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Las promesas cumplidas de Sergio Ramos que comprometen la lista de Luis Enrique
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Las promesas cumplidas de Sergio Ramos que comprometen la lista de Luis Enrique

La regularidad y la buena condición física de Sergio Ramos en el PSG eran las condiciones que ponía Luis Enrique para que tuviera opciones de regresar a la Selección española

Foto: Sergio Ramos aplaude en el partido del PSG contra el Maccabi Haifa. (Reuters/Nir Elias)
Sergio Ramos aplaude en el partido del PSG contra el Maccabi Haifa. (Reuters/Nir Elias)
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Sergio Ramos estaba hace un año en la enfermería. Pasaba por el peor momento de su carrera deportiva con las lesiones y las críticas, en Francia y en España, que hablaban de un exjugador. En nuestro país se llegó a decir que Florentino Pérez le había marcado un gol al jeque de Qatar con un futbolista que estaba acabado. Entraba dentro de lo normal por ver lo bien que se había adaptado David Alaba al Real Madrid y los problemas de Ramos en el PSG. Daba lástima pensar que el sevillano, una leyenda del fútbol español y también de la Selección, pudiera tener un final tan triste y quedara la imagen de verle arrastrándose por los campos franceses como un juguete roto.

Era el defensa experimentado que necesitaba Qatar para fortalecer el equipo atrás y tener más opciones de conseguir la Champions. El debut con el Paris Saint-Germain llegó el 28 de noviembre, tras cuatro meses y 20 días de una larga espera desde que fue presentado en París como el héroe de la Décima. Habían pasado 207 días desde su último partido (las semifinales entre el Chelsea y el Real Madrid) para volver a ver su regreso a un partido oficial y con la camiseta del PSG. En este tiempo de baja e incertidumbres, de un calvario con las lesiones (la rodilla y el sóleo) se perdió la Eurocopa. Luis Enrique fue claro y justo con su decisión. "Me duele. Me sabe mal. No ha sido fácil y es duro", dijo el seleccionador. Dejó claro que no había podido competir.

placeholder Sergio Ramos, sonriente, junto a Mbappé y Achraf en un partido del PSG.
Sergio Ramos, sonriente, junto a Mbappé y Achraf en un partido del PSG.

De lo duro que fue salir del Real Madrid, con las tensiones con Florentino, y perderse la Eurocopa, pasó a sufrir un vía crucis con las recaídas y las mofas de la prensa francesa. En el club parisino se planteó la posibilidad de rescindir el contrato por bajo rendimiento y sin la esperanza de que pudiera ser recuperable. Su primera temporada resultó un fiasco. No jugó ni un solo partido de la Champions League y tan solo disputó 844 minutos que se repartieron en 13 partidos de la Ligue 1 y uno en la Copa de Francia. Algo debió suceder para que el emir de Qatar, Tamin Bin Hamad Al Thani, y el presidente del PSG, Nasser Al Khelaifi, no se quitaran de en medio a Sergio Ramos tras su decepcionante temporada. Algo como que vieron que hacía de todo para recuperarse, que tenía compromiso, dedicación plena y que pedía otra oportunidad. Mostró rebeldía y actitud. Sergio era de los que unía el vestuario. No hay que dejar de lado su excelente relación con Mbappé, al que el club tenía que hacer concesiones para tenerle contento. Ramos ha sido y es un capitán en la sombra que quieren las tres estrellas (Messi, Neymar y Mbappé).

Renovado en lo físico y lo anímico

Lo que ha hecho Sergio Ramos para darle la vuelta a su situación crítica es cumplir con las promesas. Pidió al nuevo entrenador, Christophe Galtier, que le diera confianza para coger su mejor forma física una vez que sentía que estaba recuperado de los problemas en el sóleo. Hizo un largo y duro trabajo de puesta a punto, una buena pretemporada y en el primer partido de la temporada, la Supercopa de Francia que ganó el PSG al Nantes (4-0) en Tel Aviv el 1 de agosto, pareció ir sobrado. Jugó a un gran nivel y se permitió el lujo de marcar un gol de tacón. Desde ese día, Ramos ha competido a un alto nivel, con regularidad, mostrando el carácter y la jerarquía que tenía en el Real Madrid, uniendo al equipo en situaciones de conflictos internos entre sus estrellas, haciendo piña y adaptándose a los diferentes planes tácticos del entrenador.

Es un Sergio Ramos renovado en lo físico y lo anímico. Esto último también influyó en su adaptación a París y al nuevo equipo. Igual que Messi necesitó su tiempo, tras una salida traumática del Barcelona, Sergio Ramos notó el cambio. Dejar atrás tantos años en el Real Madrid y la manera en la que salió, con tiranteces y filtraciones, no fue nada fácil.

