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¿Qué significa un “Gobierno de cooperación” para Pedro Sánchez?
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HOY, RONDA DE REUNIONES CON LOS MINORITARIOS

¿Qué significa un “Gobierno de cooperación” para Pedro Sánchez?

Los socialistas insisten en que la petición de Ejecutivo de coalición queda desactivada, y que se trata de un Gabinete “de colaboración”, en el que podría haber independientes de la órbita morada

Foto: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, antes de su reunión en el Congreso este 11 de junio. (Inma Mesa | PSOE)
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, antes de su reunión en el Congreso este 11 de junio. (Inma Mesa | PSOE)

Seamos claros. La pregunta que queda sobre la mesa tras la primera jornada de contactos formales de Pedro Sánchez con vistas a armar su investidura no tiene una respuesta clara. Ni contundente. Ni nítida. Ni de consenso.

¿Qué es un “Gobierno de cooperación”?

Para Pablo Iglesias, no deja de ser una nueva denominación que remite a su misma exigencia, un Gobierno de coalición, sin “vetos” de ninguna de las partes. Para el PSOE, implica que Unidas Podemos ha rebajado sus exigencias y “ya no habla de Gobierno de coalición”.

Sánchez ofrece a Iglesias negociar "un Gobierno de cooperación" con Podemos

En realidad, el principal avance del reencuentro entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias radica en el hallazgo de la misma expresión. “Gobierno de cooperación”. El artefacto político que ambos líderes consensuaron este martes en su reunión en el Congreso y que les sirve para comenzar a caminar, pero sin que aún tenga unos contornos definidos. La denominación se convirtió, cara a la galería, en la primera cesión de las dos fuerzas. Al PSOE le servía para que Iglesias no hablara en primer término del “Gobierno de coalición” que anhelaba. Y a Unidas Podemos le valía para que Sánchez no hable de “Gobierno socialista en solitario”. Los dos ganan. Pero habrá que ver qué.

"La coalición que quiere Podemos no da en cifras. No es posible. Ahora hay que definir la cooperación, que es colaboración", dicen en la Moncloa


En la Moncloa pedían “tranquilidad”, esperar a ver cómo evolucionan las conversaciones, a partir de ahora discretas, entre Sánchez e Iglesias. “El Gobierno de cooperación puede ayudar a sumar apoyos. La coalición que quiere Podemos no da en cifras. No es posible. Ahora se trata de definir la cooperación, que no es más que colaboración”, indicaban este martes en el entorno más directo del presidente en funciones, al término de su ronda con Pablo Iglesias, Albert Rivera y Pablo Casado.

Foto: El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, durante su comparecencia ante los medios tras la reunión con Pedro Sánchez. (EFE)

Tono conciliador

Lo cierto es que las dos partes rebajaron el tono ostensiblemente. Nada que ver, además, con la amenaza de elecciones que había lanzado la víspera —bien es verdad que dirigida a todos los partidos— el secretario de Organización, José Luis Ábalos. Tanto el jefe de los morados como la portavoz socialista, Adriana Lastra, se esforzaron por hacer ver un espíritu constructivo, por recalcar la “voluntad de acuerdo” de las dos fuerzas. Pero a partir de ahí venían las diferencias.

Ese Gobierno sería “plural, abierto, integrador, incluyente y representativo de las distintas sensibilidades", no "cerrado" como de coalición

Iglesias sigue manifestando su deseo de entrar en el Ejecutivo, y que su grupo tenga una representación proporcional a sus 42 escaños en el Congreso. “Gobierno conjunto, de cooperación, de coalición… Es lo de menos. Lo importante son los contenidos, construir un Gobierno plural para afrontar los grandes retos de este país [...]. Para nosotros, un Gobierno conjunto es un Gobierno conjunto, se le ponga el nombre que se le ponga”, señaló el líder de Unidas Podemos, quien añadió que está convencido de que el PSOE no pondrá “vetos” a los nombres que su partido proponga para que se integren en ese eventual Ejecutivo compartido. Incluido él mismo.

