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Más turistas, menos noches: el precio disparado de los hoteles acorta las vacaciones
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Consecuencias de un verano histórico

Más turistas, menos noches: el precio disparado de los hoteles acorta las vacaciones

Una semana de hotel es casi 200 euros más cara que antes de la pandemia, lo que fuerza a los turistas a reducir la duración de su estancia para viajar sin elevar el gasto

Foto: Playa de la Barceloneta, masificada de sombrillas. (EFE/Alejandro García)
Playa de la Barceloneta, masificada de sombrillas. (EFE/Alejandro García)
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El sector turístico español va camino de marcar unos registros históricos en 2023, una vez superadas todas las restricciones de la pandemia. En los siete primeros meses del año, los hoteles recibieron a más de 63 millones de viajeros, un 2,3% más que en el mismo periodo de 2019, con un crecimiento del 4,2% en la llegada de turistas nacionales y del 0,6% en la de los extranjeros. Estas cifras históricas contrastan con los niveles de ocupación de los hoteles, que todavía no han alcanzado los niveles de 2019. El motivo es que la escalada de los precios ha obligado a muchos turistas a recortar sus vacaciones. El resultado son estancias algo más cortas, habitaciones que se quedan desocupadas algunos días, pero un gran aumento de la rentabilidad del sector gracias a las tarifas que está cobrando.

El precio de una habitación de hotel en julio fue 26 euros más cara que en 2019, según los resultados de la encuesta hotelera publicada por el INE. Eso significa que una semana de vacaciones cuesta 180 euros más. Pero esta es la media nacional, en los destinos más concurridos es necesario rascarse el bolsillo con más intensidad. En el País Vasco el precio de una semana de habitación se disparó en 205 euros y en Baleares la subida alcanzó los 260 euros. Se trata de tasas de inflación que superan el 25%, llegando a rozar el 30% en Baleares o Asturias.

Si se comparan categorías de hoteles, una habitación en un hotel de cuatro estrellas costaba en julio de 2019 tanto como cuesta hoy uno de tres estrellas, unos 110 euros por noche. Y las tarifas de los establecimientos de tres estrellas costaban unos 10 euros menos que las de dos estrellas en la actualidad. Esto es, para que la estancia le cueste lo mismo a una familia tiene que irse a un hotel que sea de una categoría inferior.

Foto: El turismo de cruceros genera un gran debate. (EFE/ Puertos del Estado)

Son precios prohibitivos para muchas familias, cuya capacidad adquisitiva ya está muy mermada por la inflación. La respuesta ha sido la esperada: están sacrificando días de vacaciones para seguir viajando. La estancia media en el conjunto del país se ha reducido un 4,2% en comparación con el mismo periodo previo a la pandemia. La caída es más pronunciada en algunas de estas comunidades con los precios más altos. Por ejemplo, la estancia media en Baleares se ha reducido un 7%, un 9% en Canarias y un 12% en Murcia.

En cuanto al tipo de establecimiento, la caída de la estancia media ha sido similar en casi todos ellos, situándose cerca del 4% nacional. Los peores datos son los de los hoteles de tres estrellas y los alojamientos de una estrella de plata (hostales, pensiones, fondas y otro tipo de alojamientos que no llegan a la categoría de hotel), con un descenso del 6,5%. Por el contrario, el mejor comportamiento lo registraron los hoteles de una estrella, con un descenso de la estancia media del 0,4% respecto a los niveles prepandemia. Esto significa que el acortamiento de las vacaciones está siendo generalizado en todos los estratos sociales.

Esto explica que con medio millón más de viajeros que en 2019, las pernoctaciones hoteleras de julio fuesen casi 45.000 menos. En Baleares y Canarias, por ejemplo, el número de viajeros ha aumentado entre un 8% y un 9%, mientras que el número de noches de hotel son las mismas que en 2019.