Foto: Mbappé suspira durante un partido del PSG. (Reuters/Gonzalo Fuentes)

El Paris Saint-Germain no ha perdido con Sergio Ramos en 30 partidos. Es un dato que hace cambiar la imagen de futbolista acabado a talismán. Cumple con las promesas que le hizo a los dirigentes del club y al entrenador. Trata de demostrar que, a sus 36 años, está en el camino para seguir siendo competitivo. Esta temporada lleva disputados 18 partidos con el Paris Saint-Germain, en un tono físico alto y convertido, de nuevo, en uno de los líderes del equipo por su contundencia defensiva y carisma. Ha pasado lo peor, aunque le queda una larga temporada para confirmar que se está volviendo a ver la mejor versión de Sergio Ramos.

La llamada de Luis Enrique

Lo que también ha cumplido es la promesa que le hizo a Luis Enrique cuando el seleccionador le llamó para decirle que no iba a la Eurocopa y que lo que tenía que hacer era ser egoísta, pensar en recuperarse al cien por cien. Luis Enrique le dijo que, si lo conseguía, no tenía cerradas las puertas de la Selección. Lo que ahora llama la atención es que Ramos está en la prelista de 55 jugadores que pueden entrar en la lista definitiva para ir al Mundial de Qatar. El sevillano ya estuvo en una prelista del seleccionador en la última convocatoria para los partidos contra Suiza y Portugal y, finalmente, no entró.

Las opciones que tiene Sergio Ramos para ser uno de los elegidos de Luis Enrique para el Mundial de Qatar parecen muy pocas. Sería una sorpresa. El técnico asturiano ha hecho un equipo a su medida, en el que cuenta con centrales como Eric García y Pau Torres, donde ha llamado incluso a Hugo Guillamón y jugó el decisivo partido de Braga, contra Portugal, con Rodrigo Hernández como central en la segunda parte. Luis Enrique puede mover muchas piezas para no tener que recurrir a Sergio Ramos. Pero lo que no podrá decir es que el sevillano no ha cumplido con su promesa de recuperar la condición física, jugar con regularidad, competir y tener salud. Otra cosa es que la jerarquía que tiene Sergio Ramos ya no le interese a Luis Enrique.

placeholder Sergio Ramos en un entrenamiento de la Selección con Luis Enrique.
Sergio Ramos en un entrenamiento de la Selección con Luis Enrique.

El 11 de noviembre saldremos de dudas con la lista definitiva que tiene que dar Luis Enrique para el Mundial de Qatar. Caben 26 jugadores, aunque el seleccionador ya avisa que pueden ser menos. De lo que no cabe duda es que Sergio Ramos ha vuelto y que, en su comparecencia pública, antes del partido en Turín contra la Juventus, pareció implorar su regreso a la Selección con estas palabras: "Todos saben lo que significa para mí jugar con España. Me siento bien. Estoy disponible, pero es una decisión que no depende de mí. Depende del seleccionador. Le respeto mucho. Solo puedo seguir jugando y esperando. Espero tener la oportunidad de participar en una nueva Copa del Mundo". La situación ahora es difícil para Luis Enrique. Ramos le compromete por cumplir con sus promesas y demostrar que tiene nivel competitivo.

¿Llamar a Sergio Ramos en una lista de 26 jugadores sería perjudicial para el equipo que ha formado Luis Enrique? España tiene un problema con la fragilidad defensiva. Es el punto débil de una Selección que tiene un estilo definido. Ofensivo porque propone llevar la iniciativa del juego, tener la posesión y presionar arriba. Un equipo en el que, según Luis Enrique, el primer defensa es el delantero. Pero es un bloque que tiene lagunas atrás y defiende mal los balones parados por falta de contundencia. Un Sergio Ramos en forma y actitud es muy aprovechable para el Mundial de Qatar.

Sergio Ramos estaba hace un año en la enfermería. Pasaba por el peor momento de su carrera deportiva con las lesiones y las críticas, en Francia y en España, que hablaban de un exjugador. En nuestro país se llegó a decir que Florentino Pérez le había marcado un gol al jeque de Qatar con un futbolista que estaba acabado. Entraba dentro de lo normal por ver lo bien que se había adaptado David Alaba al Real Madrid y los problemas de Ramos en el PSG. Daba lástima pensar que el sevillano, una leyenda del fútbol español y también de la Selección, pudiera tener un final tan triste y quedara la imagen de verle arrastrándose por los campos franceses como un juguete roto.

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