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Moncloa enfría la reforma de la ley Montero y busca alejar el foco de la rebaja de penas
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PESE A LA SENTENCIA DEL SUPREMO

Moncloa enfría la reforma de la ley Montero y busca alejar el foco de la rebaja de penas

En los planes del Ejecutivo no está corregir la norma, una línea roja para el ministerio de Igualdad​ impulsor de la norma, aunque confiaban en que el alto tribunal no asumiese una rebaja de penas

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero, el pasado sábado durante el acto "Con todas, por todas" organizado por Podemos. (EFE/Borja Sánchez Trillo)
La ministra de Igualdad, Irene Montero, el pasado sábado durante el acto "Con todas, por todas" organizado por Podemos. (EFE/Borja Sánchez Trillo)

El Gobierno no se plantea por el momento corregir la ley del solo sí el sí, pese a que el Tribunal Supremo ha abierto la puerta a la rebaja de penas a agresores sexuales en aplicación de la nueva norma. Frente a la alarma social por la revisión de sentencias, desde Moncloa apuestan por una nueva pedagogía, que pase por alejar el foco del carácter punitivo de la ley para centrarlo más en la protección de las víctimas y en los castigos que la acompañan en forma de inhabilitaciones o las órdenes de alejamiento de las víctimas y sus hijos. En los planes del Ejecutivo no está, por tanto, corregir la norma, una línea roja para el ministerio de Igualdad impulsor de la norma, aunque confiaban en que el alto tribunal no asumiese una rebaja de penas en contra del criterio de la Fiscalía.

Si oficialmente se traslada que se estudiará detenidamente la sentencia del alto tribunal, en privado se enfría la posibilidad de una reforma que no solo supondría asumir un error del Ejecutivo, sino que generaría un choque frontal con sus socios de coalición. La titular de Justicia, Pilar Llop, ha defendido en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros de este martes el espíritu de la nueva ley basada en el consentimiento. Un objetivo por el que ha asumido que obliga a "reajustar las penas".

El Supremo incide en su sentencia en que la ley del solo sí es sí "podrá aplicarse en beneficio del reo cuando se fije ahora pena inferior en aquellos supuestos en los que así proceda, pero analizando caso por caso, y no de forma global, tanto en asuntos pendientes de juicio, recursos de apelación y casación y en ejecutorias penales". Un jarro de agua fría para el Gobierno que no logra cortar la polémica. Frente a ello, comienzan a resignarse con una nueva pedagogía, como ya hacía Llop este martes al defender el cambio de paradigma de la ley con base en el consentimiento.

“Cambia todo un modelo de política criminal sobre los delitos contra la libertad sexual al entender que todo pivota sobre el consentimiento”, insistía la titular de Justicia para explicar los motivos de agrandar la horquilla de penas, la base de la revisión de sentencias. La intimidación o los actos no violentos se consideran con la nueva ley como agresiones sexuales.

Las reticencias del Ejecutivo a reformar la ley del solo sí es sí chocan con las voces que dentro del PSOE han reclamado cambios. Una posición unánime de los barones socialistas, que habían urgido su revisión o lamentado los efectos de la norma en la revisión de sentencias. Asimismo, los socios parlamentarios del Gobierno que habían apoyado la ley en el Congreso se han mostrado abiertos a revisarla para frenar la rebaja de penas por parte de los tribunales. ERC y PNV ya reprocharon al Ejecutivo durante la tramitación que no tuviese en cuenta los posibles efectos adversos de la ley.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue quien marcó la línea a seguir tras los primeros mensajes contradictorios en las filas socialistas sobre una posible reforma de la ley. Además de defenderla y aplazar cualquier decisión a que el Supremo sentase doctrina, en la ejecutiva socialista del pasado lunes ordenó el cese de cualquier hostilidad para apaciguar la batalla interna en la coalición.

Sánchez defendió la intencionalidad y el objetivo de la norma, que calificó como una "conquista feminista" para convertir en delito todo tipo de agresión sexual y justificó que la voluntad tanto del Gobierno, al aprobar el proyecto, como del poder legislativo, con su tramitación parlamentaria, fue la de "reforzar la seguridad de las mujeres" e identificar cualquier agresión sexual como delito sexual para que haya penas más agravadas. Los tribunales, sin embargo, están haciendo lo contrario, reduciendo las penas a condenados por la brecha abierta en esta nueva ley, con el visto bueno de la Fiscalía.

La titular de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, la primera en abrir la puerta a corregir la norma tras la revisión de sentencias, este fin de semana quiso cerrar filas y poner en valor el papel de la titular de Igualdad "en pos del avance de las mujeres". En la misma línea, la portavoz del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría, pasó de tomar una posición activa en esta polémica, abogando por tomar la iniciativa y "estudiar y valorar desde el punto de vista jurídico posibles modificaciones de la ley", a apelar a la prudencia. "Ahora lo prudente es esperar a que los jueces unifiquen doctrina antes de extraer otras conclusiones", ha afirmaba el pasado lunes en rueda de prensa desde Ferraz.

El Gobierno no se plantea por el momento corregir la ley del solo sí el sí, pese a que el Tribunal Supremo ha abierto la puerta a la rebaja de penas a agresores sexuales en aplicación de la nueva norma. Frente a la alarma social por la revisión de sentencias, desde Moncloa apuestan por una nueva pedagogía, que pase por alejar el foco del carácter punitivo de la ley para centrarlo más en la protección de las víctimas y en los castigos que la acompañan en forma de inhabilitaciones o las órdenes de alejamiento de las víctimas y sus hijos. En los planes del Ejecutivo no está, por tanto, corregir la norma, una línea roja para el ministerio de Igualdad impulsor de la norma, aunque confiaban en que el alto tribunal no asumiese una rebaja de penas en contra del criterio de la Fiscalía.

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