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Europa se achica: la población ya solo supone el 5,6% de la del mundo (y a la baja)
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EL PESO DEL PIB SIGUE CAYENDO

Europa se achica: la población ya solo supone el 5,6% de la del mundo (y a la baja)

El peso de Europa en el mundo encoge. Y lo hace en dos variables fundamentales. Por un lado, la población no deja de descender frente al mundo, y lo mismo sucede con el PIB, que pierde posiciones relativas

Foto: Europa se achica. (Pixabay)
Europa se achica. (Pixabay)
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La comparación que más veces se ha hecho sobre lo que representa Europa respecto del mundo es la de un gigante con los pies de barro. Gigante por su peso económico y comercial y hasta por su capacidad de influencia cultural, pero con pies de barro, porque su población no deja de menguar en términos comparativos, al margen de cuestiones como la autonomía defensiva o de seguridad. Y los datos que acaba de publicar Eurostat ahondan en esa dirección. La población de Europa ya solo representa el 5,6% de la que tiene el mundo.

Para hacerse una idea de lo que supone ese porcentaje, solo hay que tener en cuenta que en 1974 representaba prácticamente el doble, un 10%, y lo que es todavía más significativo, en 2100, si se cumplen las previsiones de Eurostat, la agencia estadística de la UE, se situará en apenas un 4%. Hay que recordar que a finales de los años cincuenta, al comienzo de la construcción del mercado único, el 13,7% de la población mundial era europeo (los 27 miembros actuales), más del triple que al finalizar este siglo.

La causa de este declive demográfico, lógicamente, tiene que ver con la evolución combinada de factores como las tasas de fecundidad y mortalidad y las migraciones (salidas y entradas). Lo que sostienen las últimas proyecciones es que a partir de 2026 Europa alcanzará un máximo de 453,3 millones de personas, y a partir de ahí comenzará un suave descenso hasta retroceder hasta los 420 millones de habitantes al final de siglo. ¿El resultado? Solo cuatro de cada 100 habitantes del planeta serán europeos a la vuelta de la próxima centuria.

A largo plazo, como se sabe, tanto la productividad como la demografía lo son todo en términos de prosperidad económica, de ahí la relevancia de las cifras que acaba de publicar Eurostat. Entre otras razones, porque las dificultades para encontrar mano de obra serán crecientes en un continente volcado en las exportaciones, pero que cada vez pone más trabas a la entrada de inmigrantes. Países que han sido tradicionalmente de acogida de mano de obra extranjera y de refugiados, como los del centro y el norte, son cada vez más restrictivos a la hora de recibir trabajadores extranjeros, pese a que el número de vacantes en algunos Estados está en máximos.

Población y pensiones

Y esto es, precisamente, lo que está sucediendo, habida cuenta de la importancia que tiene el factor trabajo sobre el crecimiento económico y, por ende, sobre cuestiones como las pensiones, a la vista de que el sistema de protección social es de reparto (los activos pagan las pensiones de los jubilados). En España, por ejemplo, la relación entre crecimiento del PIB y de la ocupación es prácticamente uno a uno, debido a los escasos avances en productividad. Entre las razones que explican su mala posición en términos de PIB per cápita, se encuentra, precisamente, que se trata del cuarto país por la cola con una tasa de empleo (personas con edades comprendidas entre 20 y 64 años sobre la población total) más baja, solo por delante de Rumanía, Grecia e Italia.

Hace una docena de años, en 2011, el peso del PIB de Europa respecto del conjunto del planeta en paridad de poder de compra, lo que permite hacer comparaciones homogéneas, representaba un 15,9%, pero en 2021 ese porcentaje ha caído hasta el 14,8%. Y lo que es peor, con clara tendencia a la baja, en la medida en que el avance del PIB se ha desacelerado más que en el resto del mundo.

Esto significa, en todo caso, que el peso de la economía europea en el mundo triplica a su población, lo que en última instancia refleja que sus ciudadanos son significativamente más ricos que el resto del planeta. En concreto, el PIB por habitante se sitúa en 35.210 euros corrientes, es decir, sin descontar el efecto de la inflación, aunque con una clara diferencia en función de los países. Mientras que en Luxemburgo el PIB per cápita se sitúa en el 260% de la media de la UE, en Bulgaria apenas se alcanza el 58%. España se coloca cada vez más abajo y los últimos datos de Eurostat muestran que el PIB per cápita supone el 85% de la media europea. Por detrás ya solo se sitúan Polonia, Hungría, Portugal, Rumanía, Letonia, Croacia, Eslovaquia, Grecia y Bulgaria.

La ausencia de dinamismo demográfico no es homogénea. La situación es especialmente preocupante en una docena de países, a la cabeza de ellos Croacia (-9,7%) y Letonia (-8,3%), donde el número de habitantes no solo no ha crecido, sino que ha descendido de forma relevante en la última década.

España, en este sentido, se sitúa ligeramente por debajo de la media de la UE en crecimiento de la población. Ahora bien, esto es debido a la inmigración, ya que el país se sitúa en penúltimo lugar en cuanto a tasa de fertilidad, solo Malta se sitúa en una posición más adversa. Según los últimos datos de Estadística, referidos a julio de 2022, el crecimiento de la población se debe exclusivamente a la existencia de un saldo migratorio positivo de 258.547 personas, que compensa un saldo vegetativo negativo de 75.409 personas entre los nacionales.

En el lado opuesto están Francia y Chequia. En los países desarrollados, se considera que el nivel de reemplazo son 2,1 hijos por mujer, pero en España se sitúa prácticamente en la mitad. También en el conjunto de la UE la tasa de fertilidad (1,5) se sitúa por debajo de lo que sería necesario para mantener equilibrada la población respecto de los niveles actuales.

La comparación que más veces se ha hecho sobre lo que representa Europa respecto del mundo es la de un gigante con los pies de barro. Gigante por su peso económico y comercial y hasta por su capacidad de influencia cultural, pero con pies de barro, porque su población no deja de menguar en términos comparativos, al margen de cuestiones como la autonomía defensiva o de seguridad. Y los datos que acaba de publicar Eurostat ahondan en esa dirección. La población de Europa ya solo representa el 5,6% de la que tiene el mundo.

Encuesta de Población Activa (EPA) Productividad PIB Unión Europea
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