La historia de cómo la 'cuernocracia' salió de la dehesa para instigar la sublevación ganadera

El pasado lunes, un tumulto de centenares de ganaderos enfurecidos trató de asaltar la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Salamanca. Los ganaderos llevaban semanas buscando el cese inmediato de tres funcionarios: el jefe de Sanidad Animal de Salamanca, la jefa de Sanidad Animal de Castilla y León, y el director general de Sanidad del ministerio, responsables de haber revocado la orden de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural que relajaba los controles establecidos para la tuberculosis bovina.

Los ánimos estaban muy caldeados. Una turba cargó contra los policías usando las vallas metálicas a modo de ariete, mientras, otros golpeaban al unísono la entrada del edificio a bastonazos, rompían las puertas a golpes o lanzaban bengalas y huevos. Por detrás, sacudían cencerros y gritaban: "¡Dimisión, dimisión!". Los cuerpos de seguridad tuvieron que emplearse a fondo para repeler el ataque, que se saldó con once policías heridos y un ganadero al que abrieron la cabeza. Otro fue detenido y puesto en libertad con cargos.

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La convocatoria estaba lejos de ser espontánea. Había sido convocada por un grupo llamado Unión por la Ganadería, refundado hace unas semanas a partir de una antigua plataforma de ganaderos para vehicular la respuesta de los empresarios afectados por la medida. En el momento de mayor estruendo, alguien fue aupado por encima de sus semejantes para dirigirse a ellos. Era un hombre alto y corpulento, con una camisa azul claro. Se llama Jacinto Sánchez Díaz, tiene 37 años y es el portavoz y presidente de la plataforma. Los ganaderos se callaron inmediatamente para escucharle hablar. Un grupo de ellos había logrado acceder al interior y había estado hablando por teléfono con el consejero de Agricultura y Ganadería, Gerardo Dueñas, de Vox, para exigirle los despidos. Como no se los garantizaban, anunciaron a partir del 12 de junio dejarían de sanear a sus reses. Era la guinda a un mes de medidas de presión como boicotear ferias y mercados o paralizar lonjas.

¿De dónde surge este grupo capaz de coordinar y ordenar a centenares de ganaderos que contradigan las leyes nacionales y europeas, actuando casi como señores de la guerra? Para rastrear su origen hay que desplazarse hacia las tierras de dehesa que hay al oeste de Salamanca, al llamado Campo Charro.

Uno de sus pueblos, Tamames, de 800 habitantes, es de donde procede Sánchez Díaz. Además de ganadero es teniente de alcalde del pueblo en un ayuntamiento gobernado por el PP. Los vecinos apoyaron en las últimas elecciones a los dos partidos de derecha con más del 85% de los votos. El municipio se encuadra en una zona especialmente trufada de explotaciones extensivas de reses bravas, destinadas principalmente al negocio de la lidia.

Este tipo concreto de ganaderos ha tenido un protagonismo singular en la escalada de tensión contra los veterinarios y las autoridades de las últimas semanas. Estamos en el espacio donde se concentran más toros bravos del mundo. En sus dehesas pastan algunas de las principales ganaderías de toro de lidia de España, uno de los grupos más afectados por la prevalencia de la tuberculosis y de los que más ha presionado en los últimos tiempos para intentar cambiar las normativas. Entre los salmantinos, estos días ha resucitado un viejo término: cuernocracia, acuñado hace un siglo por Miguel de Unamuno para definir a la vieja oligarquía ganadera de reses bravas.

Arturo —nombre cambiado a petición del entrevistado para evitar represalias— es un veterinario que lleva 20 años trabajando en la campaña de la tuberculosis, y antes, de la brucelosis o fiebre de Malta. "Aquello también dio muchos problemas con los ganaderos, especialmente en Salamanca, en Extremadura por lo que sea los ganaderos son de otra forma, les molesta matar a los animales pero suelen aceptarlo mejor", recuerda. "La clave es que la brucelosis venía con un análisis de laboratorio, llegabas con los resultados en la mano para sacrificar al animal; aún así había protestas porque pedían soluciones en forma de más dinero, ahora han tirado por la vía del negacionismo", explica el veterinario.

