Rebelión en la granja contra Vox: ganaderos exigen ayudas por el virus que asola sus explotaciones bovinas

El virus que amenaza al ganado en varios puntos de España está a punto de abrirle a Vox una crisis en Castilla y León. El sector en la región, que exige ayudas directas a la Administración, apunta al equipo liderado por Juan García-Gallardo como responsable de la problemática. Si no llega una respuesta por parte de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, saldrán a la calle. "¿No habrá ayudas? Pues tendrán manifestaciones", sentencia Carlos Bejar, responsable de vacuno de la Unión de Campesinos de Castilla y León, la organización que representa a los profesionales agrarios de cada provincia. El tema no es menor para la formación ultraconservadora. Abandera un discurso con guiños continuos al campo, pero ahora una especie de rebelión en la granja puede volverse en su contra.

El sector reclama fondos públicos para solventar las pérdidas a las que se enfrentan, que según sus representantes alcanzan —en algunos casos— los 6.000 o 7.000 euros por explotación. Sus quejas apuntan tanto al Ministerio de Luis Planas como a la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León, que dirige Vox. Y ya llueve sobre mojado con esta cuestión por todos los problemas que ha provocado desde que llegara la enfermedad hemorrágica epizoótica por un mosquito.

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Bejar es ganadero. Aunque en su caso hubo "alguna infección y ninguna pérdida", identifica problemas severos en otros compañeros del gremio. Abortos en su ganado, vacas o toros que dejan de comer durante días y se echan a perder y la sospecha de que este virus derive en problemas de fertilidad. Desde la Consejería de Agricultura castellanoleonesa, confirman que aún esperan "una respuesa del Gobierno a la carta que enviamos exigiendo una reunión". Por el momento, dicen estar "en contacto permanente con unidades veternarias", además de "impulsar mejoras en el servicio de recogida de cadáveres". Asegurar ir en busca de una opción intermedia.

"Los ganaderos extremeños, que sufren el virus desde mucho antes que nosotros —se detectó el primer caso en Salamanca a principios de agosto, mientras que en Extremadura hace un año que conviven con la EHE— y también tienen bastante censo de vacuno, nos comentaron en alguna ocasión que muchas de sus vacas, especialmente los toros, dejan de reproducirse", apunta Béjar. Según el último informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, las principales explotaciones bovinas para la producción de carne son las de Galicia (23%) y Extremadura (18%). Castilla y León, junto a Asturias, se lleva el tercer puesto con el 14% de las fincas.

Los representantes del sector se reunieron recientemente con el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. Gerardo Dueñas, y les informó de que no existían partidas específicas para tratar esta enfermedad. "El problema es mucho más grave de lo que nos han hecho creer hasta ahora las administraciones. Tiempo al tiempo", profetiza Béjar, que imagina incluso que haya explotaciones de vacuno "que tengan que cerrar". Entonces, ¿qué esperan conseguir los trabajadores del sector?

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Su reclamación es una: "Necesitamos que nos asistan". El portavoz de los ganaderos castellanoleoneses pide a las administraciones que trabajen para buscar una vacuna que ponga fin al virus o eliminen al mosquito que lo propaga. Solicitan ayudas, como "ya ocurrió con la lengua azul", otra enfermedad que afectó al ganado bovino en 2019, para la que sí existía inyección en la que se habilitaron ayudas públicas desde la Junta para inocular a los animales. Si esta vez no ocurre algo parecido, no descartan iniciar manifestaciones por todo el país.

En estos momentos mantienen reuniones con "todos los sindicatos" a través de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos. "Se está armando un movimiento para poner esto sobre la mesa", sentencia Bejar, que insiste en las "ayudas directas" en un momento en el que "los costes de producción ya están por las nubes". Tras la sequía o la subida de precios, su temor es que esta enfermedad sea la puntilla para los ganaderos. Desde la Consejería de Agricultura, a preguntas de este periódico, aseguran que analizan fórmulas para ayudar a los afectados por la enfermedad e instan a los particulares a que perciban síntomas compatibles con esta enfermedad (fiebre en sus animales, inflamaciones, llagas en la boca o el esófago...) a ponerse en contacto con su unidad veterinaria.

La enfermedad hemorrágica epizoótica no se propaga por contacto directo. La transmite un mosquito que aterrizó en España en noviembre del año pasado. Y los primeros casos se detectaron en Andalucía. Es un virus que no padecen los seres humanos y que se ceba principalmente con ciervos o vacas. Este último ejemplo es el que más miedo provoca entre ganaderos de distintas zonas del país. Desde su entrada por el sur, el insecto voló a otros lugares como Extremadura, Galicia, Cantabria, Comunidad Valenciana, Asturias, País Vasco o la Comunidad de Madrid.

La última actualización del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que lleva un conteo a escala nacional con la información que proporcionan las comunidades, así lo confirma. Este año se han detectado 143 casos en el laboratorio de Algete (Madrid), donde se centraliza el seguimiento. No es un peligro para la salud pública, pero sí puede degenerar en importantes bajas. Lo peor: no hay vacuna para esta enfermedad. Al menos, la Unión Europea no autoriza ninguna. Pero es en Castilla y León donde la situación se ha vuelto más paradigmática.

Otras comunidades

Pero los ganaderos temen que la respuesta, de haberla, llegue tarde. El virus se ha extendido a casi todas las comunidades. En Cantabria, la Consejería de Desarrollo Rural, que tiene las competencias, anunció a finales de agosto que programaría cursos dirigidos a los titulares de las explotaciones para controlar y evitar su propagación. En la Comunidad Valenciana se detectaron hace un mes los primeros brotes tras infectarse un ciervo en el municipio de Ayora, mientras que Galicia o País Vasco hace semanas que tienen sus propios casos de la enfermedad epizoótica. Vizcaya anunció el martes que el virus también les había llegado. En Guipúzcoa había ya más de un centenar de casos y la provincia vizcaína confirma otros ocho.

Fuentes de la Diputación Foral de Vizcaya avanzan que están estudiando la posibilidad de ofrecer ayudas económicas a los ganaderos para aplicar el tratamiento o comprar insecticidas. Aunque llaman a la calma. "No es una crisis sanitaria. Debemos tomarlo desde esa perspectiva", declaran. Para llegar a una solución hay que eliminar al mosquito en cada una de las zonas, concluyen. Y eso no será posible si los propietarios de ganado "no comunican los casos sospechosos que encuentren en sus fincas por miedo a perder material".