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El PSOE amenaza a PP, Cs y Podemos con elecciones y saca a Navarra de la investidura
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REUNIÓN DE LA EJECUTIVA FEDERAL

El PSOE amenaza a PP, Cs y Podemos con elecciones y saca a Navarra de la investidura

La dirección quiere que la reelección de Sánchez dependa solo de los cuatro grandes, y no de otras formaciones como UPN, cuya abstención alejaría al PNV. Rechaza de nuevo Gobierno de coalición

Foto: Pedro Sánchez, con José Luis Ábalos, Cristina Narbona, Adriana Lastra y Carmen Calvo, este 10 de junio en la ejecutiva del PSOE. (EFE)
Pedro Sánchez, con José Luis Ábalos, Cristina Narbona, Adriana Lastra y Carmen Calvo, este 10 de junio en la ejecutiva del PSOE. (EFE)

El PSOE se plantea solo ahora mismo procurar la investidura de Pedro Sánchez con los apoyos o abstenciones de PP, Ciudadanos y Unidas Podemos. No quiere incluir en la ecuación a los grupos pequeños, porque lo que se cosería por un flanco se descosería por el otro. Así, Ferraz saca de la combinación a Unión del Pueblo Navarro (UPN), que podría proporcionar dos abstenciones si los socialistas dan el Gobierno de la comunidad foral a su candidato, Javier Esparza. La dirección desea inflar la presión sobre los grandes partidos. A tope. Que sean ellos los que le dejen seguir al frente del Ejecutivo. Y aquí está la principal baza: si no hay investidura "viable", habrá "repetición de elecciones". El PSOE, pues, amenaza con ir otra vez a las urnas. La disyuntiva es clara: o Sánchez o elecciones. El presidente quiere situar a los demás frente al espejo, trasladarles la misma presión que él sintió en 2016 y que llevó a su partido a una guerra fratricida y a ayudar a que Mariano Rajoy siguiera en la Moncloa antes de ir a unas terceras generales. Que sean ellos tres, PP, Cs y Unidas Podemos, los que decidan si están "dispuestos a sentarse" para facilitar la continuidad del jefe del PSOE en el poder o si prefieren "dar una patada al tablero de la gobernabilidad".

Sánchez reunió este lunes a su ejecutiva federal para marcar la estrategia en una semana decisiva marcada por la constitución de ayuntamientos —será el sábado 15— y el arranque de las negociaciones formales para su propia investidura. Este martes él mismo se verá en el Congreso con Pablo Iglesias, Albert Rivera y Pablo Casado, por este orden. Y a los tres partidos les hizo llegar un mensaje nítido a través de su hombre fuerte, José Luis Ábalos: "La alternativa a una investidura viable es la repetición de elecciones. La alternativa a un Gobierno socialista es obligar a que los españoles vuelvan a votar. Y no les quepa ninguna duda de que las urnas también tienen memoria. Los españoles no perdonarán a quienes ponga en solfa la viabilidad de la legislatura en un momento en el que conviene desactivar sin titubeos las demoras partidistas".

El secretario de Organización no se esperó a verbalizar el órdago en el turno de preguntas de la rueda de prensa que siguió a la cita de la dirección. Lo sacó él mismo en su intervención inicial, siendo mucho más rotundo que el pasado viernes, en un acto en Cataluña. Los socialistas calculan que en una segunda vuelta ellos pueden salir fortalecidos —como le ocurrió a Rajoy en 2016, cuando pasó de los 123 escaños de diciembre de 2015 a los 137 diputados del 26 de junio—, mientras que el resto de formaciones tendrían mucho que perder. Ferraz quiere azuzar ese miedo para que PP o Cs se abstengan. Algo que ambos partidos han dicho claramente que no harán. La pugna se lleva en los mismos términos que hace tres años, solo que ahora ocurre a la inversa.

La alternativa a una investidura viable es la repetición de elecciones. La gobernabilidad no pasa por lo que ocurra en Navarra

"La gobernabilidad pasa por los principales partidos. No pasa por lo que ocurra en Navarra", sentenció claramente el también ministro de Fomento en funciones, haciendo recaer toda la responsabilidad en PP, Cs y Unidas Podemos. Toda.