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La clave está en que la tuberculosis tiene un diagnóstico muy complicado, tanto en animales como en humanos. "Cuando obligamos al sacrificio, luego los veterinarios del matadero hacen dos cosas", detalla Arturo. "Inspeccionar el canal para ver si hay lesiones tuberculosas que se vean a simple vista y tomar muestras, y muchas de esas muestras salen negativas, pero no porque el animal estuviera sano, sino porque la bacteria que provoca la tuberculosis es muy difícil de cultivar".

Esto lleva a los ganaderos a creer que les están matando animales sanos. La leyenda que circula, y que también se gritó el lunes en Salamanca, es "matamos al 97% de animales sanos".

El veterinario discrepa de estas cifras, que lleva años encontrándose en boca de los ganaderos. "Es que encima, el laboratorio de referencia europeo para tuberculosis bovina está en España", en referencia al Visavet, de la Universidad Complutense.

Los profesionales del ramo insisten en que las medidas de saneamiento impulsadas desde Europa funcionan

Recientemente, Arturo acudió al saneamiento de una ganadería cuyo dueño, además, era médico. Al comenzar a protestar por los métodos de diagnóstico, el veterinario le inquirió. "Son los mismos que con humanos, ¿los que como médico te sirven ya no te valen como ganadero para los animales?"

Los profesionales del ramo insisten en que las medidas de saneamiento impulsadas desde Europa funcionan, ya que se ha logrado declarar casi toda España como zona libre de la enfermedad. Incluso en otras zonas de dehesa de Extremadura o Castilla y León, la prevalencia se ha mantenido por debajo del 1%. "El único foco que nunca se ha logrado erradicar del todo es el de Salamanca", explica a El Confidencial la eurodiputada Clara Aguilera, actualmente vicepresidenta de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural. Aguilera reconoce el gran valor ecológico de las reses bravas para este ecosistema, pero admite que estas llevan consigo un mayor riesgo de contagio.

Pero no cabe duda de que el sector primario está ardiendo y la imposición de normas desde Bruselas es la gasolina que están vertiendo al fuego. "La mecha en Europa ha prendido y Bruselas debe de dar marcha atrás cuanto antes, o el declive irá en aumento", explican a El Confidencial desde la plataforma SOS Rural, compuesta por ganaderos, agricultores y otros miembros del sector. No se puede sacrificar a un sector tan importante, y en la UE ya se están dando cuenta del error que han cometido y han declarado en más de una ocasión que tienen que revisar ciertas políticas".

"En el caso de España", abundan, "la gran irresponsabilidad al asumir todas estas políticas es doble, puesto que somos un país líder en el sector primario, un sector que genera empleo, riqueza y el mantenimiento del mundo rural". El guion es muy parecido a lo que sucedió en el Brexit, y de alguna forma, todo recuerda a un Brexit de lo rural y nacional frente a lo urbano y europeo.

El factor diferencial

Sacrificar a los animales por una enfermedad así es muy doloroso para estos empresarios. Pero especialmente para el sector de la lidia. Habitualmente, en una explotación extensiva de vacuno, los terneros son enviados a cebaderos para su engorde en los meses previos a la lidia. Sin embargo, si se detectan casos de tuberculosis bovina, esas reses solo pueden ser sacrificadas o dirigidas a lugares especiales, para no coincidir con las vacas sanas. Por ello, se conoce a estos lazaretos como "cebaderos sucios". Y como consecuencia, el precio que el ganadero recibe por sus terneros es ínfimo. Lo que proponía Castilla y León en su polémica normativa, a instancia de los ganaderos, era crear una nueva categoría: cebaderos no calificados, donde uno pudiera enviar a sus terneros aunque hubiese registrado positivos por tuberculosis en la explotación sin ser penalizado por ello.

"Mañana voy a una pequeña ganadería y la diferencia entre que encontremos o no un caso de tuberculosis significará que ese ganadero va a dejar de ganar unos 2.500 euros de un día para otro", explica el sanitario.

Para quienes crían vacas de carne, esto se alivia en parte con las indemnizaciones por sacrificio obligatorio, pero para los de lidia la pérdida del sello "libre de tuberculosis" supone un estigma que imposibilita además que pueda ser empleado en festejos populares o corridas de toros.

