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Moncloa aprovecha el conflicto por el ahorro energético para desgastar a Feijóo
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ENTIERRA LOS PACTOS CON EL PP

Moncloa aprovecha el conflicto por el ahorro energético para desgastar a Feijóo

Los dos partidos del Gobierno utilizan el desafío planteado por Ayuso para menoscabar la imagen de 'moderado' del presidente del PP. Sánchez considera que los conservadores no quieren buscar acuerdos con el Ejecutivo

Foto: El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, y la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez. (EFE/Mariscal)
El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, y la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez. (EFE/Mariscal)
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Aunque el PP se ha lanzado a complementar y no enfrentar las dos almas que viven en el partido, el Gobierno sabe que Alberto Núñez Feijóo no digiere como su predecesor el verso suelto que es Isabel Díaz Ayuso. El Ejecutivo no va a dejar pasar ninguna ocasión de utilizar las desavenencias en las filas de los populares para abrir grietas en una formación aparentemente cohesionada y, sobre todo, disparada en las encuestas. Moncloa quiere menoscabar la imagen de 'moderado' por la que apuesta el jefe de la oposición y que le ha proporcionado buenos resultados en los sondeos frente a un PSOE en horas bajas. El marcado giro electoralista de Pedro Sánchez y el aumento de decibelios en la izquierda a cuenta de la guerra energética entierran, al menos de momento, toda posibilidad de acuerdo en el bipartidismo.

Pedro Sánchez, Nadia Calviño y más de media docena de ministros han salido en tromba en apenas 48 horas a censurar el "egoísmo" de la presidenta de la Comunidad de Madrid, su "impresentable" enfoque o su alejamiento de la realidad, después de que Ayuso amenazara con rebelarse contra el real decreto-ley de medidas de ahorro energético, aprobado el pasado lunes. La ministra de Justicia, Pilar Llop, directamente reclamó a Feijóo que pusiera "orden en su partido". La tensión fue escalando con el paso de las horas, hasta el punto de que el nuevo portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, también pidió a Feijóo "poner orden" en su partido y denunció que diese a sus presidentes autonómicos "impunidad para delinquir". Las palabras del socialista no han tardado en desatar un fuerte malestar en las filas populares, que constatan que la voladura de puentes es total.

Génova hizo un importante ejercicio de equilibrio para no enmendar a la dirigente y, a la vez, no transitar por el carril de la confrontación que ha abanderado la baronesa más intransigente. A pesar de que la presidenta de la Comunidad de Madrid ya ha levantado el pie del acelerador y ha corregido su desafío al Ejecutivo, los dos partidos del Gobierno no han dejado pasar la oportunidad de intentar desgastar a Feijóo.

Ayuso ha vuelto a hacer del enfrentamiento con Sánchez su sello político a apenas 10 meses de que reabran las urnas en la Comunidad de Madrid. El Ejecutivo central sabe que, en anteriores ocasiones, la ofensiva contra la mandataria popular solo ha servido para reforzarla de cara a su electorado. No en vano, las continuas desavenencias y el cruce de criterios entre Sol y Moncloa durante los peores meses de la pandemia situaron a Ayuso como líder de la oposición, por encima incluso de Pablo Casado en cuanto a foco mediático, y allanaron el camino de la mandataria popular a su primer gran éxito electoral, en mayo de 2021.

Foto: Pedro Rollán y Elías Bendodo, con el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, detrás. (EC)

Sin embargo, en esta ocasión Moncloa ve margen para explotar las contradicciones en el partido de Alberto Núñez Feijóo. La hemeroteca le ha pasado factura al mandatario popular, que hace solo dos semanas pedía 'apagar' edificios públicos y calificaba de "imprescindible" un plan de ahorro energético pactado con los ayuntamientos. Se trata de unas declaraciones que se acercan más a la postura del Gobierno que a la de Díaz Ayuso, que se niega a acatar unas políticas que van en la misma línea. La tensión fue escalando hasta el punto de que Génova se vio obligada a matizar las palabras de su líder.

La dirección nacional niega discrepancias internas, y subraya que lo que hizo Feijóo durante aquel acto en la Comunidad Valenciana fue "desglosar medidas que deberían haberse tomado hace tiempo". "Él habló de edificios oficiales, y nunca dijo que los comercios apagasen a las 10", reiteran en su equipo, que insiste en el mensaje de que "las restricciones deberían empezar por el mismo Gobierno" y que cualquier plan debería contar con el beneplácito de autonomías, ayuntamientos y sectores afectados, algo que no ha sucedido en la elaboración del controvertido decreto gubernamental.