Lastra insistió, tanto en su comparecencia de la mañana —tras la cita con Iglesias— como en la de la tarde —después de la reunión, por separado, con Rivera y Casado—, que no se “habló de nombres” en ningún momento. No se metió en el jardín quizá más espinoso de todos: la entrada de Iglesias en el Gabinete, la que genera más incomodidad clara al PSOE y la que, a su juicio, gustaría poco o nada a aquellas formaciones de las que necesita su voto para construir la investidura.

Iglesias acepta un "Gobierno de cooperación" en el que insiste en entrar

La portavoz socialista apuntó que ese “Gobierno de cooperación” sería “plural, abierto, integrador, incluyente y representativo de las distintas sensibilidades”, no tan “cerrado” como el formato de un Ejecutivo de coalición. “Es otra cosa”, dijo expresivamente. Se trata, dijo, de apostar por una vía “novedosa e innovadora”, por “empezar a explorar” la opción de un Gobierno “abierto” con “fórmulas diferentes a las conocidas hasta ahora”. No dio el ejemplo de ningún referente dentro o fuera de España. Como si en política (casi) todo no estuviera ya inventado.

Foto: La reunión de Sánchez con Iglesias para pedir apoyo a la investidura. (EFE)

Una expresión que “abraza más”

En la comparecencia de la tarde, Lastra apenas aportó más concreción. Recordó que actualmente el Gabinete en funciones cuenta con perfiles de hombres y mujeres independientes, sin carné —caso de Fernando Grande-Marlaska (Interior), Margarita Robles (Defensa), Dolores Delgado (Justicia) o Pedro Duque (Ciencia)—. ¿Pueden ser ahora independientes de la órbita de Podemos? “No voy a entrar a valorar si pueden ser más afines a una formación u otra. No se ha hablado de nombres”, se escudó.

Esa podría ser una de las claves: el nombramiento de ministros —o altos cargos— que fueran cercanos a los morados, sin tener directamente carné del partido, del mismo modo que en el Ejecutivo saliente se sientan integrantes más próximos al PSOE. Nombres que más que “designados” por Iglesias fueran pactados por los dos socios. Porque si por alguna razón rehúye el PSOE el concepto de Gobierno de coalición, es porque implica cuotas de poder para cada partido firmante, de modo que cada uno de ellos propone nombres que el presidente no puede modificar. Ábalos, hace unos días hablaba de incluir a "miembros de Podemos" del gusto del jefe del Ejecutivo.

Si por alguna razón rehúye el PSOE el concepto de Gabinete de coalición, es porque implica cuotas de poder para cada partido firmante... ¿y con Iglesias?

Para los socialistas, es implanteable (al menos hasta ahora) un Ejecutivo bipartito, en primer lugar, porque PSOE y Unidas Podemos solo llegan a los 165 escaños, a 11 de la mayoría absoluta. Y también porque el resto de aliados a los que hay que convencer no quieren a los morados en el Gabinete. A ello se suma que Sánchez no quiere perder la centralidad del tablero, ni armar un Gobierno que pueda enredarse en ruido interno o disensiones.

“Hay que ir dando forma al concepto de Gobierno de cooperación. Pero lo más determinante es la voluntad de trabajar juntos, construir de otra manera… Y por ahora se ha encontrado una expresión que abraza más que un Gobierno solitario o de coalición”, abundaban en el equipo del presidente en funciones.

El PP no va a apoyar una investidura de Sánchez ni se va a abstener en segunda votación

Navarra vuelve

En todo caso, aun materializándose ese acuerdo con Unidas Podemos, resta camino para que la investidura esté despejada. Casado y Rivera, como se esperaba, negaron la abstención de sus respectivos grupos, de modo que el apoyo a Sánchez solo se puede construir a partir de otras formaciones. Así que tanto o más importante que la ronda de ayer martes es la que sigue este miércoles, y que protagonizará el número tres, José Luis Ábalos. El secretario de Organización se reúne a partir de las 11 con Aitor Esteban (PNV), Joan Baldoví (Compromís), Navarra Suma —la coalición de derechas que integran UPN, PP y Ciudadanos—, Ana Oramas (Coalición Canaria) y Partido Regionalista de Cantabria. Todas las citas se celebrarán en el Congreso. El jueves, será Lastra quien se vea con ERC y Junts per Catalunya. De la ronda quedan excluidos Vox y Bildu.