Foto: Pedro Sánchez, durante la carrera contra la violencia de género, este 9 de junio en Madrid. (EFE)

'Vía Navarra' en la nevera

Con estas palabras, Ábalos estaba solemnizando un volantazo, al menos de cara a la galería, respecto a la posición en Navarra, que influía en la combinación preferida para la investidura de Sánchez. Hasta ahora, la Moncloa y la cúpula manejaban la idea de 173 votos a favor (los de PSOE, Unidas Podemos, PNV, Compromís y Partido Regionalista de Cantabria), 171 en contra (PP, Cs, Vox, ERC, Bildu, JxCAT y Coalición Canaria) y dos abstenciones de UPN. Pero para que estas últimas llegaran, los socialistas debían facilitar la elección de Esparza. Esta fue la transacción que el candidato foralista planteó. Ahora Ferraz pone esa 'vía Navarra' en la nevera, porque no le ofrece seguridad. Básicamente, dijo Ábalos, porque ello alejaría de la ecuación al PNV.

En la dirección alegan que el PNV ha trasladado que si el PSOE da el Gobierno foral a Esparza, entonces no podría contar con sus seis escaños en Madrid

"La investidura tampoco está en función de dos votos. Ustedes son conscientes —señaló a los periodistas— de que esa aritmética no es de suma, sino que comporta restas". Es decir, que la ayuda de UPN conllevaría "la contrariedad de otros seis escaños", los del PNV. "No podemos considerar la investidura sobre las sumas individuales porque así no llegamos a la mayoría absoluta y no se resuelve el problema de la gobernabilidad". De modo que lo que ocurra en Navarra "no es trascendente" para la reelección de Sánchez. Lo reiteró Ábalos más tarde: "La investidura en absoluto depende de Navarra. Si lo que sumas por un lado lo pierdes por otro, no hay posibilidad de conseguir un acuerdo así [...]. Aquí no sirve la abstención que sirve allí [para hacer presidente a Esparza] porque aleja otros apoyos [los del PNV]". No obstante, fue la propia Carmen Calvo, número dos del Ejecutivo, quien la semana pasada habló de que el partido daría "prioridad" al Gobierno central sobre lo que ocurriera en los territorios.

Ábalos avisa a PP, Cs y Podemos de que está en juego la repetición de elecciones

Fuentes de la dirección del PSOE especificaron posteriormente que la dirección del PNV sí ha trasladado que si Ferraz da vía libre a la 'operación Navarra' y entrega el Gobierno foral a UPN entonces podría no contar con sus seis escaños en Madrid. Sin embargo, la cúpula nacionalista no ha sido tan contundente en sus mensajes públicos. Sí es cierto que caminó en esa línea el presidente del PNV guipuzcoano, Joseba Egibar, pero la ejecutiva de la formación, el lunes pasado, aprobó separar los ámbitos de negociación. Y la dirección navarra solo dijo que si se daba el Ejecutivo a Esparza entonces el PNV "tomaría nota". Pero no ha ido más allá.

El propio Ábalos, hace una semana, apuntó que no creía que la situación en la comunidad foral influyera en la actitud del partido 'jeltzale', con el que los socialistas cogobiernan en Euskadi y en los ayuntamientos y diputaciones vascas, pacto que pretenden ambos seguir manteniendo. Este lunes, sin embargo, el ministro se aferró a ese eventual no del PNV para sacar a Navarra (y a UPN) de la ecuación de la legislatura. También porque, como dicen fuentes de la cúpula, sería pan para hoy y hambre para mañana. Porque si los tres diputados presos de JxCAT dejan sus actas, entonces correría la lista, sus sucesores podrían votar y ya no valdría la cuenta de 173-171-2. Y lo que no quiere Sánchez es que su continuidad como presidente descanse en las formaciones secesionistas.