No por casualidad, un 80% de los cebaderos sucios de la provincia de Salamanca están ubicados en Vitigudino y alrededores, a pocos kilómetros de Tamames. Las reses bravas suelen tener más riesgo de contagio que aquellas que están en entornos más controlados. Como comenta Manuel Martínez, presidente de la Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios y líder del sindicato veterinario en Castilla y León: en la dehesa, el animal convive con todo tipo de fauna silvestre. "La medida que llevamos años exigiendo los veterinarios es que se controle más esas poblaciones. Obviamente, no se puede controlar todo, pero tenemos números alarmantes de tuberculosis en jabalíes abatidos, por ejemplo. Datos de compañeros hablan de que un 50% de los animales cazados dan positivo en la enfermedad. Y es lógico que los ganaderos exijan más control".

También por ello, además del control les interesaba más que a ningún otro tipo de ganadero modificar las políticas de saneamiento de Castilla y León, que llevaban a sus vacas, más que a ninguna otra vaca, al patíbulo.

"Los ganaderos extremeños llevamos sufriendo 38 años campañas de saneamiento que no nos han conducido a ninguna parte"

El toro bravo es una de las especies que más problemas ha tenido hasta ahora con la tuberculosis, como mostraba en su tesis doctoral el veterinario de la Universidad de Murcia, Manuel Sanes. Este doctorado alertaba ya en 2010 que los problemas para mover y tratar al animal hacen que sea más difícil seguir su estado y pedía que se atacase el problema para evitar la desaparición de un "patrimonio genético único". En zonas como Aragón ya llevan años centrando sus campañas de saneamiento en este tipo de explotaciones, y los resultados han sido bastante esperanzadores. La comunidad ha pasado de tener una prevalencia de 1,62% en 2011 al 0,15%. En Castilla y León la cifra ha subido en el último año, y han pasado de un 1,34% en 2021 a un 2,07% actual. Un número que no se alcanzaba desde 2015. En concreto, en la provincia de Salamanca se ha alcanzado un 4,47% en 2022.

Sin embargo, en estos momentos, Jacinto Sánchez y sus compañeros están tratando de extender su doctrina más allá de la provincia. Los ganaderos de la zona de dehesa del sur de Badajoz, una de las más importantes en vacuno de España, recibieron en los últimos días un mensaje de WhatsApp que se reenvió hasta la extenuación: "Los ganaderos extremeños llevamos sufriendo 38 años campañas de saneamiento que no nos han conducido a ninguna parte", comenzaba. "Nuestros compañeros de Salamanca nos están dando una auténtica lección de movilización y han tenido la generosidad de desplazarse hasta Badajoz para explicarnos las acciones que han iniciado", convocando a los ganaderos locales a una reunión con ellos que tuvo lugar este viernes. Los convocantes eran la Asociación de Ganaderos de Lidia Extremeños.

Además del control, les interesaba más que a ningún otro tipo de ganadero modificar las políticas de saneamiento de Castilla y León

La reunión tuvo lugar este viernes y resultó en que los extremeños se unían al frente contra las medidas de saneamiento para controlar la tuberculosis bovina.

Desde la "catedral del vacuno"

Hay motivos por los que esta región en concreto se ha convertido en el kilómetro cero de la enfermedad, y también de las protestas contra ella.

El 12 de noviembre de 2022 el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, acudía a una feria ganadera que se celebraba en Vitigudino. El político salmantino halagó el carácter de la gente de la dehesa y dejó una frase para la historia de la comarca al denominar esta zona como "la catedral del vacuno en España". No eran unas palabras de lisonja cualesquiera. Mañueco buscaba calmar los ánimos y mostrar su compromiso con los grandes ganaderos. Dijo que les ayudaría y que revisaría la normativa, porque quería evitar lo que finalmente ocurriría pocos meses después: que esta Meca del ganado español acabase explotando y liderando la primera gran revuelta del campo contra su gobierno.

Para cuando el barón popular se paseó por la comarca salmantina, el enfado del campo llevaba más de un año rumiándose y ni ellos ni sus socios de Gobierno habían conseguido dar la vuelta a la situación. Los productores de Vitigudino, en concreto, vivían desde hacía más de 20 meses amenazados por la tuberculosis que ahora se ha extendido a toda la región.

En enero de 2021, el Gobierno regional, ya liderado por Mañueco, había declarado Vitigudino como ‘Zona de especial incidencia de tuberculosis bovina’. Lo hizo después de que los informes mostraran que en el Campo Charro y sus aledaños, al contrario que en la mayoría de Castilla y León, la enfermedad crecía. Al ser, según Europa, una enfermedad de erradicación obligatoria, había que actuar. La decisión no gustó nada entre los ganaderos, que empezaron con unas protestas que lograron frenar la puesta en marcha de las medidas.

