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Las grandes telecos cierran el año más activo en planes de recorte laboral de la década
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COMPETENCIA FEROZ

Las grandes telecos cierran el año más activo en planes de recorte laboral de la década

No ha sido el año con más salidas. Pero en la última década, marcada por la fuerte competencia en el sector, las tres operadoras nunca habían coincidido con estas medidas

Foto: Torre de telecomunicaciones. (Pixabay)
Torre de telecomunicaciones. (Pixabay)

Las operadoras cierran un año marcado por los ajustes en España. Con más de 3.500 puestos de trabajo en jaque, se trata del primer ejercicio de la última década en el que tanto Telefónica como Vodafone y Orange han decidido emprender programas de salidas. Pese a que las operadoras han llevado a cabo planes más intensos en los últimos años que los que han firmado este 2021, nunca antes habían coincidido tantos programas de salidas juntos.

Con el ERE de Vodafone y Orange, de 442 y 400 empleados, respectivamente, y el plan de suspensión individual (PSI) de Telefónica (que este martes ha cerrado en 2.700 salidas), todo el sector ha emprendido medidas para, como justifican, reorientar su negocio. La competencia lleva recrudeciéndose con fuerza en la última década. La entrada de nuevos jugadores ha puesto a prueba a las conocidas como operadoras incumbentes; es decir, aquellas telecos que invierten en sus infraestructuras, aunque, al mismo tiempo, soportan la creciente guerra de precios de la industria. En un país con casi 80 marcas, estas operadoras sufren trimestre a trimestre la presión sobre los márgenes.

“Desde hace algunos años, la intensidad competitiva en precios y la deriva hacia las tarifas de bajo valor en España ha provocado una fuerte caída de los ingresos y un importante deterioro de los márgenes”, explicó Vodafone en su comunicación formal del ERE, donde apuntó a un “programa de reposicionamiento”. Por su parte, Orange también señaló la “hipercompetitividad del mercado” y la “multiplicidad de actores ‘low cost” para justificar sus medidas. “Para garantizar la competitividad de la compañía, resulta imprescindible adaptar la operación a estos cambios estructurales”, zanjó.

Foto: Foto: Pixabay.

El PSI, que no se nutre de las prestaciones públicas de los ERE debido a que, técnicamente, los trabajadores siguen vinculados a la compañía, no precisa de una justificación formal, por lo que en sus comunicaciones públicas Telefónica no lo ha detallado. Tras las reuniones con la empresa, UGT reconoció en comunicaciones a la plantilla “un escenario ciertamente preocupante, con una situación económica desfavorable, con una inflación alimentada por la escalada de precios de materias primas, combustibles y energía, los malos resultados de la compañía, derivados de la excesiva competencia en precios y la continua pérdida de clientes en favor de los operadores virtuales y con la prórroga ya cerrada hasta el 2022”.

Aunque nunca habían coincidido tantos en tan poco tiempo, el goteo de estos programas ha sido constante en los últimos años. Telefónica firmó un PSI en 2019 por 2.600 salidas, tras cerrar otro de 6.500 empleados para los años entre 2011 y 2013. En este contexto, había coincidido con Vodafone, que es la operadora que más ERE ha llevado a cabo en los últimos años. En 2013, firmó uno de 620 empleados por la caída de los ingresos, seguido de otro de 1.056 trabajadores en 2015 que justificó, a su vez, en la compra de ONO. Finalmente, en 2019, la empresa acordó otro para 916 puestos debido a la mala evolución del negocio. La que menos planes de este tipo ha impulsado ha sido Orange, que en 2016 cerró un ERE de 435 personas tras la adquisición de Jazztel.

Consolidación y reinvención: dos recetas que amenazan con planes de recorte

Las empresas buscan posicionar este tipo de medidas como un mal a corto plazo para obtener un mayor beneficio a largo. Por ejemplo, Telefónica, reveló este martes un coste de 1.500 millones de euros que tendrá que apuntarse en el cuarto trimestre, pero pronosticó unos ahorros anuales futuros de 230 millones de euros. En el caso de Orange, el coste del ERE de este año ha sido de 145 millones de euros, según especificó en las cuentas semestrales de la compañía en París (Francia), si bien esto es apenas una proporción menor si se compara con el ajuste contable de 3.700 millones de euros que anunció en verano para España por la erosión del negocio. Vodafone no ha revelado el coste.

La presión de la competencia se esquiva de dos formas: con fusiones y con replanteamientos del negocio. La primera está presentándose como una prueba difícil: en los últimos años, la consolidación se ha producido de la mano de MásMóvil, aunque ha sido impulsada por el capital riesgo y ha desembocado en una nula reducción de las marcas tras la compra de Euskaltel. En un sector sumamente vigilado por las fuerzas anticompetencia europeas, la mirada está puesta sobre una gran fusión que pueda traer aire fresco al sector. Las quinielas habían sonado a favor de MásMóvil y Vodafone, pero la operación de Euskaltel ha aparcado estas ilusiones. "Nosotros ya hemos aportado algo; no todo nos puede tocar a nosotros", dijo en noviembre Meinrad Spenger, consejero delegado de la operadora amarilla. De todas formas, en lo que atañe al empleo, las operaciones de Jazztel y ONO demuestran que, de nuevo, los ajustes laborales se presentan como un golpe a corto para mejor beneficio a largo. El entorno de Euskaltel tuvo esta lección presente con el veto a ERE para los próximos cinco años como condición para la compra de MásMóvil.

En el caso de la evolución del negocio, estas operaciones de reducción de plantilla apuntan a las ansias de renovación de las operadoras incumbentes, mucho menos ágiles y ligeras que las nuevas jugadoras de la industria. Por ejemplo, en el caso de Vodafone, el ERE ha servido para externalizar la red de tiendas físicas, mientras que Orange vetó la voluntariedad de las áreas de ciberseguridad y ‘cloud’ al considerarlas estratégicas para su futuro. Telefónica, por su parte, orienta su plan hacia trabajadores de más de 55 años y una antigüedad de 15 años en la empresa, en un esfuerzo por regenerar la plantilla de la multinacional que ha acompañado con un plan de empleo.

Las operadoras cierran un año marcado por los ajustes en España. Con más de 3.500 puestos de trabajo en jaque, se trata del primer ejercicio de la última década en el que tanto Telefónica como Vodafone y Orange han decidido emprender programas de salidas. Pese a que las operadoras han llevado a cabo planes más intensos en los últimos años que los que han firmado este 2021, nunca antes habían coincidido tantos programas de salidas juntos.

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