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Inversión récord del Gobierno en Ceuta y Melilla, pero sin rematar su inserción en la UE
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Para no incomodar a Marruecos

Inversión récord del Gobierno en Ceuta y Melilla, pero sin rematar su inserción en la UE

Los planes integrales anunciados por el Ejecutivo, que destinará 711 millones de euros, dejan en el aire la incorporación de las dos ciudades a la unión aduanera, al espacio Schengen y al Comité de las Regiones

Foto: Isabel Rodríguez (d) y Teresa Ribera, durante la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros. (EFE/Zipi)
Isabel Rodríguez (d) y Teresa Ribera, durante la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros. (EFE/Zipi)

El Gobierno aprobó este martes los planes integrales para el desarrollo de Ceuta y Melilla, que suponen la mayor inversión del Estado en ambas ciudades, pero que no resuelven y ni siquiera esbozan cómo debería ser su inserción en la Unión Europea, en la que no están plenamente integradas. Aunque son 'integrales', no abordan el ingreso de Ceuta, que lo solicitó hace más de una década, en la unión aduanera, de la que quedó excluida por voluntad propia en 1986, cuando España entró a formar parte de lo que más tarde sería la UE. Tampoco establecen si el Ejecutivo solicitará la incorporación de las ciudades al espacio de libre circulación europeo de Schengen ni al Comité de las Regiones de la UE, del que forman parte las comunidades autónomas.

Después de que Rabat empujase, en mayo de 2021, a más de 10.000 inmigrantes a entrar en 48 horas en Ceuta, el presidente Pedro Sánchez viajó hasta allí y a Melilla. A continuación también visitaron ambas ciudades los entonces secretarios de Estado de Unión Europea, Juan González Barba, y de Política Territorial, Víctor Franco. Anunciaron que lo sucedido “requería una respuesta enérgica” por parte del Ejecutivo que consistía en reforzar su “españolidad y su europeidad”. Esto último no se ha cumplido, probablemente por temor a indisponer a Marruecos, que reivindica la soberanía sobre lo que considera “enclaves ocupados” por España.

Foto: Presentación del informe sobre Ceuta y Melilla en el Parlamento Europeo. (EFE/EPA/Stephanie Lecocq)

La inversión anunciada este martes al término del Consejo de Ministros, con tres meses de retraso sobre la fecha prevista, asciende a 711 millones de euros, de los que el 75% procede de los presupuestos del Estado y el resto del fondo de recuperación europeo. Melilla recibirá 356,8 millones de euros, mientras que a Ceuta irán destinados 354,7 millones, según la nota de prensa distribuida por la Moncloa.

Los planes tienen tres ejes. El primero consiste en fomentar un nuevo modelo económico impulsando, sobre todo, la digitalización y el turismo. El segundo hace hincapié en desarrollar la vivienda y las infraestructuras, incluyendo una “mejora de la conectividad del transporte”. El tercero se centra en el fortalecimiento de los servicios públicos, empezando por la sanidad y la educación.

Foto: Enrique Alcoba, presidente de la patronal de Melilla. (CEME-CEOE) .

El anuncio ha sido muy bien recibido por las autoridades de ambas ciudades, que fueron consultadas cuando se estaban elaborando los planes. Estos corrieron a cargo de la empresa pública Tragsatec por encargo del Ministerio de Política Territorial. Ceuta (83.500 habitantes) está gobernada por Juan Jesús Vivas, del Partido Popular, que consensúa muchas decisiones con el PSOE. Melilla (86.200) está en manos de una coalición de los socialistas con Coalición por Melilla, un partido votado por los musulmanes, pero su presidente, Eduardo de Castro, es un independiente que antes estuvo en Ciudadanos.

Más allá del maná que caerá sobre las ciudades, sus dirigentes tienen otros motivos de satisfacción. En Ceuta, por ejemplo, Defensa desalojará tres cuarteles que posee en zonas urbanas y que están infrautilizados, lo que “supondrá un gran desahogo”, asegura su vicepresidente, Carlos Rontomé.

Foto: Sánchez, junto al presidente de Ceuta, Jesús Vivas, en una visita a la ciudad autónoma. (EFE)

Más escepticismo suscita la gran apuesta por el incremento del turismo que recogen los planes. Son pocos los marroquíes titulares de un visado Schengen que entrarán en las ciudades si, además, la aduana de Marruecos prohíbe, como es el caso actualmente, regresar con compras, por modestas que sean. En cuanto a los turistas peninsulares, llegar a Ceuta requiere embarcar en Algeciras o subirse a un helicóptero con pocas plazas y cuyo precio es prohibitivo para los no residentes en la ciudad. Ningún Gobierno español, ni siquiera cuando la relación era cordial, trató de convencer a Marruecos de construir un aeropuerto conjunto para Tánger, Tetuán y Ceuta.

