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La hora de la verdad para el empleo llega en 2024: empieza la carrera de obstáculos
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Previsiones para el próximo año

La hora de la verdad para el empleo llega en 2024: empieza la carrera de obstáculos

El empleo ha vivido unos años irrepetibles tras la pandemia, pero, una vez desvanecido el impulso de la reapertura pospandemia, llegan los retos más complicados: superar los 21 millones de afiliados y bajar el paro al 10%

Foto: Imagen de una oficina de empleo en Madrid. (EP/Gustavo Valiente)
Imagen de una oficina de empleo en Madrid. (EP/Gustavo Valiente)
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El gran esprint del mercado laboral español ha dejado una marca que probablemente tarde mucho en superarse: 1,7 millones de empleos creados en tres años. Este crecimiento es consecuencia de la reactivación económica posterior a la pandemia, que se completó en la primera mitad de 2023. El sector que iba más retrasado, el turismo, completó su recuperación en la víspera del verano, lo que dio por finalizada la fase de rebote.

La inercia mantuvo el crecimiento del empleo hasta el final del año, aunque a un ritmo decreciente. Si en el primer trimestre del año se crearon 291.000 empleos; en el segundo, el ritmo bajó hasta 157.000 empleos; en el tercero, a 47.000, y, en el cuarto, con datos hasta noviembre, apenas se han logrado 15.000 nuevos afiliados (todos los datos desestacionalizados).

En 2024 llega la hora de la verdad. Comienza la carrera de obstáculos en la que el empleo tendrá que superar las amenazas que tiene por delante. Para empezar, tendrá que resistir a la crisis económica europea, que está pasando grandes dificultades desde que comenzó la invasión de Ucrania. Las previsiones para España descartan la recesión, pero sí anticipan un inicio de año al ralentí que irá acelerando si la inflación y los tipos de interés empiezan a dar una tregua a hogares y empresas. En este contexto, el Banco de España prevé que el crecimiento de las horas trabajadas sea casi la mitad que el de 2023, con un avance del 1,3%.

Además de la ralentización de la economía, el mercado laboral tendrá otras amenazas en 2024. Por ejemplo, los sectores más dinámicos en los últimos años están llegando a niveles de saturación. En algunos casos, se debe a que las plantillas están ya muy reforzadas, como es el caso de los servicios públicos o de la hostelería. En otros, a las dificultades para encontrar mano de obra cualificada, como los servicios de alto valor añadido. Pero también hay focos de esperanza para una transformación productiva de la economía nacional.

Sectores saturados

Las esperanzas del crecimiento se asientan plenamente sobre la demanda interna, apoyadas en el crecimiento de la masa salarial. La actividad se concentrará en actividades del comercio, la industria destinada al mercado nacional o la hostelería. Sin embargo, no está tan claro que el consumo vaya a generar un gran crecimiento del empleo en estas actividades, ya que han alcanzado niveles de empleo muy superiores a los que había antes de la pandemia.

Por ejemplo, la hostelería tiene 107.000 trabajadores más que en 2019, lo que supone un crecimiento del 8%; y el comercio, 109.000 más, un alza del 4%. Las empresas han reforzado sus plantillas y, en muchos casos, tienen margen para absorber crecimientos del negocio sin necesidad de hacer más contrataciones.

Las administraciones han sido protagonistas de este gran crecimiento del empleo por el refuerzo de los servicios públicos. Desde el año 2019 se han incorporado 387.000 trabajadores públicos, un crecimiento del 15%. Se han contratado profesores (203.000), médicos (91.000), técnicos de las AAPP (46.000) y otros muchos profesionales para revertir las reducciones de plantilla de la década anterior. Llegados a este punto, es complicado que el empleo público pueda seguir creciendo al mismo ritmo, lo más previsible es que se estabilice en los niveles actuales.

La gran esperanza

El crecimiento del empleo tiene que venir de la mano de los servicios de alto valor añadido, que son la gran esperanza para España. La actividad que más empleo ha creado en los últimos cuatro años es precisamente la de servicios informáticos (incluye programadores y desarrolladores) con un crecimiento exponencial de casi el 40%. En total, ha incorporado a casi 130.000 trabajadores, casi uno de cada 10 empleos creados en este periodo.