Foto: La ejecutiva nacional permanente de Ciudadanos reunida en la mañana de este lunes. (EFE)

No a "negociar" con Bildu ni apoyarse en él

Entonces, ¿qué ocurrirá en Navarra? De entrada, dijo Ábalos, su candidata y jefa del PSN, María Chivite, tiene "toda la legitimidad" para intentar presidir la comunidad —"¿por qué no la va a tener? ¿la va a tener cualquiera menos ella?"—, pero la única línea roja, que no se va a traspasar, es que el partido "no va a mantener ninguna negociación con EH Bildu", ni se va a "apoyar" en ellos. Y la "prueba" se verá, agregó, el mismo 15 de junio, cuando se constituyan varios ayuntamientos y se vea que los socialistas no contribuirán a que salgan elegidos los aspirantes de la formación 'abertzale'. Así ocurrirá en Pamplona, donde saldrá investido Enrique Maya, el cabeza de cartel de la coalición Navarra Suma (Na+), la plataforma de derechas que agrupa a UPN, PP y Cs, y no repetirá por tanto el actual regidor, Joseba Asiron.

Ábalos dice a PP y Cs que el "interés de España" sigue siendo el mismo que operó en 2016 y a Iglesias le avisa de que el PSOE "nada debe pagarle"

Pero para que Chivite se convierta en nueva presidenta foral bastaría con la abstención de los diputados de Bildu. Ábalos señaló que ahora el PSOE la aceptaría: "Que se abstenga o vote a favor si no se negocia no depende de uno. Es la vida misma. Uno es responsable de los actos de uno, no de lo que puedan provocar [...]. Ellos sabrán. Hacernos responsables de la abstención de otros no tiene mucho sentido". El PSOE sí que no se plantea la gobernabilidad de la legislatura "negociando con Bildu", porque ahí Na+, fuerza mayoritaria, podría ayudar. Por tanto, hay un giro público de la posición del partido, aunque medido, porque la intención es no presionar al PSN, sino hacer que la responsabilidad recaiga en los demás.

Ábalos no ve un Gobierno con Podemos porque no facilitaría a la investidura

Porque ahora el PSOE no quiere desviar el tiro, sino que PP y Cs sientan el aliento en el cogote de unas nuevas elecciones. "La gobernabilidad depende de las cuatro grandes formaciones políticas. Los que tienen más escaños y deben aportar una visión de conjunto. La investidura depende de estos cuatro grandes partidos", insistió el número tres de la cúpula. Sánchez pedirá mañana a Casado y Rivera, en consecuencia, que o apoyen su reelección o al menos se abstengan. No se trata de que los populares sean "bisagra", palabra que utilizó el dos de los conservadores, Teodoro García Egea, para rechazar una abstención. Se trata, dijo Ábalos, de que vean "la necesidad". "Nosotros tampoco somos bisagra de nada y nos abstuvimos [con Rajoy en 2016]. Algunos hemos hecho ese ejercicio. Sería un gesto de coherencia. Si realmente creyeron que aquello era por el interés de España, entiendo que España sigue siendo la misma", argumentó.

El mensaje también va para Unidas Podemos, que amenaza con no votar a Sánchez si no entra en el Gobierno. El secretario de Organización continuó con esa actitud de relativa frialdad con los morados. Les reconoció que el PSOE ha sacado adelante "reformas" con ellos, y quiere seguir haciéndolo. Pero avisó que aunque "aquí gratis no hay nada, nada se debe pagar" porque son los españoles con su voto los que han colocado a los socialistas en una posición de fuerza.

Foto: El candidato del PP Alfonso Fernández Mañueco (i) se reúne con el equipo negociador de Ciudadanos. (EFE)

No hay mayoría absoluta con Podemos

Iglesias, sin embargo, ambiciona carteras de contenido social. Un Gobierno de coalición que el PSOE rechaza. Con el mismo argumento: que los 123 parlamentarios socialistas y los 42 de Unidas Podemos llegan a 165, no a 176. Es la "gran diferencia" respecto a lo que ocurre en otros territorios, como Valencia, donde ahí las izquierdas sí alcanzan la absoluta.