El Gobierno, sin embargo, lee como un gol en propia puerta la brecha que la política energética ha abierto en el PP, liderado por un dirigente que se vende como hombre de Estado, con voluntad para llegar a acuerdos, mientras Ayuso proclama que se declara en rebeldía ante una ley del Ejecutivo y anuncia que quiere llevarla al Tribunal Constitucional. Génova y el resto de los barones del PP no han ahorrado en críticas al decreto energético del Gobierno, pero, al menos de momento, rechazan seguir a la mandataria madrileña en su cruzada contra Sánchez en los tribunales.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/J. J. Guillén)

Formalmente, el Ejecutivo reclama al PP que se retracte de sus posiciones y demuestre que quiere debatir algunas de sus iniciativas en materia energética, pero fuera de cámara dejan claro que no ven posibilidad real de llegar a grandes acuerdos con los populares. "Esperamos que el PP rectifique, porque es lo mismo que pedía Feijóo hace dos semanas. Debe poner orden. No puede ser que diga una cosa un día y después deje libertad para cumplir o no una norma del Gobierno. El decreto se cumple, punto", reiteran en la cúpula de los socialistas. El propio Sánchez, en una conversación informal con los medios de comunicación, durante su gira por los Balcanes Occidentales, ya dejó claro que, pese a estar aún "conociendo" a Feijóo como líder, parte de la premisa de que no hay diferencias de peso con Pablo Casado.

Por otra parte, el Ejecutivo ha aprovechado al máximo la polémica por la rebeldía de Ayuso para fijar su atención sobre el conflicto energético y no en la controvertida aprobación del anteproyecto de ley de secretos oficiales, polémico y criticado por todos sus aliados parlamentarios, y hasta por el socio minoritario de la coalición, Unidas Podemos. Creen que la polvareda sobre los secretos de Estado se asentará, pero las palabras de la presidenta de Madrid han venido bien para que quedase en un segundo plano.

En lo que sí estaba de acuerdo la formación morada es en alimentar el discurso del PSOE sobre Feijóo, palabra por palabra. De hecho, la portavoz del partido morado, María Teresa Pérez, replicó el argumentario de Ferraz en una entrevista con Europa Press este miércoles: afirmó que el líder del PP evidencia que "no es moderado" al consentir que "personajes como Ayuso estén diciendo auténticas barbaridades" sobre estas medidas. Ayuso fue quien pronunció esas "barbaridades", pero era Feijóo quien quedaba retratado, al menos según los morados.

Génova aleja su apoyo al decreto

El PP se ha sacudido las críticas procedentes de Moncloa con el argumento de que el partido no es "monolítico", y asegurando "entender" la "desesperación" de algunos presidentes autonómicos ante lo que consideran una "imposición" por parte del Ejecutivo. El coordinador general del PP, Elías Bendodo, reiteró este miércoles que sus dirigentes tienen potestad y criterio para decidir "aplicar o no" el decreto del Gobierno en el margen de sus competencias.

Génova ha centrado sus críticas en el hecho de que el Gobierno elaborase el decreto de forma "unilateral", sin discutir el contenido con los territorios que deben hacer cumplir la normativa. Pero Feijóo siempre ha abogado por impulsar un plan de ahorro energético, sumado a otras iniciativas que los populares ven imprescindibles, como nuevas deducciones fiscales o un proyecto para alargar la vida útil de las nucleares.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Por el momento, el PP ha dejado en el aire su apoyo a un decreto que el Gobierno llevará al Congreso a principios de septiembre. En todo caso, por el momento aleja un voto favorable por la "falta de cogobernanza" y la "nula voluntad de modificar la actual política energética" del Gobierno. Los "insultos" del Ejecutivo tampoco ayudan a encontrar una vía de acuerdo, confirman fuentes parlamentarias de los populares. Y, una vez más, Génova vincula cualquier posibilidad de pacto a que Moncloa se siente a negociar la hoja de ruta de Feijóo.

Aunque el PP se ha lanzado a complementar y no enfrentar las dos almas que viven en el partido, el Gobierno sabe que Alberto Núñez Feijóo no digiere como su predecesor el verso suelto que es Isabel Díaz Ayuso. El Ejecutivo no va a dejar pasar ninguna ocasión de utilizar las desavenencias en las filas de los populares para abrir grietas en una formación aparentemente cohesionada y, sobre todo, disparada en las encuestas. Moncloa quiere menoscabar la imagen de 'moderado' por la que apuesta el jefe de la oposición y que le ha proporcionado buenos resultados en los sondeos frente a un PSOE en horas bajas. El marcado giro electoralista de Pedro Sánchez y el aumento de decibelios en la izquierda a cuenta de la guerra energética entierran, al menos de momento, toda posibilidad de acuerdo en el bipartidismo.

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