También los servicios profesionales, científicos y técnicos han crecido rápidamente en los últimos años, convirtiéndose en el sector que soporta el crecimiento de las exportaciones. Sorprendentemente, España se está convirtiendo en una gran potencia exportadora de servicios no turísticos. Por ejemplo, las empresas de ingeniería y arquitectura han aumentado su empleo en 51.000 personas en los últimos cuatro años, un aumento del 20%; los bufetes de abogados y empresas de contabilidad han contratado a casi 25.000 trabajadores, un 8% más, y las empresas de consultoría empresarial y servicios en las sedes centrales han creado más de 33.000 empleos, un crecimiento del 27%.

El auge de estos servicios se ha producido de la mano de la digitalización y la expansión internacional de las empresas nacionales. De hecho, es la base del crecimiento de las grandes urbes españolas, en especial Madrid y Málaga. En un país desindustrializado y alejado del continente como es España, estos servicios de alto valor añadido son la gran esperanza para crecer con empleos de calidad.

Los fondos europeos también son una esperanza para el empleo. Es cierto que la ejecución del Plan de Recuperación ha sido lenta y opaca, pero en algún momento debería alcanzar velocidad de crucero. El Banco de España y la Comisión Europea creen que ese momento llegará en 2024, lo que supondrá un impulso para el empleo en las actividades relacionadas con la construcción, la ingeniería y la digitalización.

El problema de las vacantes

Uno de los problemas inesperados de la ejecución de los fondos europeos es la escasez de mano de obra. Por ejemplo, el paro registrado en las actividades informáticas es de apenas 17.500 personas. Esto es, su tasa de paro no llega al 4%. Una situación similar ocurre en los servicios de ingeniería y arquitectura, que apenas tiene 14.300 trabajadores en el paro, un desempleo inferior al 5%. En el siguiente gráfico se observa cómo los sectores que más crecen se han quedado sin repuestos de mano de obra.

Se trata de cifras de pleno empleo, lo que explica que existan vacantes en un país con más de tres millones de desempleados. El crecimiento de los sectores más dinámicos está en riesgo por la escasez de trabajadores. De ahí que las políticas de formación para los jóvenes y de inmigración sean fundamentales para permitir que el mercado laboral siga creando empleo durante 2024 y los siguientes años.

Sin pleno empleo

A pesar del problema de las vacantes, la gran promesa económica del Gobierno de conseguir el pleno empleo parece muy lejana. El motivo es que existe una bolsa de más de un millón de parados que no hay forma de emplear, bien porque no quieren trabajar, porque están cobrando un subsidio, porque no están dispuestos a desplazarse a otra provincia o porque no tienen la cualificación que buscan las empresas. En muchos casos son personas de más de 52 años, edades que las empresas evitan.

Según los datos de la EPA, hay 724.000 personas que llevan más de dos años en paro y otras 408.000 que llevan entre uno y dos años. Para todos ellos, el boom del empleo y el surgimiento de las vacantes han pasado inadvertidos. Es poco probable que su situación vaya a mejorar ahora que el mercado laboral se está desacelerando. En su lugar, son los jóvenes y los inmigrantes quienes están cubriendo las necesidades de mano de obra.

Con estas circunstancias, será muy complicado que España consiga reducir la tasa de paro por debajo del 10%. De hecho, las previsiones del Banco de España alertan de que se quedará estancado por encima del 11% al menos hasta el año 2026. La gran promesa de lograr el pleno empleo a lo largo de la legislatura parece muy lejana, a menos que se consiga un avance significativo para conseguir que estos parados puedan y quieran trabajar. Para empezar, lo que ha hecho el Gobierno es potenciar el subsidio de desempleo, lo que supone un desincentivo al empleo. Mientras tanto, la reforma y potenciación de las políticas activas sigue pendiente. El empleo seguirá creciendo, pero tendrá que vencer todos los obstáculos que impone la regulación actual.

El gran esprint del mercado laboral español ha dejado una marca que probablemente tarde mucho en superarse: 1,7 millones de empleos creados en tres años. Este crecimiento es consecuencia de la reactivación económica posterior a la pandemia, que se completó en la primera mitad de 2023. El sector que iba más retrasado, el turismo, completó su recuperación en la víspera del verano, lo que dio por finalizada la fase de rebote.

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