Las elecciones adelantadas a febrero de 2022 parecían un buen momento para cambiar el paso, pero en una campaña autonómica centrada en el devenir del campo castellanoleonés, Vox enarboló la bandera del agro (su lema era ‘Siembra’) y consiguió irrumpir en el gobierno autonómico. Ahí fue cuando los ganaderos vieron la oportunidad. Aliados con Juan García-Gallardo y Gerardo Dueñas, lograron por primera vez abrir una rendija e imponer su agenda modificando la normativa sobre sanidad animal.

Viene desde muy atrás

El asalto a la subdelegación representa un punto álgido en cuanto a violencia, pero lo cierto es que los ganaderos llevan años exigiendo soluciones. El mundo del toro, fundamental en toda la franja que va desde Salamanca hasta la frontera portuguesa, lleva desde 2011 apretando para que recibir un trato diferente en lo que a saneamiento se refiere. Hasta ese año lo tenían, pero un cambio en la legislación los colocó en condiciones similares al resto.

En noviembre de 2022, dos de las figuras más importantes de la ganadería brava salmantina, Francisco Galache y Juan Luis Fraile, lanzaron mensajes exigiendo que, o se cambiaba la normativa, o su negocio estaba acabado. El primero lo hizo delante del propio vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, al recoger el premio Toro de Oro al mejor astado de la feria de Salamanca. "Hoy quiero pedirle a nuestros representantes políticos que den un giro de 180 grados en la actuación que tienen en contra del sector ganadero. Si esto sigue así, el Toro de Oro seguirá existiendo, pero lo que no habrá será ningún ganadero de extensivo en la provincia de Salamanca", declaraba el empresario.

García-Gallardo se ha erigido contra estas normativas, llegando a viajar cuatro veces a Bruselas para trasladar su malestar

García-Gallardo se ha erigido en el ariete contra estas normativas, llegando a viajar cuatro veces a Bruselas para trasladar al comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski, su malestar. Aguilera transmite a El Confidencial su sorpresa por este tipo de gestiones. "En realidad, para discutir lo de la tuberculosis bovina debería reunirse con la comisaria europea de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, pero va a ver al de Agricultura solo porque es del mismo grupo que Vox", explica esta veterana socialista. Según ha trascendido, la irrupción de García-Gallardo, además de infructuosa para sus intereses, ha generado malestar en esta Dirección General europea.

Aguilera enfatiza que, además del asunto sanitario, los representantes de Vox en Castilla y León están poniendo en riesgo con esta estrategia el valor comercial de los productos bovinos.

La historia de los ganaderos salmantinos con la tuberculosis, enfrentándose por primera vez a normas que venían negociadas desde Bruselas, supone para Aguilera un peligroso precedente. Pero no es algo inédito. Lo que empezó como una protesta contra la supresión de ciertos productos fitosanitarios ricos en nitratos ha acabado, un par de años más tarde, aupando al Movimiento Campesino-Ciudadano (BoerBurgerBeweging o BBB en neerlandés) a controlar el Senado de Países Bajos.

Siendo ya un veterano veterinario, Martínez exige que no se ponga en duda el trabajo de los funcionarios y denuncia cómo el Gobierno autonómico les ha echado a los leones. "Nosotros hacemos nuestro trabajo que es lo que marca la ley. Y las autoridades deberían defender a sus funcionarios, sino, ¿qué legitimidad nos queda a todos? Y, de verdad, las campañas pueden funcionar. Con ellas hemos acabado con la brucelosis, por ejemplo, porque antes todos en el campo pasábamos por las fiebres de Malta y eso se acabó. Si se quiere y se sigue trabajando, se podrá erradicar la tuberculosis", detalla.

En los últimos días, sin embargo, algo ha comenzado a cambiar. Los vasos comunicantes entre estos ganaderos de lidia y la derecha política en Castilla y León han logrado rebajar el color de la amenaza. A finales de esta semana, los ganaderos salmantinos anunciaron que suspenderían las protestas e iniciarían acciones para promocionar la carne de sus vacas. 24 horas antes la hoja de ruta pasaba por rechazar más controles sanitarios a partir del lunes, pero ahora quieren esperar al 23-J y confiar en un cambio de gobierno que les desbloquee el camino. En paralelo, Mañueco y García-Gallardo señalaron la importancia de cumplir con la legalidad "pese a que la estrategia contra la tuberculosis no ha funcionado".