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La generación del 'baby boom' empieza a jubilarse: el gran relevo llega al mercado laboral
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El momento temido ya está aquí

La generación del 'baby boom' empieza a jubilarse: el gran relevo llega al mercado laboral

Este año han cumplido 65 años los primeros niños del 'baby boom' y el número de jubilaciones empieza a crecer. Se inicia ya una fase que se prolongará durante dos décadas

Foto: Un manifestante de CCOO protesta por las pensiones dignas. (Europa Press)
Un manifestante de CCOO protesta por las pensiones dignas. (Europa Press)
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En 1958, España registró más de 650.000 nacimientos por primera vez en su historia, el doble que en 2022. En 2023 están cumpliendo 65 años, la edad anhelada por muchos de ellos para jubilarse después de una vida de trabajo intenso. Las estadísticas de la Seguridad Social constatan que el número de jubilaciones se está disparando. En los últimos 12 meses se han producido 333.000 altas de jubilación, el dato más alto de toda la serie. Y el número de beneficiarios ha aumentado en 129.000 en el último año, también el registro más elevado de la serie. Es probable que en 2023 ocurra otro hito histórico: que se jubilen más personas de las que nazcan.

La jubilación del baby boom ya está aquí. Los expertos han teorizado mucho sobre este momento, pero ahora llega la hora de constatar la realidad. Las incógnitas son muchas y muy variadas, desde la sostenibilidad de las cuentas públicas hasta el estancamiento secular de la economía o la reposición de la mano de obra. España entra en la fase de pagar la llamada carga demográfica (el opuesto al dividendo demográfico) que consiste en el coste que implica para el país mantener a una buena parte de su población sin trabajar. La Seguridad Social está pagando cada mes la jubilación a 6,3 millones de personas, un número que crecerá de forma acelerada en las próximas décadas.

La jubilación del baby boom abrirá las puertas del mercado laboral a los jóvenes. Cada año será necesario reponer a cerca de medio millón de personas que se jubilarán durante los próximos 15 años. Actualmente, hay algo más de 7 millones de ocupados que tienen más de 50 años, según los registros de la EPA, lo que supone una gran oportunidad para los jóvenes y un gran reto para las empresas. En los últimos 15 años, el número de trabajadores mayores de 50 años se ha disparado un 63%. El problema es que este proceso va a generar grandes fricciones porque muchos de los séniores que van a retirarse tienen empleos que los jóvenes no quieren desempeñar.

El mejor ejemplo es el del sector primario. El 40% de los agricultores y ganaderos de España se jubilarán en los próximos tres lustros y no hay reemplazo para ellos. El éxodo rural ha vaciado los pueblos, lo que obliga a cubrir estos empleos con inmigración. Pero el siguiente problema está en cuando se jubilen los propietarios de las explotaciones, porque ya no bastará con contratar a trabajadores, sino que será necesaria la entrada de nuevos capitalistas que compren los negocios. Si no hay quien quiera invertir en el mundo rural, los pueblos verán cómo sus tierras entran en barbecho permanente.

Foto: El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. (EFE)

Las inmobiliarias también tienen plantillas muy envejecidas. Son trabajadores que se especializaron en vender viviendas cuando el ladrillo tenía tirón en España y que desde 2008 han mantenido su empleo con grandes dificultades, salvo en las grandes ciudades. El 40% del sector tiene más de 50 años, lo que obligará a buscar agentes jóvenes que quieran entrar en un sector que sufre una gran volatilidad en las capitales de provincia y el mundo rural.

El eterno sospechoso del envejecimiento es la función pública. El 48% de los trabajadores tiene 50 años o más y el 14% tiene más de 60 años. Esto es, se van a retirar, de forma inminente, más de 200.000 trabajadores públicos. Esto explica que en los últimos años las convocatorias de oposiciones se hayan disparado. Y esto es solo el comienzo. En los próximos tres lustros se jubilará una media de 50.000 trabajadores públicos cada año. Después de una década de tasa de reposición y trabajos temporales, las administraciones vuelven a abrir sus puertas a los jóvenes.

