Es noticia
Por qué Djokovic es un mal ejemplo para la sociedad y Rafa Nadal decide atizarle
  1. Deportes
  2. Tenis
el español es contundente con el serbio

Por qué Djokovic es un mal ejemplo para la sociedad y Rafa Nadal decide atizarle

Tras la polémica que le rodeó en los Juegos Olímpicos de Tokio, Djokovic desata un conflicto diplomático. Hay más oscurantismo que certezas para dar validez a la exención médica

Foto: El tenista serbio Novak Djokovic, durante un partido. (Reuters/Lucy Nicholson)
El tenista serbio Novak Djokovic, durante un partido. (Reuters/Lucy Nicholson)

El número uno del tenis mundial no es el mejor ejemplo para la sociedad. Con Novak Djokovic puede estar sucediendo algo parecido a una pérdida del sentido de la realidad que le ha llevado en medio año a ir de polémica en polémica. Es como si le hubiera devorado el personaje. Tiene el diagnóstico del profesional endiosado, soberbio y mal perdedor.

Es lo peor que le puede suceder al ídolo, que tiene que provocar aplausos y admiración cuando compite en la pista y cuando es un ciudadano corriente. Tras la polémica que le rodeó en los Juegos Olímpicos de Tokio, con Simon Biles, Pablo Carreño y por dejar plantada a Nina Stojanovic, está en el foco por querer entrar a Australia saltándose las normas. No está vacunado y presenta una exención médica en la que hay más oscurantismo que certezas.

La sensación que trasmite Nole es que está haciendo trampas y que se siente más importante que el propio torneo. Su fama y su imagen sirven para las reivindicaciones de los antivacunas. El organizador del Open de Australia, Craig Tiley, defiende lo indefendible. Le han dado una exención médica y filtran que Djokovic podía haber alegado un positivo por covid en los últimos seis meses. ¿Dónde está la prueba? No hay nada oficial. La organización del torneo ha hecho un intento de colar al número uno del mundo por intereses económicos y ha desatado un conflicto diplomático.

Foto: Marcelo se seca el sudor de la cara durante un partido del Real Madrid

En la fatiga pandémica faltaba un caso de la repercusión como el que protagoniza Djokovic. Está rozando el ridículo y empieza a ser hasta despreciable. La respuesta más coherente y contundente la da Rafa Nadal, que cuando quiere no es nada diplomático y pone los puntos sobre las íes. Rafa Nadal decide atizar a Djokovic. Esto no va de corporativismo y sí de salud e igualdad en el cumplimiento de las normas. También de ser ejemplar. Por estas palabras, Rafa Nadal representa a la gran mayoría: “Si él quisiera, estaría jugando en Australia. Sin problemas. Él ha tomado su decisión. Todo el mundo es libre de tomar sus decisiones, pero entonces hay consecuencias, ¿no? El mundo ya ha sufrido bastante. Hay que vacunarse”.

La picaresca y el victimismo

Se puede respetar a cada persona, no obligarla a vacunarse. Incluso se puede ser excéntrico como Djokovic. Pero la deriva a un conflicto diplomático entre las autoridades australianas y las serbias está siendo grotesca. El hartazgo con Djokovic es que pretenda ser el más pillo y quiera engañar haciendo trampas con la exención médica. Si no quiere vacunarse, si no hay claridad con la exención médica, no debería jugar el Open de Australia. Son las reglas. Pero la picaresca, los intereses y su soberbia hacen de este caso un asunto de Estado.

placeholder Seguidores de Djokovic se manifiestan en las puertas del centro donde está retenido en Melbourne. (EFE/James Ross)
Seguidores de Djokovic se manifiestan en las puertas del centro donde está retenido en Melbourne. (EFE/James Ross)

Las autoridades australianas le han negado la entrada al país, ha sido retenido en una sala del aeropuerto, con la vigilancia de la policía y sin poder usar el teléfono móvil. Djokovic fue aislado en un centro de detención de inmigrantes en Melbourne y saca partido del victimismo. Sus abogados acuden a la vía judicial para ganar este partido con un recurso al veto que engorda la polémica. Apelan la prohibición. Faltaba el padre, Srdjan Djokovic, con otro mensaje irrisorio: “Mi hijo lleva varias horas cautivo. Es una lucha por la libertad en el mundo. No es solo una lucha de Novak. Es una lucha de todos”. Sus seguidores, con el padre al frente, organizan una manifestación de protesta en las puertas del Parlamento en Belgrado pidiendo su liberación.

Acabó mal en Tokio

La consecuencia es un conflicto diplomático y las tensiones por culpa de un tenista-persona que no respeta las reglas de otro país. “He hablado con Novak y le he dicho que toda Serbia está con él. Nuestras autoridades están tomando todas las medidas para detener el acoso al mejor tenista del mundo en el menor tiempo posible. Luchamos por Novak, la justicia y la verdad”, dice Aleksandar Vucic, presidente de Serbia. A Djokovic no le dieron el visado de entrada a Australia. ¿Rellenó correctamente el formulario? Parece ser que no. No están claros los motivos de la exención médica. Sabía que iba a Melbourne, a la ciudad del mundo más confinada.

Foto: Diego López celebra la clasificación del Espanyol en la Copa contra la Ponferradina

Los deportistas, los referentes, los mejores, los ídolos tienen que dar ejemplo a la sociedad de cumplir las normas. Deben ser también admirados por su compañerismo. Novak Djovic es el tenista que fue a triunfar a los Juegos Olímpicos de Tokio y se marchó por la puerta de atrás con polémicas y fuertes críticas. Primero, por generar confusión con unas declaraciones en las que no empatizaba con los problemas de salud mental de la gimnasta estadounidense Simon Biles. “La presión es un privilegio. Hay que lidiar con ella para estar en la cima”, fue el mensaje inoportuno en un momento de solidaridad de la sociedad y del deporte con Simon Biles. Reculó. Tuvo que dar explicaciones.

Djokovic es el tenista que no aceptó la derrota contra Pablo Carreño en la pelea por la medalla de bronce, estrelló dos raquetas contra la red por su frustración y llegó a golpear el logo de los Juegos. Un comportamiento, una reacción enfurecida y poco deportiva. Llegó a Tokio para ganar el oro, para hacer historia si conseguía el Golden Slam. Se fue sin medalla y dejando plantada a su compañera Nina Stojanovic al renunciar a jugar el encuentro de dobles mixto. El aplauso lo tienen los deportistas que saben ganar, perder, dar un paso al lado (Rafa Nadal decidió no acudir a los Juegos de Tokio), son ejemplares y empatizan. Nole no consigue ser Nadal.

El número uno del tenis mundial no es el mejor ejemplo para la sociedad. Con Novak Djokovic puede estar sucediendo algo parecido a una pérdida del sentido de la realidad que le ha llevado en medio año a ir de polémica en polémica. Es como si le hubiera devorado el personaje. Tiene el diagnóstico del profesional endiosado, soberbio y mal perdedor.

Rafa Nadal Novak Djokovic Australia
El redactor recomienda