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El imparable Messi: cómo pasar de ser un tristón en el PSG a querer volver a ser el mejor del mundo
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el cambio de la estrella argentina

El imparable Messi: cómo pasar de ser un tristón en el PSG a querer volver a ser el mejor del mundo

El momento actual de Messi recuerda a la mejor versión que ganaba los partidos con acciones espectaculares en el Barcelona. Hace un año, su fútbol era errático y previsible

Foto: Messi ordena al equipo en un partido del PSG. (Reuters/Stephane Mahe)
Messi ordena al equipo en un partido del PSG. (Reuters/Stephane Mahe)

Leo Messi vuelve a jugar a una velocidad supersónica, a romper cinturas con sus regates, a colocar el balón en las esquinas de la portería. Messi sonríe y está imparable. Da hasta la sensación de que los partidos que juega con el Paris Saint-Germain los toma como una preparación para llegar en la mejor forma física y como un tiro al Mundial de Qatar. Es la gran cita para el argentino. En su palmarés le falta una Copa del Mundo para superar a Maradona. Messi lo tiene en la cabeza, es el mayor desafío que le queda por delante en su carrera. Mayor, sin ninguna duda, que ganar una Champions con el Paris Saint-Germain o el octavo Balón de Oro. Messi está obsesionado con hacer campeona del mundo a Argentina y si lo consigue puede cerrar el debate sobre quién es el mejor futbolista de todos los tiempos.

En esta primera parte de la temporada, hasta que llegue el Mundial, su rendimiento está siendo sobresaliente. Es la versión del mejor Messi, la que deslumbraba en el Barcelona, por su facilidad para marcar goles, darlos y ganar por sí solo los partidos. Recupera la superioridad para romper líneas, la velocidad y la precisión. No tiene nada que ver con la versión que se vio en su primera temporada en el club parisino. La de un futbolista tristón que jugaba andando, previsible, que parecía desenchufado y melancólico. El que falló el penalti contra el Real Madrid en el Parque de los Príncipes y estuvo desaparecido en el partido de vuelta en el Bernabéu. La temporada pasada marcó 11 goles en 34 partidos. En esta ya ha conseguido 11 goles y 12 asistencias. Es un Messi brutal. Recupera el crédito del mejor futbolista del mundo.

placeholder Messi celebra un gol junto a Neymar.
Messi celebra un gol junto a Neymar.

En la goleada (7-2) contra el Maccabi Haifa hizo dos tantos, dio dos asistencias y dominó el partido con acciones arrolladoras. El doblete le acerca a la puja que tiene con Cristiano Ronaldo por ser el máximo goleador histórico de la Champions. El portugués está en 140, marcados en 183 partidos y Messi se coloca a 11 con 129 goles en 160 partidos. La explosión del argentino, la versión demoledora que recuerda al mejor futbolista que se vio en el Barcelona, coincide con la peor de Cristiano Ronaldo. El portugués ni juega la Champions y es protagonista por la polémica de irse del estadio sin ver acabar el partido de su equipo, por negarse a salir contra el Tottenham y ser apartado y sancionado por el club. Son las dos caras, muy diferentes, de las últimas leyendas que están activas en el fútbol. Cristiano parece haber entrado en el ocaso y Messi consigue enchufarse, reencontrarse con su mejor fútbol tras superar la frustración de sentirse traicionado por Laporta y no poder acabar su carrera en el Barcelona.

Salir de la zona de confort

El rendimiento de Leo Messi la temporada pasada fue tan pobre que se quedó sin estar entre los 30 nominados al Balón de Oro. Dimitió por tristón. No era sencillo explicar su comportamiento errático, por qué se le olvidó jugar al fútbol y deambulaba por el campo. Hace unos días explicó en una entrevista a un medio de comunicación argentino los motivos de su primera mala temporada en el PSG. Tenían que ver con una difícil adaptación a París, el coronavirus que le dejó debilitado y la morriña de salir del Barça. El cambio es total.

Foto: Courtois grita en una acción del partido contra el Leipzig. (Reuters/Annegret Hilse)

En la comparación con Cristiano Ronaldo, se decía que el portugués había demostrado que era capaz de adaptarse a cualquier país y equipo, hacer goles y ganar títulos sin bajar el rendimiento. Sobre Messi, se sospechaba que si salía de su zona de confort, del Barcelona, le costaría hacer fluir su talento. Está dando la vuelta al debate. Messi vuelve a maravillar. Le ha costado un año de adaptación a Francia, a él y su familia, pero sobre todo hay algo que influye en verle, de nuevo, en modo Balón de Oro. Se está preparando a conciencia para ganar el Mundial de Qatar.

Habrá que juzgar toda la temporada, cómo viene del Mundial, si mantiene este altísimo nivel de juego, goles y asistencias. Si está más motivado por darlo todo con Argentina y luego tiene el mismo compromiso con el Paris Saint-Germain. Eso lo sabremos a partir de enero, que es cuando ya empezará lo serio de la temporada a nivel de clubes, con las eliminatorias de la Champions y los títulos en juego. Lo que apunta a finales de octubre es que sí puede estar de vuelta el mejor Messi.

Foto: Quique Setién en su etapa como entrenador del Barcelona. (Reuters/Albert Gea)

Lo que demuestra es que tiene desafíos importantes por delante. Tras el Mundial está el objetivo de ganar la primera Champions en la historia del PSG, reivindicarse como uno de los mejores del mundo, superar el registro de Cristiano Ronaldo, incluso a los jóvenes que vienen apretando fuerte (Haaland entre los más destacados). La sensación es que está en un momento dulce, en el que vuelve a disfrutar del fútbol y lo hace con otros dos monstruos a su lado. Entre Messi, Neymar y Mbappé han marcado 40 goles de los 50 del Paris Saint-Germain entre todas las competiciones de esta temporada. Es una delantera que, al margen de las polémicas que les rodea en cada caso, si están sueltos, inspirados y quieren divertirse en el campo, dejan exhibiciones de una tremenda contundencia. Neymar es otro que ha empezado como un avión, con 13 goles y 10 asistencias. Mbappé lleva 16 goles y 4 asistencias. Los chicos de oro del PSG son capaces de lo mejor, pero también de lo peor.

Leo Messi vuelve a jugar a una velocidad supersónica, a romper cinturas con sus regates, a colocar el balón en las esquinas de la portería. Messi sonríe y está imparable. Da hasta la sensación de que los partidos que juega con el Paris Saint-Germain los toma como una preparación para llegar en la mejor forma física y como un tiro al Mundial de Qatar. Es la gran cita para el argentino. En su palmarés le falta una Copa del Mundo para superar a Maradona. Messi lo tiene en la cabeza, es el mayor desafío que le queda por delante en su carrera. Mayor, sin ninguna duda, que ganar una Champions con el Paris Saint-Germain o el octavo Balón de Oro. Messi está obsesionado con hacer campeona del mundo a Argentina y si lo consigue puede cerrar el debate sobre quién es el mejor futbolista de todos los tiempos.

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