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El PSOE se harta del apoyo de la Moncloa a Igualdad y exige corregir la ley Montero
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"NOS HACE MUCHO DAÑO"

El PSOE se harta del apoyo de la Moncloa a Igualdad y exige corregir la ley Montero

Consideran que rectificar sería menos dañino que cargar la culpa de las rebajas de penas. Las palabras de la ministra en el Congreso, que acusó al PP de fomentar la "cultura de la violación", colmaron la paciencia de los socialistas

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Chema Moya)
La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Chema Moya)
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La revisión de sentencias a agresores sexuales por la ley del solo sí es sí, que no ha frenado el Tribunal Supremo, como confiaba el Gobierno, está generando un creciente malestar en el PSOE. Altos cargos del partido, ministros y barones socialistas abogaron en un primer momento por corregir la norma, pero Pedro Sánchez cortó de raíz esta posibilidad y decretó un cierre de filas con la titular de Igualdad, Irene Montero. La resolución este martes sobre el caso Arandina, en la que el alto tribunal abre la puerta a la rebaja de penas en aplicación de la nueva norma, ha vuelto a elevar la presión interna para que se mueva ficha. En el Ejecutivo son reticentes, mientras que fuentes parlamentarias socialistas apuestan por hacer cambios ante un desgaste que consideran que irá a más.

"Nos hace mucho daño", concluyen las mismas fuentes cercanas a la dirección del grupo, apuntando que están preparados para activar los cambios de forma urgente si, como desean, así se decide. La corrección se llevaría a cabo a través de una reforma que se limitaría a incluir una disposición transitoria única en la norma con el objetivo de frenar de urgencia el goteo de revisiones de sentencias. Consideran que rectificar sería lo menos dañino si la alternativa pasa por no hacer nada cuando, lamentan, se está responsabilizando al PSOE de las rebajas de penas.

Foto: El presidente de Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. (EFE/Chema Moya)

En el Ejecutivo se está enfriando esta vía, a pesar del revés del Supremo, después de que Sánchez interviniese para evitar una batalla entre los socios y consensuar con Irene Montero la respuesta a esta polémica. Fuentes cercanas a Justicia, sin embargo, reconocían tras conocerse la resolución del caso Arandina que no se la esperaban. Los magistrados atendieron el recurso de la Fiscalía y elevaron sus penas hasta los nueve años y un día al suprimir uno de las atenuantes que incluía la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, pero al mismo tiempo les recortaron en un año la condena final con base en la nueva normativa. La posición marcada por la Moncloa, tras el cierre de filas de Sánchez con Igualdad, pasaba por esperar a que el Supremo sentase jurisprudencia confiando en que no rebajaría penas con la ley del solo sí es sí y que seguiría la orden dictada previamente por la Fiscalía.

Para los morados, es una línea roja tocar su ley estrella y Montero no ha dejado de elevar el tono para marcar terreno. Las tensiones entre Igualdad y el ala socialista del Gobierno y, sobre todo, el sector feminista del partido no han cesado pese al obligado cierre de filas en público. Incluso han ido a más, con el trasfondo del choque por la ley trans. Este miércoles, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso, acabaron por estallar después de que la ministra morada acusase al PP de "promover la cultura de la violación".

Unas palabras que han censurado de forma unánime los socialistas, reflejando su hastío por el respaldo que tiene por parte de la Moncloa. Su confrontación con el sistema judicial tampoco fue cuestionada en ningún momento, pese a poner en duda la interpretación de los jueces en las sentencias, señalar su falta de formación en materia de violencia de género y acabar por calificar la judicatura de "machista". Sánchez alejó con ello el choque de trenes en la coalición para no deslucir la aprobación de los presupuestos, aunque la tregua apenas ha durado unos días.

Para Podemos, tocar su ley estrella es una línea roja y Montero no ha dejado de elevar el tono

Las duras acusaciones de la ministra al principal partido de la oposición en sede parlamentaria fueron la gota que colmó el vaso de la paciencia de los socialistas. La sensación compartida es que no pueden ignorar sus ataques como hasta ahora. No lo hicieron durante la sesión de control, al negarle el aplauso a la ministra, ni tampoco posteriormente, al no esconder sus encendidas protestas. Para algunos diputados socialistas, se trata de una estrategia de polarización con la derecha, a la que se prestaría Montero para reforzar su perfil en su particular lucha con Yolanda Díaz por el control del espacio de Unidas Podemos.