Un Gobierno debe regirse por la "confianza y empatía" que generen sus miembros al presidente, que no quiere estar "vigilado" ni "condicionado"

"No es posible un Gobierno de esa naturaleza. Porque no añade, sino que incluso puede restar apoyos". Ábalos dio otro motivo más: la "composición de un Gobierno" debe ser producto de la "confianza y empatía que generen sus miembros al presidente del Gobierno", que es quien decide quiénes son sus ministros. Los socialistas no quieren un jefe del Ejecutivo "condicionado o vigilado", señaló textualmente, demostrando una vez más que Sánchez no desea ver a Iglesias tan cerca, dentro de su Gabinete, porque no se fía de él. Ferraz entiende, pues, que "concita más aceptación un Gobierno en solitario del PSOE" que compartido, porque poner en marcha una coalición no gusta a otras formaciones con las que quiere pactar. Un Ejecutivo bicolor "no resuelve no ya la gobernabilidad, sino ni siquiera la investidura".

Así las cosas, el PSOE quiere que el nuevo Gabinete esté listo "cuanto antes". Pero no hay fecha aún. La dirección sí tiene claro que antes ha de estar cerrada la gobernabilidad de ayuntamientos y comunidades autónomas. El partido pondrá por delante en las negociaciones el "respeto a la Constitución" y al marco de convivencia, la estabilidad de un Gobierno "cohesionado y de progreso que garantice la justicia social" y el "cumplimiento de la estabilidad presupuestaria". Actuará con "generosidad" en las conversaciones, la misma que dice demandar a los demás. "No pedimos acatamientos, sino altura de miras y buena disposición por el bien común y el bien de España".

En el PP "no sólo no vamos a facilitar la investidura de Sánchez, vamos a dificultarla"

Y aunque pensar en una investidura fallida puede quedar "lejos", sí reconoció Ábalos que el PSOE piensa en "poner en marcha el reloj de la democracia", por lo que habrá que plantearse la sesión "lo antes posible", porque solo a partir de la primera votación comienza la cuenta atrás hacia nuevas elecciones, que podrían celebrarse entre finales de octubre o principios de noviembre.

No pedimos acatamientos, sino altura de miras y buena disposición por el bien común y el bien de España

Este martes arranca la ronda de diálogo. Sánchez se verá con Iglesias, Casado y Rivera. Luego será el turno del comité negociador —descansará sobre todo en Ábalos y la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, según enfatizó el número tres, mientras que Calvo coordinará desde el Gobierno—, que se reunirá con el resto de grupos, con los que el PSOE quiere "seguir colaborando", caso de Compromís o el PRC. De esas citas probablemente no participarán, no obstante, "todos" los partidos. Quizá queden fuera de esa ronda, indicó Ábalos, los independentistas y Vox.

El PSOE se plantea solo ahora mismo procurar la investidura de Pedro Sánchez con los apoyos o abstenciones de PP, Ciudadanos y Unidas Podemos. No quiere incluir en la ecuación a los grupos pequeños, porque lo que se cosería por un flanco se descosería por el otro. Así, Ferraz saca de la combinación a Unión del Pueblo Navarro (UPN), que podría proporcionar dos abstenciones si los socialistas dan el Gobierno de la comunidad foral a su candidato, Javier Esparza. La dirección desea inflar la presión sobre los grandes partidos. A tope. Que sean ellos los que le dejen seguir al frente del Ejecutivo. Y aquí está la principal baza: si no hay investidura "viable", habrá "repetición de elecciones". El PSOE, pues, amenaza con ir otra vez a las urnas. La disyuntiva es clara: o Sánchez o elecciones. El presidente quiere situar a los demás frente al espejo, trasladarles la misma presión que él sintió en 2016 y que llevó a su partido a una guerra fratricida y a ayudar a que Mariano Rajoy siguiera en la Moncloa antes de ir a unas terceras generales. Que sean ellos tres, PP, Cs y Unidas Podemos, los que decidan si están "dispuestos a sentarse" para facilitar la continuidad del jefe del PSOE en el poder o si prefieren "dar una patada al tablero de la gobernabilidad".

José Luis Ábalos Pedro Sánchez Pablo Casado Carmen Calvo
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