Pero los puestos de trabajo que realmente desean los jóvenes son los de los directivos. También estos se quedarán vacantes durante los próximos años. Según los registros de la EPA, casi el 50% de los gerentes de empresas tiene 50 años o más. El porcentaje de directivos séniores se ha disparado en más de 15 puntos en la última década a medida que envejecen los boomers, quienes han acaparado estos puestos.

Es cierto que los directivos suelen prolongar su vida laboral, pero es probable que la mayoría se jubilen en los próximos tres lustros. La generación X finalmente tendrá su oportunidad de liderar el país, aunque no será un reinado tan largo. Estos niños, que nacieron en el final de la dictadura y la Transición, llegaron al mercado laboral en los noventa y se encontraron con los puestos directivos ocupados por trabajadores relativamente jóvenes que tardarían varias décadas en jubilarse. Ese momento ha llegado y no solo es una oportunidad para ellos de tomar el relevo. También para las empresas puede ser una ocasión única para modernizar el país.

Del paro a las vacantes

Como se ha señalado, en los próximos 15 años se jubilarán unos 7 millones de trabajadores (no se incluye aquí a los que hoy están desempleados, casi 900.000 personas). Si se observa el relevo de mano de obra, actualmente hay también casi 7 millones de niños de menos de 16 años. Si se tiene en cuenta que las tasas de actividad en los años de entrada al mercado laboral están entre el 60 y el 70%, significa que el reemplazo de la mano de obra que se retirará no llega a los 5 millones. Esto supone un déficit de trabajadores de más de 2 millones de personas.

Estos números están sujetos a oscilaciones por la inmigración, el posible retraso en la edad de jubilación o el aumento de las tasas de actividad. Pero lo que está claro es que la generación que entrará al mercado laboral no podrá reemplazar íntegramente a la que se retira, de modo que se generarán tensiones de mano de obra.

Foto: Las empresas que pagan menos tienen más vacantes. (iStock)

España, país líder en desempleo, previsiblemente sufrirá problemas de mano de obra en las próximas décadas. Aunque parezca imposible con una tasa de desempleo del 12%, realmente las vacantes generarán más preocupación que el paro, sobre todo en sectores cualificados que no se pueden cubrir con inmigrantes sin formación. De ahí que el gran relevo sea una oportunidad para los jóvenes y los desempleados, pero también un gran riesgo para las empresas. Los expertos empiezan a valorar que el envejecimiento no provocará deflación, como habían teorizado en las últimas décadas, sino inflación provocada por las subidas de salarios ante la competencia por atraer mano de obra escasa.

En este horizonte hay un agente que puede alterar este reequilibrio de fuerzas en contra de los empleados: la Inteligencia Artificial. La IA tiene el potencial para sustituir a millones de trabajadores en todo el mundo, lo que puede ser un alivio para los problemas de personal hacia los que se encaminan los países envejecidos. En ese caso, España tendrá que gestionar otro reto igual de complicado: el encaje de su oferta de trabajo en los sectores en los que se demande. Porque la IA expulsará a trabajadores jóvenes que tendrán que buscar acomodo en actividades en las que se demanden profesionales. Esto implica la necesidad de diseñar un sistema de formación flexible para adaptarse a la demanda de empleo e incentivos a los desempleados para recualificarse en las actividades pujantes.

La jubilación de la generación del baby boom traerá estos profundos cambios económicos y otros que aún no se pueden anticipar. El país tendrá que pagar la carga demográfica y para ello necesitará capital físico y humano para elevar la producción y contar con más recursos para repartir. De lo contrario, el envejecimiento abrirá la puerta a tres décadas perdidas.

En 1958, España registró más de 650.000 nacimientos por primera vez en su historia, el doble que en 2022. En 2023 están cumpliendo 65 años, la edad anhelada por muchos de ellos para jubilarse después de una vida de trabajo intenso. Las estadísticas de la Seguridad Social constatan que el número de jubilaciones se está disparando. En los últimos 12 meses se han producido 333.000 altas de jubilación, el dato más alto de toda la serie. Y el número de beneficiarios ha aumentado en 129.000 en el último año, también el registro más elevado de la serie. Es probable que en 2023 ocurra otro hito histórico: que se jubilen más personas de las que nazcan.

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