Fernández Vara abre una grieta en el discurso antinucleares de Sánchez

El discurso antinuclear de Pedro Sánchez ha encontrado una grieta en las filas socialistas. El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, se mostró este jueves partidario de aplazar el cierre de la central de Almaraz, en Cáceres, tal y como defiende el PP como solución a la crisis energética. "Si dentro del PNIEC [Plan Nacional Integrado de Energía y Clima] se puede aplazar la vida de la central nuclear, nosotros encantados", declaró en una entrevista en Extremadura Radio.

Sánchez mantiene un discurso intransigente con las nucleares. El presidente y sus ministros repiten una y otra vez que en ningún caso se modificará el calendario marcado en el plan nacional, que abarca desde 2017 a 2032, y que no se prevé otra cosa que no sea el impulso e implantación de las renovables. La última ocasión fue el pasado martes en el Senado, durante el cara a cara con Alberto Núñez Feijóo. "El Gobierno no tiene intención de prorrogar la vida de las centrales nucleares", subrayó el jefe del Ejecutivo, en la misma línea que en el debate sobre el estado de la nación.

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Fernández Vara, uno de los barones socialistas más críticos, también aboga por potenciar las fuentes de energía limpia, pero sin obviar la posibilidad de las nucleares. Además, anunció cambios normativos en las próximas semanas para impulsar el autoconsumo y favorecer la instalación de placas fotovoltaicas en los cascos históricos de las ciudades extremeñas, según informa EFE. Sea como fuere, las palabras en público del presidente extremeño cuestionan por primera vez el discurso oficial del partido, alineándose así con los postulados del primer partido de la oposición. Además, otros dirigentes autonómicos ya habían manifestado en privado su preocupación por los efectos de la crisis y no veían con malos ojos reconsiderar su postura.

Las dudas de Ximo Puig

Es el caso del barón valenciano, el también socialista Ximo Puig, que hasta no hace mucho expresaba en algunos encuentros privados sus dudas sobre la capacidad del país de cumplir el calendario de clausura de nucleares con nueva capacidad fotovoltaica o eólica instalada suficiente para cubrir el vacío del átomo. La Comunidad Valenciana alberga la central de Cofrentes, propiedad de Iberdrola, una infraestructura cuyo funcionamiento fue prorrogado en marzo del año pasado por orden ministerial publicada en el Boletín Oficial del Estado, con el 30 de noviembre de 2030 como fecha marcada en el calendario para el cierre definitivo de la actividad, 46 años después de su entrada en servicio.

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Aunque la red de distribución eléctrica está mallada en España, sin 'islotes' energéticos, lo cierto es que Cofrentes y sus casi 1.000 MW generan la cuarta parte de la energía consumida en un territorio que acumula en los despachos cientos de proyectos fotovoltaicos por desarrollar. El temor a que la sustitución del 'mix' generador de una fuente por otra no llegue a tiempo del cierre de la central nuclear es lo que ha llevado a Puig a reflexionar sobre la posibilidad de plantear una prórroga, aunque es cierto que nunca lo ha verbalizado en público y tampoco ha hecho ninguna gestión ante el Gobierno en este sentido. De hecho, su posición política oficial es la apuesta por las renovables, una vez que el Consell del Botànic ha logrado desatascar, tras muchas negociaciones entre los socios (PSPV-PSOE, Compromís y Unidas Podemos), una nueva normativa en materia de tramitación de proyectos de renovables destinada a tratar de agilizar su burocracia y su gestión administrativa.

En la conferencia de apertura del curso político el pasado lunes en el Fórum Europa Tribuna Mediterránea, el 'president' de la Generalitat se mostró crítico con el discurso pronuclear del Partido Popular y su negativa a apoyar los planes energéticos del Gobierno. "Cuando el PP plantea volver a las nucleares, ¿dónde piensa instalarlas? ¿En qué comunidad autónoma piensa instalar centrales nucleares?", asestó. "La Estrategia Valenciana 2030 se asentará en el impulso de las renovables, la eficiencia, el ahorro energético y la reforestación para combatir el cambio climático", señaló, sin abrir ninguna ventana a la opción nuclear.

Debate internacional

El debate está sobre la mesa ante la amenaza real de que Rusia cierre el grifo este invierno. Especialmente porque países tradicionalmente en contra de la energía nuclear, como Alemania, se han replanteado su postura para minimizar la dependencia de Moscú. Estos cambios de parecer han armado de argumentos al PP, que insiste en aprovechar todas las fuentes disponibles. "Somos el único país de la UE que no se plantea alargar la vida de las centrales nucleares", reiteran desde Génova. Su plan se centra en implantar una moratoria para los siete reactores (cinco centrales) activos en España. Tanto, que Feijóo supedita cualquier acuerdo con el Gobierno en materia energética a cumplir con esta premisa, tal y como planteó en el plan anticrisis que ya envió a la Moncloa en abril.

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El presidente del Gobierno, sin embargo, ha agitado el argumento de que la propuesta de los populares se basa en la instalación de nuevas centrales. Durante el debate en la Cámara Alta, de hecho, se acordó de Isabel Díaz Ayuso e invitó a la presidenta madrileña a elegir el sitio. "Estaría bien que la señora Ayuso nos dijera en qué pueblo de la Comunidad de Madrid quiere construirla", dijo. Pero Sánchez fue más allá e incluso acusó a Feijóo de defender la prórroga de los reactores para satisfacer a las grandes compañías eléctricas. "Usted no olvida quién le puso ahí: las grandes empresas energéticas y corporaciones de este país", atacó el jefe del Ejecutivo durante su turno de palabra. "Es un insulto a todos los simpatizantes del PP. Es lamentable", respondió el líder del PP.

El calendario pactado en 2019 entre el Gobierno y Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP para el final de las nucleares marca el inicio en 2027, precisamente con la central de Alcaraz. Un año después, será el turno del segundo reactor de Cáceres. Le seguirán Ascó y Cofrentes, en 2030; Ascó II, en 2032, y Trillo y Vandellós II, en 2035.