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La eliminación del IVA para el aceite de oliva se atasca en medio de la incertidumbre política
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Ahora está en el 5%

La eliminación del IVA para el aceite de oliva se atasca en medio de la incertidumbre política

La iniciativa se registró en el Congreso a principios de marzo a través de una enmienda presentada por PSOE y Sumar al decreto anticrisis, que se aprobó como proyecto de ley

Foto: Aceite de oliva en un supermercado de Madrid. (EFE/Daniel González)
Aceite de oliva en un supermercado de Madrid. (EFE/Daniel González)
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El PSOE acordó con Junts bajar al 0% el IVA del aceite de oliva a cambio de que la formación independentista salvase la primera votación clave de esta legislatura. La medida iba a suponer un alivio para los consumidores, que están pagando por este producto precios que nunca antes se habían visto. Sin embargo, casi cuatro meses después de ese pacto, su aprobación está atascada en medio del ruido político generado por las sucesivas campañas electorales y la posible dimisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

La iniciativa se registró en el Congreso a principios de marzo a través de una enmienda presentada por PSOE y Sumar al decreto anticrisis, una normativa que se aprobó como proyecto de ley —gracias precisamente a los votos a favor de Junts tras el acuerdo sobre el IVA del aceite— para poder introducir cambios. Atendiendo a los plazos habituales, en el sector se esperaba que la medida entrase en vigor en abril, pero ahora nadie se atreve a asegurar siquiera que llegue a aprobarse.

Cuando PSOE y Sumar presentaron la enmienda, todavía se desconocía el adelanto electoral en Cataluña. Fue justamente una semana después cuando el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, anunció que los catalanes acudirán a las urnas el 12 de mayo, menos de un mes después de haberse celebrado los comicios en el País Vasco. Con todo este trasiego político, el Gobierno decidió frenar la actividad legislativa. De hecho, no habrá pleno hasta dentro de tres semanas, sin que en el orden del día aparezca la supresión del IVA del aceite.

Aunque ahora la preocupación es otra. Pedro Sánchez anunciará el próximo lunes si continúa o no en la Moncloa y su decisión es fundamental para el trasiego legislativo. Entre las opciones que se barajan, lo único que permitiría seguir con normalidad la actividad en el Congreso sería que comunicase que se mantiene en sus funciones. En cambio, si se somete a una cuestión de confianza, se nombra a un presidente en funciones (tendría que presentarse a una nueva investidura) o se apuesta por un adelanto electoral, la parálisis se prologará y puede que la medida no llegue a aprobarse. En cualquier caso, la incertidumbre es absoluta.

Además, si consiguiese salir adelante en las próximas semanas, no estaría vigente durante mucho tiempo. La previsión es que la rebaja del IVA de los alimentos decaiga el próximo 30 junio, a no ser que el Gobierno decida volver a ampliar la medida. No obstante, el IPC es cada vez más comedido —en marzo se situó en el 3,2%— y el alza de los precios de los alimentos vuelve a niveles previos a la guerra de Ucrania, lo que podría llevar al Ejecutivo a dar por finalizada la crisis inflacionaria que obligó a aprobar estas reducciones fiscales.

Lo cierto es que el IVA del aceite de oliva ya se rebajó del 10% al 5%, pero el sector y las organizaciones de consumidores exigen suprimirlo por completo, igual que se hizo con otros alimentos esenciales como la leche o las verduras. En estos momentos, el producto más barato lo ofrecen las marcas blancas, rondando los diez euros el litro. Por lo tanto, si la medida entra en vigor, los consumidores se ahorrarán al menos 50 céntimos por cada litro de aceite de oliva que compren en el supermercado.

Las marcas se resisten a bajar precios

Una rebaja fiscal es la única esperanza que tienen los consumidores para pagar algo menos por el aceite de oliva a corto plazo, ya que las marcas se resisten a abaratar los precios. Aunque las lluvias de Semana Santa provocaron que el coste en origen se redujese a mínimos de la presente temporada, alegan que el escenario es todavía incierto y prefieren esperar hasta asegurarse que la próxima campaña será más prolífera.

Fuentes del sector explican que las lluvias de Semana Santa llegaron después de terminar la cosecha de este año, por lo que no repercuten en la producción de la presente campaña. Hasta que a finales de septiembre se abra de nuevo la temporada de recolección, quedan por delante cinco meses en los que la demanda debe cubrirse con las existencias ya existentes, que son escasas después de tres años de sequía. Es decir, el producto disponible ahora mismo en las almazaras es reducido y las grandes compañías creen necesario seguir manteniendo los precios altos para controlar la demanda.

Lo habitual es que los precios en origen tarden alrededor de dos meses en trasladarse a las estanterías del supermercado. Sin embargo, el cambio climático obliga a mantener la prudencia y nadie se atreve a asegurar que así sucederá. "Este año ha llovido más en primavera, pero luego tienen que florecer los olivos, cuajar la aceituna, pasar el verano y haber más lluvia a principios de otoño", explicaba esta semana el director de Relaciones Corporativas de Dcoop, Esteban Carneros.

El PSOE acordó con Junts bajar al 0% el IVA del aceite de oliva a cambio de que la formación independentista salvase la primera votación clave de esta legislatura. La medida iba a suponer un alivio para los consumidores, que están pagando por este producto precios que nunca antes se habían visto. Sin embargo, casi cuatro meses después de ese pacto, su aprobación está atascada en medio del ruido político generado por las sucesivas campañas electorales y la posible dimisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

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