Otro tanto sucede en Melilla. Los billetes de avión están siempre por las nubes —Iberia y Air Nostrum ostentan el monopolio de los vuelos— y suele resultar más barato viajar desde Madrid a cualquier gran ciudad europea. La mejora de la categoría de su aeropuerto requeriría además “modificar el procedimiento de aproximación”, lo que está “supeditado a acuerdos de gestión del espacio aéreo con Marruecos”, recuerda el plan integral melillense. Tampoco se ha intentado hasta ahora negociar con Rabat.

Foto: La fruta, uno de los productos marroquíes más demandados por los melillenses. (J. G. A.)

De la lectura de los cuatro folios de la nota de prensa distribuida tras el Consejo de Ministros del martes se saca la conclusión de que ambas ciudades son islas. Se resalta su “carácter extrapeninsular”, pero en ningún momento se menciona a Marruecos, con el que tienen fronteras terrestres. En el fondo, los planes están pensados para desarrollarlas sin apenas contar con Rabat, que durante años intentó asfixiarlas, cerrando, por ejemplo, en 2018 la aduana comercial de la que disponía Melilla desde mediados del siglo XIX.

Hay que adentrarse en las más de 300 páginas de los planes para ver, por fin, nombrado al país vecino unas pocas veces. La apertura de aduanas comerciales con Marruecos es, subraya, “clave para el futuro económico de las dos ciudades, garantizando unas relaciones comerciales prósperas y normalizadas”. El documento sobre Melilla precisa que “para la apertura inmediata de la aduana no es necesario realizar actuaciones”. ¿Por qué entonces no se reabrió en mayo al mismo tiempo que las fronteras para viajeros? El Gobierno español no lo ha explicado, aunque el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró hace un mes en Nueva York que en enero se inaugurarán las dos aduanas terrestres con Marruecos.

Foto: Melilla, en vilo por el futuro de su aduana comercial. (EFE)

Los dos planes integrales completan y amplían en gran medida las primeras medidas que tomó, en 2018, Cristóbal Montoro, el ministro de Hacienda de Mariano Rajoy. Otorgó importantes ventajas fiscales a las empresas del juego 'online', y más tarde a los 'call centers', para instalarse en Ceuta y Melilla y tratar así de, aprovechando el Brexit, arrebatar ese negocio a Gibraltar. Si se establecen en las ciudades, solo abonan a Hacienda un 10% de sus ingresos netos, la mitad que en el resto de España, y pagan un IPSI (equivalente local del IVA) de solo el 0,5%.

Los incentivos han dado resultados, sobre todo en Ceuta, adonde se han mudado hoy en día más de 30 empresas de juego —el mismo número que las que operan en Gibraltar—, que generaron aproximadamente 500 empleos directos. A mediados de julio también se deslocalizó allí Gestalabor, cuyo responsable vaticinó que crearía hasta un centenar de puestos de teleoperadores.

Foto: Casino de Luckia en el Parque Marítimo del Mediterráneo de Ceuta. (César Manrique)

Al margen de los planes integrales, el Gobierno está elaborando, también en colaboración con las autoridades locales, un plan integral de seguridad para Ceuta y Melilla. Así se anunció cuando, en diciembre pasado, quedó aprobada la Estrategia de Seguridad Nacional, que recoge la necesidad de poner a punto ese otro plan para las dos ciudades. De él no se sabe nada porque está sujeto a la Ley de Secretos Oficiales, tal y como recordó el Ejecutivo cuando fue preguntado por Vox en el Congreso.

El presidente Juan Jesús Vivas está, sin embargo, convencido de que la seguridad de su ciudad pasa por su plena inserción en Europa para que, en caso de nueva crisis con Marruecos, la reacción de las autoridades comunitarias en defensa de Ceuta sea aún más contundente que el año pasado, según indican fuentes de su entorno. Si el Gobierno ha sido magnánimo en inversiones, no ha dado, sin embargo, un solo paso para afianzar la plena pertenencia a la UE de ambas ciudades.

El Gobierno aprobó este martes los planes integrales para el desarrollo de Ceuta y Melilla, que suponen la mayor inversión del Estado en ambas ciudades, pero que no resuelven y ni siquiera esbozan cómo debería ser su inserción en la Unión Europea, en la que no están plenamente integradas. Aunque son 'integrales', no abordan el ingreso de Ceuta, que lo solicitó hace más de una década, en la unión aduanera, de la que quedó excluida por voluntad propia en 1986, cuando España entró a formar parte de lo que más tarde sería la UE. Tampoco establecen si el Ejecutivo solicitará la incorporación de las ciudades al espacio de libre circulación europeo de Schengen ni al Comité de las Regiones de la UE, del que forman parte las comunidades autónomas.

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