Moncloa ultima su plan energético ante la UE: salva a los hogares y pide implicación a las CCAA

El Gobierno de Pedro Sánchez dice contemplar con sorpresa la polvareda levantada por las medidas de ahorro energético aprobadas el pasado lunes, que contemplan la obligación de mantener los aires acondicionados a 27 grados de mínima en verano y apagar los escaparates de los comercios y los edificios públicos pasadas las 22.00 horas, entre otras cuestiones. Lo hace mientras pelea por desgastar a Alberto Núñez Feijóo, a cuenta de la rebeldía de Isabel Díaz Ayuso, y allana el camino para las medidas de ahorro que aún están por venir, cuyo plan deberá presentar en Bruselas y que prevé imponer en septiembre. Tras la polémica, el Ministerio de Transición Ecológica ha convocado a las comunidades autónomas para tratar las dudas suscitadas esta semana sobre el decreto.

Las restricciones energéticas aprobadas el pasado lunes, que deben entrar en vigor el miércoles que viene, son en realidad una suerte de avanzadilla de lo que llegará entonces, aseguran desde Transición Ecológica. Lo aprobado estos días es "lo más sencillo de aplicar", medidas "inmediatas", en palabras de la vicepresidenta tercera y ministra del ramo, Teresa Ribera.

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Se trata de un primer paso para desplegar todo el abanico de medidas de ahorro que permita cumplir con la reducción del 7% de la factura energética que exige Bruselas para el mes que viene, cuando se cumple el plazo para que los 27 presenten sus respectivos planes de contingencia.

Y si por el momento los hogares han quedado fuera de estos planes obligatorios de reducción de consumo, que afectan a grandes superficies, establecimientos y negocios de distinto tipo y hasta a edificios públicos o estaciones de transporte, la titular de Transición Ecológica afirmaba este viernes que no es su "intención" que las medidas que presentarán a la Comisión Europea en septiembre afecten directamente a las familias.

No impondrán "restricciones", decía, pero sí "recomendaciones" a los domicilios particulares, en la línea "clásica" de Transición Ecológica hasta la fecha: habrá consejos sobre termostatos, ventanas, toldos o electrodomésticos, de cara a los consumidores domésticos y sobre la electrificación o el aumento del uso del biogás en lo que toca a los consumidores industriales.

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Ribera rechazó además todas las críticas de comunidades autónomas como Madrid o Euskadi por la ausencia de diálogo por parte del Ejecutivo y reclamó a todas las comunidades su "implicación" de cara a septiembre, según señaló durante una entrevista en 'Catalunya Radio'. Será entonces cuando el Gobierno proponga a la UE impulsar el ahorro y la eficiencia "a través de la rehabilitación de edificios", la sustitución de calderas, el "cambio de luminarias" o de la "electrificación de la movilidad".

Y, por la distribución competencial entre el Ejecutivo central y las comunidades autónomas, hacer posibles buena parte de estas medidas estará en manos de los Gobiernos regionales. De hecho, a las administraciones regionales les reclamaba que saquen "rápido" las convocatorias para cumplir con el plan de contingencia, pero también que trabajen "rápido" con los ayuntamientos y los barrios.

Además, trataba de desmontar sus críticas sobre las reticencias del Ejecutivo central a dialogar: en la última conferencia sectorial sobre energía, el 28 de julio, Ribera asegura haber mantenido una conversación "enormemente constructiva" y "positiva" con todas las comunidades autónomas, dejando ver que no apreció indicios de la intensidad con la que llegarían estas críticas. "Seguro que hace falta dialogar mucho más", se limitaba a asumir.

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Por contra, cuestionaba que estos días se hubiese "cambiado el foco", que el debate sobre estas medidas se haya centrado en cómo incumplir la normativa y evitar las sanciones, en lugar de "canalizar" el objetivo de ahorro. Tras intentar desmontar las críticas, la vicepresidenta tercera mandó un recado a todas las comunidades, al afirmar que no ha recibido "ninguna propuesta" de "ninguna comunidad autónoma" en lo que al ahorro energético se refiere.

A cuenta de la interlocución con las comunidades autónomas, precisamente, el Ministerio de Transición Ecológica ha convocado a los Gobiernos regionales a una reunión. La cita, al menos sobre el papel, servirá para aclarar dudas sobre el plan de ahorro energético que ha suscitado la polémica. Según fuentes de la cartera de Ribera, se celebrará el próximo martes por la mañana y estará pilotada por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

Disputa con el PP

Ribera señaló que tampoco ha recibido ninguna propuesta del PP, que esta semana ha sido la diana de todas las críticas del Gobierno tras la amenaza de la presidenta de la Comunidad de Madrid de no cumplir el real decreto-ley, posteriormente matizada y limitada, de momento, a estudiar un futurible recurso contra esta norma ante el Tribunal Constitucional.

Durante estos días, el Ejecutivo se ha servido de las palabras de Ayuso para tratar de deconstruir la imagen de moderado de la que intenta revestirse el presidente del PP, y este viernes Ribera se unió a la decena de ministros que se han lanzado a reclamar explicaciones a Alberto Núñez Feijóo.

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Según Ribera, hay una "división" en el "modo de entender la política" en el PP que roza la "irresponsabilidad", y es el presidente de los conservadores quien lo debe "resolver", si bien "no necesariamente lo tiene fácil". Esta "división" tan comentada por la mitad del Gobierno estos días, en relación con las diferencias en fondo y forma entre el discurso de Ayuso y los del resto de grandes dirigentes populares, es una "desgracia". También redujo a solo dos las propuestas aportadas por el primer partido de la oposición. Recuperar el carbón y alargar la vida de las centrales nucleares, ambas rechazadas por el Ministerio.

En las próximas semanas, el Ejecutivo tiene previsto pulir el borrador, que después quiere trasladar a las comunidades autónomas, grupos parlamentarios y representantes empresariales. Mientras, ha solicitado aportaciones a todos los actores interesados, esperando que, esta vez, no le reprochen su falta de diálogo.