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El envejecimiento ensanchará las diferencias de riqueza entre comunidades autónomas
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El envejecimiento ensanchará las diferencias de riqueza entre comunidades autónomas

Un estudio del Banco de España señala que el envejecimiento es uno de los causantes de la pérdida de población activa y será más intenso en las comunidades del noroeste

Foto: Pensionistas. (Pixabay)
Pensionistas. (Pixabay)
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El envejecimiento aumentará la brecha del PIB per cápita entre comunidades autónomas, aumentando la desigualdad. Es una de las conclusiones de un estudio realizado por el Banco de España en el que analiza el impacto del envejecimiento sobre la evolución de la población activa, esto es, del número de personas que están disponibles para trabajar. El motivo es que a lo largo de la vida laboral la disponibilidad de las personas para trabajar es cambiante: baja durante la juventud (porque muchos prolongan sus estudios), sube a partir de los 25 años y vuelve a caer más allá de los 50 años.

Por ejemplo, en España, la población mayor de 55 años que está disponible para trabajar (ocupada o buscando un empleo) es de apenas el 30%. Por el contrario, entre los 25 y los 55 años, está dispuesto a trabajar casi el 90% de la población. Esto significa que a medida que las regiones envejecen, la salida de la población activa se acelera.

Foto: Manifestación de pensionistas en Pamplona. (EFE/Villar López)

Si se observa el conjunto del país, el envejecimiento de la última década ha provocado una caída de la tasa de actividad de 3,4 puntos porcentuales. Esto supone la pérdida de unas 790.000 personas de fuerza laboral, una cifra muy significativa en un país con altos problemas de natalidad.

El envejecimiento de España está en su fase inicial, ya que la generación más numerosa, la del baby boom, aún sigue en edad de trabajar, aunque ya ha entrado en las franjas en que empieza a reducirse la actividad. Muchos salen del mercado laboral expulsados por su edad, pero otros deciden aceptar ofertas de prejubilación, o directamente consideran que tienen los ahorros suficientes para dejar de trabajar. Es bien conocido que el envejecimiento se acelerará durante las dos próximas décadas, pero el estudio del Banco de España señala un efecto poco analizado: afectará especialmente a las comunidades autónomas más pobres.

El motivo es que son territorios que tienen más dificultad para fijar a su población en edad de trabajar y, sobre todo, tienen una baja capacidad para atraer a inmigrantes. La llegada de población activa extranjera será clave durante las próximas décadas en las economías desarrolladas, de hecho, el FMI ya ha recomendado a los países que vayan trazando estrategias para atraer a los trabajadores que vayan a necesitar en un futuro.

Las economías más dinámicas son más interesantes para los trabajadores foráneos, especialmente para aquellos especializados en los sectores con escasez de efectivos. En la última década, la inmigración ha amortiguado la caída de la población activa en todas las CCAA, salvo Andalucía, pero el efecto ha sido especialmente notable en Madrid, Cataluña y Baleares, las tres regiones más dinámicas en estos años.

En consecuencia, el BdE advierte de que "el impacto del envejecimiento puede ahondar las divergencias regionales, ya que las comunidades autónomas más envejecidas y con menor PIB per cápita experimentarían las mayores caídas de la tasa de actividad". El gráfico que se muestra a continuación ilustra esta situación:

Se trata de un gráfico en el que se muestra la relación entre: 1- la variación prevista de la tasa de actividad hasta el año 2030 (eje vertical), 2- el grado de envejecimiento (eje horizontal) y 3- la riqueza (tamaño de las circunferencias). La línea de correlación muestra que la participación laboral va a caer de forma más intensa en las comunidades con la edad media más alta. Es comprensible: a medida que tengan más población sénior, mayores serán las probabilidades de que abandonen el mercado laboral.

Pero, además, las comunidades más pobres, aquellas que están representadas con las circunferencias más pequeñas, se sitúan en la parte inferior del gráfico. Esto es, tendrán una caída significativa de su población activa. Por el contrario, las bolas más grandes se sitúan en la parte alta del gráfico. Esto significa que las regiones pobres sufrirán una caída más intensa de su población activa. Por ejemplo, Andalucía y Cataluña, que tienen una estructura de edad poblacional similar, tendrán un desempeño muy diferente en su población activa, y esta caerá casi el doble en Andalucía, según las previsiones para la próxima década.

Madrid, Cataluña y Baleares serán las CCAA que conservarán más población activa en la próxima década. Por el contrario, Asturias, Extremadura, Cantabria y Galicia serán las que más fuerza laboral van a perder. Si esta proyección se confirma, el envejecimiento acelerará la dispersión de riqueza entre territorios, al menos en lo que se refiere a PIB per cápita.

El envejecimiento aumentará la brecha del PIB per cápita entre comunidades autónomas, aumentando la desigualdad. Es una de las conclusiones de un estudio realizado por el Banco de España en el que analiza el impacto del envejecimiento sobre la evolución de la población activa, esto es, del número de personas que están disponibles para trabajar. El motivo es que a lo largo de la vida laboral la disponibilidad de las personas para trabajar es cambiante: baja durante la juventud (porque muchos prolongan sus estudios), sube a partir de los 25 años y vuelve a caer más allá de los 50 años.

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