Desconcierto en Ceuta y Melilla por la apertura de incógnito de la aduana: "Estamos en pruebas"

La apertura de la aduana comercial en Ceuta llegó por fin este viernes, aunque solo a medias y de forma casi clandestina. Por primera vez, un lote de mercancías ha cruzado el paso fronterizo del Tarajal, que separa a la ciudad autónoma de Marruecos, y lo ha hecho con todas las de la ley: a bordo de un camión y a través de un puesto aduanero. No a costa de mulas humanas y sin controles ni aranceles, como sucedía hasta 2019 con el porteo. La enorme expectación, sin embargo, chocó con las inesperadas formas, amparadas en una especie de prueba piloto. También en Melilla, donde el paso lleva cerrado desde 2018.

"Estamos haciendo pruebas", confirman en Delegación de Gobierno, que no ha permitido el acceso a la frontera a los medios de comunicación locales. "La prueba de hoy determinará las necesidades en materia de infraestructuras para la implementación de los controles precisos y para el despliegue del personal necesario con el que dar la adecuada respuesta a los usuarios de esta Aduana que hoy ha comenzado su andadura", explican fuentes gubernamentales en las dos ciudades autónomas. "Hoy se ha dado un primer paso, con el envío a Marruecos de artículos de higiene personal, al que seguirán otros que irán incorporando una mayor complejidad para garantizar que las dos Aduanas estén completamente operativas en el menor plazo posible".

El delegado, Rafael García, se ha desplazado este viernes al Tarajal para supervisar las primeras pruebas de la aduana comercial, en las que han participaban también representantes del lado marroquí. Se trataba de realizar "una prueba piloto" y ajustar los mecanismos de una aduana sin precedentes en el Tarajal. Al contrario que en la ciudad autónoma de Melilla, Ceuta nunca ha tenido unas instalaciones aduaneras.

Papel higiénico en el primer camión

En torno a las 13.15 de la tarde de este viernes entraba en Ceuta la primera furgoneta cargada de mercancía a través de la aduana comercial. Se ignora cuál era su carga ni su destino. Tras pasar el primer control, la Guardia Civil derivaba al vehículo hacia una zona anexa a las instalaciones fronterizas donde le esperaba un módulo prefabricado portátil pintado de añil y con un pequeño cartel aclarando que se trata, aunque no lo parezca a simple vista, de unas instalaciones de la Agencia Tributaria. Eso es, de momento, la aduana comercial de Ceuta.

Al mismo tiempo, poco después de la una del mediodía, una furgoneta hacía lo propio y cruzaba hacia Marruecos cargada con papel higiénico. Pasaba el primer filtro de seguridad en el lado español y se dirigía hacia la aduana marroquí. Y allí seguía cinco horas después, sin terminar de pasar el control aduanero de Marruecos.

Pruebas que también se han realizado de forma simultánea en la ciudad autónoma de Melilla, pese que allí sí saben como funciona una aduana. La han tenido durante los últimos 60 años, habiendo despachado más de 36.000 expediciones en los últimos años anteriores al bloqueo de agosto del 2018. A la una de la tarde, se presentó en la Aduana de Beni-Enzar la delegada del Gobierno para ver cómo pasaba una partida de perfiles de aluminio. Y al igual que en Ceuta, ni una llamada a los medios de comunicación. Las primeras informaciones apuntan a que se podrá pasar la mercancía de una lista al parecer impuesta por Marruecos, pero que nadie conoce, ni se ha hecho aún pública.

Desde Delegación de Gobierno en Ceuta han venido insistiendo en que la implantación de la aduana comercial, como lo fue la reapertura de la frontera del Tarajal, será "progresiva". Las instalaciones son provisionales a la espera de construir un espacio de 300 metros cuadrados para el que se ha reservado una partida de cerca de 400.000 euros en el Plan Estratégico para la Ciudad de Ceuta aprobado por el Gobierno central. Pero, de momento, ese módulo azul será la aduana comercial.

Sin fecha

Según adelantó el pasado miércoles el ministro de Exteriores, la aduana de Ceuta debía abrirse oficialmente antes de la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre España y Marruecos prevista para el próximo 1 de febrero en Rabat. Pero no hay de momento una fecha para una apertura oficial sin ensayos. Tampoco hay detalles concretos sobre su funcionamiento. No se sabe aún qué mercancías estarán permitidas ni tampoco si hay una cantidad límite.

Tampoco lo sabe el Ejecutivo de Juan Vivas. La aduana comercial también es un misterio para el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Ceuta. Lo único que sabe la Administración local, admite su portavoz, Alberto Gaitán, es que abrirá "en los próximos días". "Estamos esperando lo que nos indiquen al respecto", decía este viernes en rueda de prensa, ignorando que en ese preciso momento el delegado del Gobierno en Ceuta se dirigía a la frontera del Tarajal a supervisar los primeros ensayos de la aduana.

De momento, solo se sabe a ciencia cierta que la aduana estará en sus inicios limitada a vehículos de carga de hasta 3.500 kilos y que el pescado de Marruecos volverá a Ceuta. Son las pocas certezas oficiales al respecto del funcionamiento. El pescado era la única mercancía que hasta el cierre de la frontera del Tarajal en 2020 pasaba algún tipo de control sanitario. La calidad y el precio eran hasta entonces uno de los orgullos del Mercado de Abastos de Ceuta. Un lujo que se perdió con el cierre de la frontera y que volverá a partir de ahora, aunque con algunos cambios.

