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El plan de Sánchez coge a la economía en un punto crítico y con la Unión Europea en guardia
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El plan de Sánchez coge a la economía en un punto crítico y con la Unión Europea en guardia

El mercado y las grandes empresas creen que Sánchez ha traspasado una línea roja que no va a ser capaz de desandar. Esta incredulidad también inunda al BCE y otras instituciones

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, bajo la mirada de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen. (EFE/Sergio Pérez)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, bajo la mirada de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen. (EFE/Sergio Pérez)
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Martes, 13:00 horas. La cúpula del Banco de España está inmersa en un comité de trabajo de alto nivel y los ministros de Economía de la Unión Europea celebran en Bruselas una reunión del Ecofin en la que también participa Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE). Hace muy poco que los representantes de la banca acaban de terminar una rueda de prensa para presentar un informe sobre la exclusión financiera, con decenas de periodistas. El Ibex 35 avanza ligeramente, un 0,1%.

Es en ese momento cuando Pedro Sánchez llega al momento culmen de su discurso en el Congreso y afirma que las empresas energéticas y los bancos deben "arrimar el hombro" por los “beneficios caídos del cielo” y anuncia sendos impuestos especiales. Minutos después, los primeros espada del Banco de España, de los bancos del Ibex y los grandes inversores comenzaron a recibir alertas en el móvil: "Sánchez anuncia un impuesto a energéticas y bancos". La información también llega a Bruselas. Nadie sabía nada.

En las siguientes dos horas, las principales acciones españolas cayeron más de un 2%, con desplomes de más del 10% para algunos bancos. Y, desde entonces, el Ibex ha perdido entre uno y dos puntos porcentuales más que el resto de índices europeos durante la semana, salvo el MIB italiano, al que ha marcado la crisis de Gobierno que llevó a Mario Draghi a dimitir.

Foto: La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. (Daniel Roland/Reuters)

Aunque todo pueda quedar en un sobresalto puntual de la bolsa, los 7.000 millones que el Gobierno planea recaudar de banca y energéticas hasta 2024 han puesto en guardia al mercado en general y algunas instituciones y despachos del Ibex en particular. Se ha extendido la sensación de que Sánchez ha cruzado una línea roja que no va a desandar.

El principal ‘shock’ en el mundo empresarial se ha producido con el impuesto a la banca, completamente inesperado a pesar de que fue una de sus promesas electorales en 2018. Entre los enemigos de este tributo asoma el Banco Central Europeo (BCE), abiertamente crítico con este tipo de figuras impositivas que singularizan a un sector, el financiero, crítico para el crecimiento económico.

Así, como publicó este medio, la institución comunitaria cuestionó a finales de 2019 un impuesto al sector financiero lituano: "Usar los ingresos de cualquier impuesto 'ad hoc' a los bancos con fines generales presupuestarios sería indeseable en la medida en que tales impuestos impondrían cargas indebidas a las entidades, lo que pondría obstáculos a las provisiones de crédito con un efecto dominó en el crecimiento de la economía real".

Dudas generalizadas

La sensación que ha cundido es de improvisación absoluta. "En Hacienda, por debajo de la ministra, nadie sabe nada... Y no estoy seguro de que la ministra lo sepa tampoco", explicaba esta semana un alto ejecutivo de una de las principales empresas del Ibex 35. En el Ibex preocupa que este hachazo fiscal, que ha sido abiertamente criticado por bancos de inversión y agencias de 'rating', provoque una fractura insalvable entre el Gobierno y las empresas en un momento clave: en plena desaceleración económica, con una crisis energética y con la inflación golpeando a pymes y hogares.

En el ámbito comunitario, la decisión también ha enarcado algunas cejas. Aunque oficialmente la respuesta oficial de la Comisión Europea es un 'no comment', en otros despachos muestran su cautela: "Es una decisión que tendrá, sin duda, consecuencias económicas en un momento extremadamente delicado: ralentización económica, crisis energética, inflación...", explica una alta fuente comunitaria. "Mi impresión es que, cuando se anunció, aún no había nada preparado".

