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El FMI tumba las previsiones de déficit y deuda para los próximos años
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INFORME FiSCAL 2018

El FMI tumba las previsiones de déficit y deuda para los próximos años

El Monitor Fiscal ha tumbado las previsiones oficiales de déficit y deuda para los próximos años. España seguirá siendo uno de los países avanzados con más desequilibrio fiscal

Foto: La directora gerente del FMI, Christine Lagarde. (EFE)
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde. (EFE)

El desequilibrio entre ingresos y gastos del sector público será mucho mayor de lo previsto por el Gobierno. Esto es lo que considera el Monitor Fiscal que presenta cada año el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el marco de su asamblea de otoño, y que, literalmente, echa por tierra las últimas proyecciones del Ejecutivo en materia de objetivos de déficit.

Mientras que el Ministerio de Hacienda prevé un déficit equivalente al 1,8% del PIB para el próximo año, los economistas del Fondo lo sitúan en el 2,3%. Lo mismo ocurrirá en los siguientes ejercicios. Las últimas previsiones del Gobierno, publicadas el pasado 20 de julio, estimaban un desequilibrio del 1,1% en 2020, pero el FMI lo eleva hasta el 2,4%. La distancia es significativa también en 2021. El Ejecutivo considera probable alcanzar ese año un déficit del 0,4% del PIB, pero el Fondo, igualmente, lo eleva hasta el 2,5%.

Las estimaciones del Fondo se han hecho a partir de la última actualización del programa de estabilidad de España enviado a Bruselas por el anterior Gobierno, pero también a la luz de sus propias previsiones. Es decir, no incorporan el incremento de la presión fiscal que ha anunciado el Gobierno. El déficit, en todo caso, consolida España como el país con mayor desequilibrio fiscal de Europa en el periodo analizado, lo que explica los escasos avances en la reducción del endeudamiento público.

El Fondo Monetario Internacional, en concreto, estima que el volumen de deuda pública en circulación se situará en el 92,6% del PIB en 2023, lo que supone una reducción de algo menos de ocho puntos en una década, pese a que en ese tiempo la economía habrá crecido de forma robusta. En todos los casos, por encima del 2% anual. El anterior Gobierno (el nuevo todavía no ha hecho previsiones) había estimado que la deuda pública se situaría en el 89,1% del producto interior bruto ya en 2021.

La causa de este mínimo avance en la reducción del déficit y la deuda tiene que ver con la escasa reducción del gasto público (1,1 puntos de PIB entre 2018 y 2023), pero también con las dificultades del sector público para aumentar los ingresos.

La recaudación, en concreto, y siempre según el FMI, se moverá entre un mínimo del 36,8% del PIB en 2023 y del 37,9% en 2018, lo que explica que el déficit público tenga un carácter estructural. De hecho, España continuará teniendo déficit primario en los próximos años. Es decir, eliminando, incluso, los costes financieros, lo que da idea de cómo el desequilibrio entre ingresos y gastos se ha cronificado. Y ello pese a la política monetaria ultraexpansiva del Banco Central Europeo, que ha desplomado los tipos de interés, y que dejará de comprar activos públicos a finales de año.

Activos y pasivos

El informe del FMI, y en relación a la economía global, llama la atención sobre un hecho que, como sostienen sus economistas, pasa habitualmente inadvertido: la relación entre el volumen de activos en manos del Gobierno y los pasivos a los que debe hacer frente con ciudadanos y empresas a lo largo del tiempo. Y el resultado es algo más que revelador.

Pues bien, según el FMI, el valor de los activos asciende a 101 billones de dólares en 2017, lo que equivale al 219% del PIB de los países que incluye la muestra. En total, 31 países que representan el 61% del PIB mundial.

Foto: Varios operarios trabajan en la Bolsa de Nueva York. (EFE)

Esta cifra incluye un 120% del PIB en activos de sociedades públicas. Asimismo, contiene los recursos naturales que, en promedio, representan el 110% del PIB de los principales países productores. Reconocer dichos activos, sostienen los economistas del FMI, no deja sin efecto las vulnerabilidades vinculadas a la medida estándar de la deuda pública del Gobierno general, que representa el 95% del PIB de estos países. Este valor representa solo la mitad de los pasivos totales del sector público, de 198% del PIB, que también incluyen un 46% del PIB en compromisos por pensiones ya devengados.

Según el Fondo, existen datos empíricos que demuestran que los mercados financieros prestan cada vez más atención a la totalidad del balance público, y que la solidez de este aumenta la capacidad de resistencia económica para afrontar una crisis de ingresos.

Y es que, según el FMI, las cicatrices de la crisis financiera mundial en el patrimonio público “siguen siendo visibles una década después”. Aunque los déficits se han reducido, por lo menos en las economías avanzadas más afectadas, el patrimonio financiero neto de los países de la muestra se mantiene en 11 billones de dólares, lo que supone 28 puntos de PIB por debajo del nivel anterior a la crisis.

En este sentido, el informe estima que el patrimonio financiero neto en manos del Gobierno se ha deteriorado y se sitúa ahora en torno al 8% del PIB, en gran medida debido al endeudamiento subnacional y al pobre rendimiento de las sociedades públicas.

El desequilibrio entre ingresos y gastos del sector público será mucho mayor de lo previsto por el Gobierno. Esto es lo que considera el Monitor Fiscal que presenta cada año el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el marco de su asamblea de otoño, y que, literalmente, echa por tierra las últimas proyecciones del Ejecutivo en materia de objetivos de déficit.

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