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El regreso de los temporeros: Aragón intenta evitar otra 'zona cero' de contagios
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Lo que ocurrió no puede repetirse

El regreso de los temporeros: Aragón intenta evitar otra 'zona cero' de contagios

La precariedad de los trabajadores agrícolas disparó los contagios el pasado verano. Desde el viernes, se vacunará a 10.000 temporeros. El objetivo: no repetir los mismos errores

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Lo que ocurrió hace un año no puede repetirse. Este es el mensaje unánime que lanzan todas las administraciones y sindicatos sobre la llegada de temporeros al campo aragonés desde otros países. Las condiciones laborales y habitacionales de los trabajadores agrícolas provocaron el mayor foco de contagios de Europa durante el verano. El brote en Aragón fue origen de la variante del virus que dominó en la segunda ola del continente. El mazazo epidemiológico vivido entonces mantiene la comunidad en tensión para no repetir los errores. Se espera una lluvia de vacunas después de que Sanidad acordase incluir a los temporeros en el grupo de prioridades. Pero falta que Cataluña, que comparte trabajadores con Aragón, acelere un plan de contingencia que aún no tiene tras semanas de demora.

Foto: Una pareja pasea en L'Hospitalet, una de las zonas con más casos activos de covid-19 en Cataluña. (EFE)

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Javier Lambán lo tiene claro: el control absoluto de los temporeros por sus condiciones laborales es inviable y todo depende de la vacunación masiva de este colectivo. Una situación que no convence por completo a los alcaldes de la zonas orientales de Aragón, que el año pasado vivieron con angustia cómo en sus municipios se dispararon los casos tras la llegada de los trabajadores agrícolas. Los epidemiólogos advierten de que la vacunación es insuficiente: harán falta otras medidas paliativas extra.

La inquietud en el campo

El pasado mes de febrero, el Gobierno de Aragón abrió un canal de comunicación con las comarcas más afectadas (Cinca Medio, Bajo Cinca, La Litera, Caspe-Bajo Aragón) para hacer un protocolo que fuera capaz de prever los posibles contagios de temporeros por su situación de precariedad laboral. Se incluyeron desde el minuto uno las comarcas colindantes de la provincia de Lleida, por su especial vinculación económica. Y la semana pasada, la Comisión de Salud Pública, en la que participan las comunidades y el Ministerio de Sanidad, anunció que se incluía en el plan de vacunación a los temporeros.

Foto: Un africano abandona Lleida, tras el anuncio del confinamiento perimetral. (Ferran Barber)

“Los protocolos de actuación nos los conocemos, pero nos preocupa lo que puede pasar aunque se prometa vacunar a todos los trabajadores”. Así se expresa en conversación con El Confidencial Marco Ibarz, alcalde de Zaidin (Bajo Cinca), uno de los municipios que más sufrieron el repunte de contagios el verano pasado. “En el pueblo, ponemos a disposición de Sanidad lo que sea necesario. Los vestuarios del campo de fútbol o el pabellón municipal pueden ser lugares para aislar a los temporeros”, afirma.

A partir del viernes, Aragón vacunará con Janssen a quienes trabajan en la recogida de la cereza

Por su parte, Ricardo Charlez, alcalde de Albalate de Cinca, en la comarca oscense del Cinca Medio, asegura que “no sucederá el descontrol del año pasado y eso es lo más positivo”. Las masificaciones de temporeros en los almacenes, con poca distancia y con falta de salubridad, no serán las mismas, asegura, porque habrá más controles e inspecciones. “Se mirará con lupa a todas las empresas”, aclara.

La principal decisión que se ha dado por parte del Gobierno aragonés da algo de alivio al campo. La Consejería de Sanidad ha anunciado que se vacunará a todos los trabajadores hortofrutícolas —tanto temporeros como locales— a partir de este viernes con la monodosis de Janssen. Se empezará por los que trabajan en la recogida de la cereza temprana en Valdejalón (Zaragoza) y se continuará por los municipios de Caspe y Mequinenza, en el Aragón oriental.

Vacunar no es suficiente

La responsable de Comisiones Obreras en el sector de Industria, Ana Sánchez, atiende a El Confidencial para acotar el optimismo del Gobierno aragonés. “Hay un problema de base que impide toda la buena voluntad del Gobierno, y es que la precariedad es más que evidente. Nadie dice quién se hace cargo de los alojamientos tampoco. Estamos en tierra de nadie”, explica.