Para las empresas está siendo rentable perder algunas noches de ocupación a cambio de la gran rentabilidad que están consiguiendo con la subida de precios. Los ingresos por habitación disponible se han disparado un 25% en comparación con el año 2019, llegando hasta el 30% en los hoteles de cinco estrellas y al 42% en los de una estrella de plata.

Los datos que declaran a la Agencia Tributaria corrobora el buen momento que vive el sector. Desde mediados de julio hasta mediados de agosto (último dato disponible), las empresas de alojamiento han declarado una facturación en el IVA de 1.900 millones de euros, lo que supone un 16% más que en el mismo periodo del año anterior y un 26% más que antes de la pandemia.

El sector turístico está aprovechando la gran demanda turística que vive España para recomponer su balance tras las pérdidas que sufrió durante la pandemia. Pero los meses de confinamientos también provocaron cierta concentración en el sector, obligando a bajar la persiana a los establecimientos menos rentables. En la actualidad, el número de alojamientos sigue siendo casi un 3% inferior al dato prepandemia, pero el número de plazas ha aumentado en un 2%. Esto significa que la oferta se ha concentrado, con menos hoteles pequeños y más de mayor tamaño.

Dispersión de precios

La escalada de los precios de los hoteles no ha sido homogénea en todo el país, ya que la demanda es muy diferente en función del territorio. Los destinos de costa, en especial las islas, han disparado la llegada de viajeros, lo que les ha permitido abordar grandes subidas de precios. Sin embargo, en el interior la situación es contraria, porque tienen que competir con mejores precios.

La diferencia de precio en las provincias de costa y del interior está marcando máximos históricos este verano. Por ejemplo, en las islas de Ibiza y Formentera una noche de habitación cuesta, de media, 230 euros, mientras que en las provincias de Albacete o Palencia no alcanza los 55 euros.

Foto: Cientos de personas en la feria de Málaga el 16 de agosto. (EFE/Zapata)

Esta distancia creciente está provocando que muchos turistas estén optando por hacer turismo de interior durante el verano. Así, Palencia y Soria son las dos provincias en las que más ha crecido el número de turistas en términos porcentuales, un 30 y un 22% respectivamente. Si bien es cierto que venían de niveles muy bajos (unos 20.000 viajeros en julio de 2019), también lo es que supone un crecimiento muy significativo. Otras provincias del interior, como Álava, Segovia o Ávila, también se encuentran entre las que mayor crecimiento han registrado.

Todas ellas se han vuelto más competitivas gracias a la diferencia de precio con la costa. Esto también se está reflejando en la duración de las estancias: en las comunidades en las que los precios son más bajos, los viajes se están prolongando más. Por ejemplo, en Extremadura, el precio medio de la habitación es inferior a los 70 euros y la duración de las estancias ha aumentado en algo más de un 7%. De esta forma, se convierte en la comunidad que más ha aumentado la estancia media respecto a los niveles previos a la pandemia. Lo mismo ocurre con Castilla-La Mancha, La Rioja o Aragón. Por el contrario, en las comunidades más caras, la estancia media se ha reducido notablemente, como se ha señalado anteriormente. Destacan Baleares y Canarias con una caída del 7 y el 8% respectivamente. Se abre así una ventana de oportunidad para regiones que, por ausencia de playa, tienen más dificultades para captar turismo en verano.

El sector turístico español va camino de marcar unos registros históricos en 2023, una vez superadas todas las restricciones de la pandemia. En los siete primeros meses del año, los hoteles recibieron a más de 63 millones de viajeros, un 2,3% más que en el mismo periodo de 2019, con un crecimiento del 4,2% en la llegada de turistas nacionales y del 0,6% en la de los extranjeros. Estas cifras históricas contrastan con los niveles de ocupación de los hoteles, que todavía no han alcanzado los niveles de 2019. El motivo es que la escalada de los precios ha obligado a muchos turistas a recortar sus vacaciones. El resultado son estancias algo más cortas, habitaciones que se quedan desocupadas algunos días, pero un gran aumento de la rentabilidad del sector gracias a las tarifas que está cobrando.

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