Este impuesto no solo genera dudas fuera del Gobierno. También las han generado dentro. Incluso en las esferas más técnicas —y menos politizadas— del Ministerio de Economía han manifestado en privado sus dudas sobre la conveniencia de tomar esta decisión en este momento, según fuentes consultadas por este medio.

La sensación que ha cundido es que la vicepresidenta Nadia Calviño ha abandonado definitivamente ese bando más tecnocrático y se ha visto superada por las pulsiones políticas que aguijonean a la Moncloa.

Los bancos se sienten cada vez más lejanos de la titular del Ministerio de Economía. "Calviño se ha echado al monte", señala un banquero de primera línea. No solo en referencia al nuevo impuesto, sino a una larga lista de "afrentas" en los últimos dos años: las críticas a los sueldos de los banqueros, el voto en contra de los bonus de CaixaBank, las críticas por el trato a los mayores, la creación de un defensor de un cliente que van a tener que financiar las entidades y el veto a que ayuden en la distribución de los fondos europeos.

placeholder El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y la vicepresidenta, Nadia Calviño. (EFE)
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y la vicepresidenta, Nadia Calviño. (EFE)

El Gobierno defiende que el momento inflacionista es lo suficientemente delicado como para que los bancos y las energéticas "arrimen el hombro", al ser de los pocos que están beneficiándose de la situación actual. Y, en el caso de los primeros, recuerdan como fueron rescatados en 2012 con "el dinero de todos".

Estos argumentos chocan con los de las empresas. Y, aunque la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ciñe esta reacción a lo habitual en estas situaciones —si solo pensaran en las reacciones a los tributos "no habría impuesto de sociedades"—, hubo unas declaraciones que molestaron especialmente a los banqueros.

"Calviño se ha echado al monte"

Las hizo Calviño: "[Los avales del ICO (Instituto de Crédito Oficial)] han evitado una crisis financiera y eso hace que sus balances estén saneados", expuso la vicepresidenta. Las entidades consideran que estas palabras son injustas, teniendo en cuenta la respuesta del sector a la crisis del covid, en la que mantuvieron su operativa, financiaron con ayuda de los avales a pymes, dieron moratorias y facilitaron adelantos, pensiones y prestaciones a los jubilados y a los desempleados, respectivamente.

Aunque a continuación Calviño explicara que va a convocar a los bancos a una reunión la próxima semana, muchos financieros creen que hay puentes volados que ya no se van a poder reconstruir. Más allá del choque que esto supone, las fuentes consultadas se muestran preocupadas por el distanciamiento del Gobierno, la banca y las empresas en un momento crucial, en el que cualquier división interna puede exponer al país ante los inversores. Algo que, como demostró la anterior crisis, puede poner a España de nuevo en el foco. "La última propuesta del Gobierno es una sorpresa para los inversores y refleja los crecientes riesgos legal e intervencionista para el sector bancario", ya han advertido desde Fitch.

El otoño que viene pude ser "muy muy duro", advierten desde uno de los despachos históricos del Ibex 35. Y, según los propios números de la Comisión Europea, el riesgo de contracción económica de la economía española en el cuarto trimestre es muy real.

Aunque España dependa mucho menos del gas ruso, los costes energéticos se van a disparar. Se trata de un mercado global. El gas natural licuado, por ejemplo, se va a encarecer sobremanera. Cuando llegue el frío, calentar los hogares será mucho más caro y muchas empresas en dificultades deberán decidir si ajustar o no plantilla. El malestar social crecerá y será una variable que en la Moncloa deberán seguir muy de cerca.

Martes, 13:00 horas. La cúpula del Banco de España está inmersa en un comité de trabajo de alto nivel y los ministros de Economía de la Unión Europea celebran en Bruselas una reunión del Ecofin en la que también participa Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE). Hace muy poco que los representantes de la banca acaban de terminar una rueda de prensa para presentar un informe sobre la exclusión financiera, con decenas de periodistas. El Ibex 35 avanza ligeramente, un 0,1%.

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