Otros diputados socialistas ponen el foco en que se fomenta el "estás conmigo o contra mí" para defenderse de la polémica por la ley del solo sí es sí y mantener el pulso en las negociaciones para la ley trans. En lo que todos coinciden es en que no se puede caer en el "todo vale" y en la intencionalidad de un mensaje, que no fue fortuito. "Es evidente que estaba preparado, porque lo llevaba escrito y así lo leyó", apunta otro diputado del PSOE y miembro de la dirección de Ferraz.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero, el pasado sábado durante el acto "Con todas, por todas" organizado por Podemos. (EFE/Borja Sánchez Trillo)

El portavoz de los socialistas, Patxi López, lamentaba respecto a las acusaciones de la ministra, en declaraciones a los medios en los pasillos de la Cámara, que "no me han parecido las mejores palabras después de todo lo que hemos vivido en este Congreso". En esta línea, afeaba que, "precisamente ella, que ha sufrido esta agresividad verbal, no debiera jugar con esto". Sin mencionar directamente a la ministra, la diputada y responsable de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, replicaba en redes sociales que "el Congreso es, o debería ser, la casa de la palabra. Lo primero que sobra es el hostigamiento, pero también las expresiones gruesas, las algaradas y el espectáculo. España merece mucho más que eso". Fernández es la encargada de defender la posición del PSOE respecto a las enmiendas a la ley trans que han provocado un enfrentamiento con Igualdad, hasta el punto de amenazar con dejar en vía muerta la norma.

Patxi López: "Precisamente ella, que ha sufrido la agresividad verbal, no debiera jugar con esto"

La propia presidenta del Congreso, Meritxell Batet, tuvo que intervenir tras la respuesta de Montero a una diputada del PP para reclamarle que no empleara "una expresión no adecuada". La titular de Igualdad, lejos de matizar sus palabras, volvía a defenderlas posteriormente, a través de las redes sociales, al justificar que "responsabilizar a las víctimas y no a los agresores en las campañas institucionales tiene un nombre". La misma definición utilizada por ONU Mujeres, argumentaba. Esto es, "responsabilizar a la víctima de la agresión" o "poner el foco en las mujeres y no en los agresores", lo que asociaba a campañas de administraciones del PP como “cuida tu copa” y “no debería pasar, pero pasa”.

Foto: Irene Montero. (EFE/Mauricio Dueñas Castañeda)

Más allá del debate terminológico, el cabreo en las filas socialistas es sintomático. No solo da cuenta de que el conflicto entre los socios de coalición por la bandera feminista sigue recrudeciéndose, con el cierre en falso por la ley del solo sí es sí y la falta de acuerdo para desbloquear la ley trans, sino también del cansancio por la protección que Igualdad recibe directamente de la Moncloa. En esta línea, no han pasado desapercibidos los guiños a Irene Montero por parte del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, quien participó con un vídeo en el acto de respaldo a sus políticas organizado el pasado sábado por Podemos, así como de la exvicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, quien en un acto institucional del 25-N se dirigió a la ministra para cerrar filas por la "violencia política" a la que estaría sometida.

Sánchez precisa mantener la estabilidad de la coalición y alejar cualquier amenaza de ruptura para reeditarse al frente de la Moncloa. Un objetivo que deberá compaginar con la presión interna para reformar la ley del solo sí es sí. Una petición que también se ha argumentado en términos electorales.

La revisión de sentencias a agresores sexuales por la ley del solo sí es sí, que no ha frenado el Tribunal Supremo, como confiaba el Gobierno, está generando un creciente malestar en el PSOE. Altos cargos del partido, ministros y barones socialistas abogaron en un primer momento por corregir la norma, pero Pedro Sánchez cortó de raíz esta posibilidad y decretó un cierre de filas con la titular de Igualdad, Irene Montero. La resolución este martes sobre el caso Arandina, en la que el alto tribunal abre la puerta a la rebaja de penas en aplicación de la nueva norma, ha vuelto a elevar la presión interna para que se mueva ficha. En el Ejecutivo son reticentes, mientras que fuentes parlamentarias socialistas apuestan por hacer cambios ante un desgaste que consideran que irá a más.

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