Desde ahora el pescado y los productos alimentarios de origen no animal a temperatura ambiente —sobre todo pan y fruta, los más habituales— se someterán al debido control sanitario en el Punto de Atención al Transporte Terrestre (PATT) del Puerto de Ceuta, ubicado en la otra punta de la ciudad autónoma, a unos cinco kilómetros de la frontera del Tarajal. Una distancia que los camiones que lleguen desde Marruecos recorrerán "bajo control aduanero en tránsito" y precintados por la Agencia Tributaria. Fuentes de Sanidad Exterior explican que esta medida es necesaria mientras no haya unas instalaciones adecuadas en la frontera, algo que se antoja casi imposible debido a la escasez de espacio disponible.

Dudas de los empresarios y la oposición

En todo lo demás el desconcierto es máximo. Nadie sabe nada o casi nada. Desde la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE), su presidenta, Arantxa Campos, lamenta que no les han informado ni consultado nada. "No nos han hecho partícipes de nada. Se lo que cuenta la prensa", se queja Campos. Su postura ha sido crítica desde el comienzo ante las muchas incógnitas que rodean a la aduana comercial, limitada de momento a camiones pequeños y con carácter "regional". Vamos, que la aduana de Ceuta no será rival para la del Puerto de Tánger Med.

Desde el localismo, el líder y diputado de Ceuta Ya, Mohamed Mustafa, cuestiona el planteamiento de la aduana comercial y la opacidad e indefinición que la rodea. Temen que se convierta "en otro sistema volátil que nunca se sabe cómo se aplica". "Se anunció una inversión para las instalaciones pero nos presentan un habitáculo como la aduana comercial. Los comerciantes ceutíes no saben qué mercancías va a permitir Marruecos que pasen por esa frontera y, sobre todo, qué cantidades. La aduana se va a abrir pero queremos saber qué productos, qué condiciones, saber si tenemos seguridad jurídica. Solo tenemos un anuncio y un pequeño establecimiento".

Una frontera "normal"

Unos y otros confían en salir de dudas con la celebración de la Reunión de Alto Nivel en Rabat, en la que además deben aclararse muchos otros aspectos del funcionamiento futuro de la frontera. Entre ellos si se va a seguir exigiendo visado para acceder a la ciudad autónoma o si se regresará a la excepción Schengen, que permitía hasta 2020 el paso libre a los vecinos de la provincia de Tetuán. Algo de lo que no quiere ni oír hablar el Gobierno de Ceuta, partidario de la "normalización" de la frontera con Marruecos y la exigencia permanente de visado. Aunque ello suponga que las entradas de marroquíes sean ahora diez veces menos que antes del cierre por la pandemia y su posterior reapertura, en mayo de 2021.

"Si comparamos la situación que teníamos en marzo de 2020, cuando no se exigía visado a los residentes de la provincia de Tetuán, con la situación de ahora, cuando de manera provisional en base las órdenes que se van prorrogando y en las que sí se exige visado, vemos que la situación es radicalmente distinta: Donde había caos y una presión que desbordaba nuestras capacidades en muchos ámbitos, ahora hay orden y control", argumentaba Vivas en su balance de 2022. "Hemos pasado en términos aproximados de tener que atender el pase de unas 30.000 personas, algunas más de una vez, a tener 3.000 pases diarios. Esto mejora las capacidades de las FSCE para realizar el control. También es notable el impacto positivo en la asistencia sanitaria, en la educación, en el área de menores no acompañados; ha sido positivo también en el desenvolvimiento del Puerto y en la caída que ha tenido la economía irregular. Lo acreditan las cifras de afiliación a la Seguridad Social. La media anual de 2022 es de 21.562 personas, mientras que en 2020 esa media era de 20.480. Hay mil afiliaciones más de las que había cuando se cerró la frontera".

El adiós definitivo al porteo

La apertura de la aduana comercial supone además el adiós definitivo al porteo. Un insólito transporte de mercancías transfronterizo que se realizaba solo en dirección Marruecos a través de un paso sin control alguno y en el que eran mulas humanas quienes cargaban con el peso. Alrededor de 4.000 trabajadores marroquíes sin contrato, en su mayoría mujeres, trabajaban de porteadores. Realizaban varios pases al día acarreando la mercancía en enormes fardos —a la espalda hasta 2018 y después en carritos hasta el cierre de la frontera en 2020— en algunos casos de hasta 90 kilos.

Una actividad económica anacrónica que Ceuta consideraba "comercio atípico", pero que para Marruecos era más bien un contrabando inevitable del que vivían miles de familias en el entorno de la frontera y que dejaba pingües beneficios en la ciudad autónoma. Según datos de 2018, último año en el que el porteo se desarrolló con cierta regularidad antes de que Marruecos empezara poner trabas, pasaron por el paso de Tarajal II, el destinado los porteadores, mas de 27.000 toneladas de mercancía en fardos, lo que supuso más de 266 millones de euros. "Una cifra equivalente al 38,2% de las compras al exterior que realiza la ciudad de productos no energéticos", según cálculos del Gobierno de Ceuta incluidos en su informe para el Programa Operativo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) 2014-2020.

Un tránsito de mercancías y porteadores que convertía la frontera del Tarajal en un caos diario, con miles de personas cruzando la frontera varias veces al día y restos de embalajes por todos los rincones. Solo en los 69 últimos días de porteo en Ceuta se registraron más de 300.000 pases por la frontera del Tarajal. Hoy la estampa es bien diferente, con los accesos despejados y sin apenas tránsito de peatones ni vehículos. Una tranquilidad que dura hasta el fin de semana, cuando los turistas de uno y otro lado, especialmente los que cruzan en coche, han de aguantar horas de cola para pasar al otro lado. Lo único que no ha cambiado en la frontera del Tarajal.