Ábalos se cita con los minoritarios este miércoles, y son claves la actitud del PNV y de Na+. Esteban no mezcló Navarra y la investidura de Sánchez

Na+ aporta dos diputados que pueden ser clave. El principal actor de la plataforma, UPN, ya ofreció la semana pasada al PSOE explorar la posibilidad de acuerdos —que se traducirían probablemente en abstenciones— en caso de que los socialistas dejen gobernar a su candidato, Javier Esparza. Lastra se remitió a las palabras de Ábalos el lunes, en el sentido de que atraerse a Na+ puede alejar otros seis escaños, los del PNV. Y subrayó que el PSOE no va a entrar “en un intercambio” de cromos (el Ejecutivo de Navarra por el de España). Asimismo, repitió que la líder del PSN, María Chivite, tiene “toda la legitimidad” para presentarse a la investidura.

La ‘vía Navarra’ está metida en el congelador, pero no totalmente muerta. De hecho, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, evitó mezclar los dos temas cuando se le preguntó si la negociación con los socialistas podría verse dañada si estos facilitaran a UPN el Gobierno foral. “Dejen hablar a los navarros y que se decida en Navarra, porque muchas veces ha sido utilizada para otros fines [...]. Lo que tiene que decidirse en Navarra debe decidirse en Navarra por sus representantes”, apuntó el diputado, informa Europa Press. Alternativamente, el PSOE podría intentar rebañar las dos abstenciones en Coalición Canaria, pero ese camino es todavía más pedregoso, porque la formación nacionalista puede perder el poder en las islas después de 26 años, precisamente desplazada por el partido de Sánchez.

Rivera tras el encuentro con Sánchez: "Estamos en la oposición y no apoyaremos esta investidura"

¿Y los diputados presos?

Si ni Na+ ni CC se avinieran a facilitar la investidura, esta no prosperaría: habría 173 votos a favor (PSOE, Unidas Podemos, Compromís, PRC y PNV) y 173 en contra (PP, Cs, Vox, EH Bildu, ERC, JxCAT, CC y Na+). Y Sánchez necesita más síes que noes en la segunda votación, en la que se requiere mayoría simple. Esos serían los números si, además, los diputados independentistas presos y suspendidos no renunciaran a sus actas, como han prometido. Pero Ferraz no se fía y teme que la investidura descarrile en el último momento si cambian de opinión. De ahí que haya reclamado a PP y a Cs su abstención, para asegurarse una reelección sin problemas.

Lastra se verá con JxCAT y ERC. El PSOE descarta que "la gobernabilidad, la investidura, dependa de los independentistas" y por eso apela a PP y Cs

Lastra explicó que se reunirá el jueves con ERC y JxCAT por “cortesía parlamentaria”, aunque hablará con ambos en los mismos términos que con el resto. “Lo que descartamos es que la gobernabilidad, la investidura, dependa de los partidos independentistas. Por eso hemos apelado, y lo vamos a seguir haciendo, a PP y Cs”, rubricó, en línea con lo que informaba este diario. Pero quizás esa pueda ser una salida: que al menos uno de los partidos soberanistas —y el más factible es ERC— se abstenga. En ese caso, la investidura prosperaría, aunque no sería tan ‘limpia’ como Sánchez deseaba.

Foto: El Rey recibe a Laura Borràs en la Zarzuela, este 6 de junio. (EFE)

Cuadrar el puzle, en todo caso, vendrá después. Antes tendrá que ir perfilándose ese “Gobierno de cooperación”. El neologismo que contenta de entrada a los dos socios principales pero del que nadie sabe muy bien, todavía, su alcance.

Seamos claros. La pregunta que queda sobre la mesa tras la primera jornada de contactos formales de Pedro Sánchez con vistas a armar su investidura no tiene una respuesta clara. Ni contundente. Ni nítida. Ni de consenso.

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