Sergio Ramos, un año noqueado en la lona y otro para remontar en el Paris Saint-Germain

Un año ha pasado desde la presentación de Sergio Ramos en el Paris Saint-Germain. Han sido meses con demasiados problemas físicos, críticas de los medios de comunicación franceses, algunas muy fuertes e, incluso, las dudas dentro del club sobre la continuidad del sevillano. El calvario que ha sufrido Ramos no se podía imaginar en un profesional que parecía de hierro, que se cuida y tiene un físico extraordinario. Estuvo en la lona. Se quiere levantar con su habitual pundonor y orgullo.

Ha sido un año decepcionante y le toca empezar de cero con un nuevo entrenador, Christophe Galtier, y la exigencia de Nasser Al-Khelaifi. "El equipo está por encima de cualquier jugador", advierte el presidente tras la destitución de Mauricio Pochettino y la presentación del nuevo técnico. Al-Khelaifi da un toque serio de atención a la plantilla, tras los cambios en el banquillo y en los despachos. Leonardo ha sido despedido y el que manda es Luis Campos, un profesional de la máxima confianza de Kylian Mbappé.

A sus 36 años, Sergio Ramos tiene por delante un reto con más exigencia y complicaciones. Llegó como una estrella, como uno de esos jugadores experimentados que podían dar el salto al equipo para ganar la Champions y ni siquiera jugó la eliminatoria contra el Real Madrid. Ha padecido muchos problemas con la lesión en el sóleo de la pierna izquierda, entrenamientos en solitario, dudas médicas, recaídas y fuertes críticas.

'El hombre invisible'

Ramos se presentó hace un año con la ilusión de afrontar un nuevo desafío. Llegaba a París tras salir por la puerta de atrás del Real Madrid. El capitán chocó con Florentino Pérez y las continuas lesiones en el equipo francés, que retrasaron su debut, calificaron el fichaje en Francia como fiasco. "Es un gran cambio en mi vida, un nuevo desafío y un día que nunca olvidaré. Quiero seguir creciendo en París y ayudar al equipo a trabajar para ganar títulos. El PSG es el mejor club para seguir ganando y soñando. Vamos a luchar con todo y por todo", fueron sus palabras en la presentación.

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Sergio Ramos puso fin a 16 temporadas en el Real Madrid (22 títulos) y la temporada en el PSG resultó improductiva. Tan solo disputó 13 partidos (843 minutos) y su debut se produjo el 28 de noviembre contra el Saint-Etienne. Su primer gol lo marcó el 23 de enero contra el Reims tras rematar un balón con el pie en un saque de esquina. No ha tenido continuidad en el juego, ha estado más tiempo en la enfermería y el gimnasio que compitiendo. Ha sido una temporada desastrosa. De ídolo a decepción. En Francia le apodaron como 'el hombre invisible'.

Le toca remontar y demostrar que no está acabado. El escenario es de mayor exigencia que hace un año con un nuevo entrenador y la postura más dura del club. El proyecto tiene cambios y uno de los fichajes que planea incorporar la dirección técnica es el central esloveno Milan Skriniar. Negocia con el Inter de Milán el pago de entre 50 y 60 millones de euros. Ramos tendrá más competencia. Lo que le puede beneficiar es la posible venta de otro central. Kimpembe es uno de los objetivos del Chelsea, tras las salidas de Antonio Rüdiger (Real Madrid) y Andreas Christensen (Barcelona).

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La salud, estar bien físicamente, motivado y mejor adaptado pueden ayudar a que se vea, de nuevo, una buena versión de Sergio Ramos. El carácter, orgullo y amor propio lo tiene de serie. Es un competidor y querrá mostrar que lo suyo fue mala suerte con las lesiones. Durante las vacaciones, se ha machacado para llegar en forma a la pretemporada y lo ha hecho visible en sus redes sociales. Con Galtier ha tenido una conversación para mostrar su actitud y predisposición. El sacrificio está garantizado. El entrenador quiere hacer un PSG más sólido, compacto, con un sistema táctico que tenga más equilibrio y sea menos frágil atrás. Depende del sevillano ganarse el puesto.

El central es un hombre de retos. No pierde la esperanza de poder recuperar su sitio en la Selección, pese a que el tiempo corre en su contra para ir al Mundial de Qatar y Luis Enrique tiene un grupo cerrado. Un año después, Sergio Ramos ha superado su calvario, pero estará en el foco, se le mirará con lupa, para comprobar qué recorrido y rendimiento tiene o si ya está en el inicio de un declive.