Pablo Iglesias y Pedro Sánchez acuerdan negociar un "Gobierno de cooperación"

Primera reunión de poco más de una hora entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en el marco de las negociaciones para la investidura, a la que ambos líderes han llegado sin tener contacto alguno desde la noche electoral del 26-M y con posiciones encontradas que distaban mucho de las manifestadas tras su encuentro en Moncloa del 7 mayo, pero de la que han salido, según el líder de Podemos, compartiendo que existe "una mayoría progresista que quiere vernos gobernando juntos". La semántica ha variado del "gobierno de coalición", exigido por Iglesias, a un "gobierno de cooperación", a propuesta de Sánchez y consensuada en la reunión, rebajando expectativas. "Para nosotros el nombre es lo de menos", concluía el líder de Podemos preguntado por este cambio de denominación que deja abiertas distintas vías.

Para Iglesias, en cambio, la clave es que haya un "gobierno plural", y sigue apostando porque la representación de Podemos sea "proporcional" y para ello ha avanzado que se seguirán celebrando más reuniones entre ambos partidos de forma "más discreta". El punto de partida del programa del PSOE es "adecuado" para Iglesias, aunque su objetivo es garantizar que "las buenas propuestas se traduzcan en una acción de gobierno precisa y hay puntos de partida interesantes para negociar este gobierno".

Las sensaciones han sido buenas y el secretario general de Podemos es optimista respecto a la formación de un ejecutivo conjunto, más allá de las denominaciones que se empleen para definirlo. "Tengo la impresión de que (Sánchez) quiere negociar un gobierno de izquierdas con nosotros y vamos a esforzarnos para ello". Sobre la posibilidad de un gobierno en solitario del PSOE facilitada por la abstención de Podemos, Iglesias ha sido tajante al asegurar que "no concibo que haya vetos por parte del PSOE". No existe por tanto un calendario de reuniones y el propio secretario general de Podemos ya adelantaba durante los últimos días que preveía unas negociaciones largas, "con muchos días históricos", ironizaba, y que estas no estarían exentas de "presiones" externas en referencia a los poderes económicos y mediáticos.

En esta línea ha señalado que solo existen dos posibilidades: "Que Pedro Sánchez negocie con Rivera o con Casado un acuerdo de investidura, vía abstención o lo que procediese, o que negocie un gobierno con nosotros", ha añadido manteniendo así su posición de máximos de entrar en el ejecutivo o no facilitar la investidura. Con todo, el sentido del voto de Podemos en la investidura de Pedro Sánchez se someterá a referéndum de las bases y se descarta por el momento un pacto solo de legislatura. En 2016, las bases ya rechazaron favorecer la investidura de Pedro Sánchez después de que el líder de los socialistas llegase a un acuerdo de investidura con Ciudadanos.

Las sensaciones han sido buenas y el secretario general de Podemos es optimista respecto a la formación de un ejecutivo conjunto

La denominación de "Gobierno de cooperación" ha salido de Ferraz, para dejar margen a las negociaciones e incidir en que se inclinan más por tener a la formación morada como socios prioritarios en el Congreso en lugar de como socios de Gobierno, y desde Podemos la han acogido aunque si moverse de su posición: su objetivo pasa por formar parte del ejecutivo al entender que se trata de la única garantía para cumplir los acuerdos programáticos.

La amenaza de la repetición electoral lanzada este lunes por el socialista José Luis Ábalos "no gustó a nadie", según Iglesias, quien ha emplazado al PSOE "a trabajar para que haya un gobierno de mayoría social progresista". En esta línea ha reiterado su optimismo debido a que confían en que "en los próximos días podrá haber acuerdos para gobiernos autonómicos" de coalición entre PSOE y Podemos. Las conversaciones al máximo nivel entre el presidente en funciones y el líder de Podemos seguirán por tanto produciéndose durante los próximos días, aunque ya alejados de los focos.

Desde Podemos se reclama que su peso en un hipotético Gobierno de coalición sea proporcional a su fuerza en el Congreso en comparación con la de los socialistas. "En la proporción que nos corresponda", según matizaba el secretario general al resto de la dirección durante la reunión del Consejo Ciudadano Estatal celebrada el pasado sábado. Esto supondría que alrededor de un cuarto del Consejo de Ministros sería morado, aunque no tendría por qué corresponderse a un cuarto exacto de carteras, pues dependería de la importancia que estas tuviesen, las políticas que desarrollasen y el presupuesto que manejen los hipotéticos ministerios.

Iglesias ya intentaba horas antes de su primera reunión negociadora con Sánchez allanar el camino hacia su objetivo asegurando que no está en sus planes demandar ministerios considerados de Estado, como es el caso de Interior, Defensa, Justicia y Exteriores, inclinándose por ministerios "sociales". Las opciones son múltiples, y tomando como referente el avanzado acuerdo para el Gobierno de coalición con el PSPV y Compromís en la Comunidad Valenciana, tampoco se descartaría entrar a formar parte de segundos escalafones —secretarías de Estado o el conocido como 'sottogoverno'—, aunque el ministerio correspondiente esté en manos del PSOE. Sin embargo, la segunda entrega del pacto del Botànic que liderará el presidente socialista Ximo Puig no parece encajar con los planes de Ferraz.