Foto: El ministro de Sanidad, Salvador Illa. (Reuters)

Por el momento, la Consejería de Sanidad ha empezado a recabar información del número de temporeros que llegarán a las zonas hortofrutícolas para establecer un protocolo de vacunación: saber cuántos son los trabajadores, de cuántas vacunas se dispone, dónde se realizará la vacunación y en qué municipios antes que otros. El Gobierno aragonés ya estima que serán más de 10.000 trabajadores.

La crítica del sector sindical se basa en que no es suficiente solo vacunar a los trabajadores. Y lo recalca Ana Sánchez: “Los tiempos de la fruta no esperan a la política. Está bien estar vacunado y ojalá haya vacunas suficientes, pero es difícil evitar los contagios entre temporeros. La vacunación no anula las recomendaciones y obligaciones de salud laboral”.

Foto: Temporeros son trasladados al recinto ferial de Albacete el 22 de julio. (EFE)

En la misma línea se expresan los expertos sanitarios consultados por El Confidencial. El epidemiólogo Nacho de Blas recuerda que "la vacuna no protege al cien por cien". El científico asegura que si no se explica con claridad las recomendaciones y garantías sanitarias a los temporeros que vengan de otros países, será contraproducente. Y la vacunación no habrá servido de nada. “Janssen es la vacuna que menos eficacia tiene (un 76,7%), por lo que también habría que hacer pruebas de antígenos en los desplazamientos de cada cuadrilla”, detalla.

Falta de coordinación con Cataluña

El investigador aragonés Juan José Badiola también es reacio a la única decisión de vacunar a la población flotante de los temporeros, según cuenta a este diario. “La campaña de vacunación es la medida más lógica, pero la dificultad está en localizar a quienes no se inscribirán oficialmente como trabajadores reglados”, detalla. Y apunta al gran problema: “Debería haber una campaña más coordinada entre Aragón y Cataluña, que no existe. La vacuna no evita que no se repitan contagios en trabajadores hacinados y sin medidas de higiene. Es un conjunto de medidas y no solo la vacunación”.

Son dos territorios con tanto nexo económico que cuando se inicia la campaña de recogida de fruta es habitual que las cuadrillas de temporeros se muevan entre las comarcas del Aragón oriental y la provincia de Lleida. El desmedido brote que preocupó en pleno verano a Aragón también elevó la incidencia en las zonas occidentales de Cataluña.

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Es por eso que el retraso de la comunidad catalana en plantear un protocolo para evitar los contagios entre los trabajadores del campo preocupa en las zonas afectadas. Así lo explica el investigador y colaborador de la OMS Enrique Bernal en declaraciones a El Confidencial. “La vacunación con Janssen, que es una única dosis, tiene toda la lógica porque es población de aluvión y se mueve constantemente por diferentes zonas en pocas semanas”. Sin embargo, sobre la diferencia de previsión entre Aragón y Cataluña, el investigador asegura que Cataluña debería tener “más celeridad porque esto es cuestión de pocas semanas”.

Algo que se percibe en la comarca leridana del Bajo Segre. Los representantes municipales y comarcales de esta zona ya han elevado una queja a la Consejería de Sanidad de la Generalitat para que haga un plan bien definido con el protocolo de vacunación. Una reclamación que llevan planteando desde enero, y para recabar más apoyos están contactando con las comarcas aragonesas donde comparten fronteras. La reivindicación es común en una zona que vivió la mayor pesadilla de la pandemia en pocos meses. Y quiere terminar con la pandemia sin más sustos.

Lo que ocurrió hace un año no puede repetirse. Este es el mensaje unánime que lanzan todas las administraciones y sindicatos sobre la llegada de temporeros al campo aragonés desde otros países. Las condiciones laborales y habitacionales de los trabajadores agrícolas provocaron el mayor foco de contagios de Europa durante el verano. El brote en Aragón fue origen de la variante del virus que dominó en la segunda ola del continente. El mazazo epidemiológico vivido entonces mantiene la comunidad en tensión para no repetir los errores. Se espera una lluvia de vacunas después de que Sanidad acordase incluir a los temporeros en el grupo de prioridades. Pero falta que Cataluña, que comparte trabajadores con Aragón, acelere un plan de contingencia que aún no tiene tras semanas de demora.

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