas y no creen que la apuesta de Podemos sea la mejor opción.
La convocatoria de las elecciones andaluzas, que serán el 19 de junio, activó a todo trapo la maquinaria electoral con una pelea indisimulada de los dos grandes partidos por el centro político. El líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, avisó de que la alternativa a su oferta de cambio, a la que aún le queda recorrido, es “un Gobierno Frankenstein”, apelando al Ejecutivo de Pedro Sánchez con Unidas Podemos y la suma de fuerzas independentistas. El candidato del PSOE, Juan Espadas, insistió en que los populares darán entrada a Vox con una coalición en la derecha.