Llorente castiga en el descuento el único error del Madrid y lo deja con la miel en los labios

El Real Madrid se dejó dos puntos de oro en el descuento ante el Atlético de Madrid (1-1), en un partido en el que Brahim Díaz fue la gran estrella blanca, pero que un exmadridista como Marcos Llorente se encargó de arruinar en el 93. Con el partido ya casi acabado, una indecisión entre Nacho y Carvajal a la hora despejar un balón fue aprovechado por el centrocampista rojiblanco para conectar un gran testarazo que supuso el empate definitivo, dejando al Madrid con la miel en los labios.

Antes de empezar el partido, el equipo de Carlo Ancelotti sufría turbulencias. No solo tras saber que Antonio Rüdiger no llegaba al partido, lo que obligaba a Dani Carvajal a hacer de apagafuegos como central, sino por el inesperado problema en las cervicales de Vinícius. El brasileño se quedaba sin derbi y su lugar era ocupado en el once inicial por Brahim Díaz. Dos bajas más que sensibles, pero el malagueño no iba a defraudar lo más mínimo.

A pesar de las dos notables ausencias, el Madrid salió muy enchufado al partido y, en los primeros minutos, tuvo dos ocasiones —dos tiros desde la frontal del propio Brahim y Camavinga— para demostrar que los blancos querían imponer el ritmo. Al borde de los 10 minutos, el Atlético se estiraba tras una combinación entre Griezmann y Morata. Las cartas estaban boca arriba: el Madrid buscaba dominar; el Atlético, aprovechar las rápidas transiciones en ataque.

El Madrid quería marcar el paso desde el inicio y, fruto de ese dominio, jugaba durante muchos minutos cerca del área rojiblanca. Y, en el minuto 19, los blancos iban a convertir ese control en el primer gol del partido. Tras una buena combinación de los madridistas, un rechace de De Paul dejó en clara disposición a Lucas, que le puso un caramelo a Bellingham en el punto de penalti. Koke, en su intento de despeje, tocó el balón, que le llegó a Brahim para, con calma, superar a Oblak.

El malagueño, que había saltado al césped por la lesión de Vini, aprovechaba de nuevo su oportunidad y, con un gol de pillo, temple y clase, adelantaba al Madrid. El Atlético pudo empatar a continuación en dos jugadas, pero un paradón de Lunin a Witsel y un posterior remate a bocajarro de Savic que no encontró portería, lo evitaron. Los colchoneros buscaban hacer daño por arriba, mientras que ahora era el Madrid el que buscaba la velocidad a la espalda de los tres centrales rivales.

Dos disparos de Rodrygo y Valverde, además de un medio remate de Saúl, fueron los escasos acercamientos de ambos equipos en el tramo final de la primera parte. El Madrid dominaba y tenía controlado el partido, mientras que el Atlético no encontraba la manera de hacer daño a su rival. La mejor noticia para los blancos es que Carvajal estaba inédito, lo que significaba que los rojiblancos no estaban encontrando la manera de hacer daño por el lado más débil del Madrid.

Lío a la vuelta de los vestuarios

La polémica llegó en la primera jugada de la segunda parte. En un absurdo córner regalado por Mendy, Griezmann colgaba un balón al primer palo y Savic, esta vez sí, embocaba a gol. Sin embargo, Saúl, en posición antirreglamentaria, estorbaba a Lunin bajo palos, lo que provocó que el gol fuera anulado por esa acción. Los rojiblancos no tardaron en protestar la jugada, al mismo tiempo que los madridistas aplaudían la decisión que podía suponer el empate.

El partido empezaba a caldearse y el Madrid pedía dos penaltis consecutivos, uno sobre Lucas y otro sobre Bellingham, que el VAR no revisaba, Subía la tensión, pues los dos equipos sabían lo que había en juego: los blancos, dar un zarpazo a LaLiga y los colchoneros tratar de no descolgarse. El partido había enloquecido y solo Brahim, a base de chispazos de calidad y elegancia, ofrecía algo diferente sobre el césped y pudo firmar un segundo gol antológico en una jugada de artista.

Pasada la hora de partido, fue Rodrygo el que tuvo una clarísima ocasión, después de un contraataque en superioridad que el Madrid no supo finalizar correctamente. Los blancos coqueteaban con el segundo, aprovechando que el Atlético estaba mucho más estirado en busca del empate. Pero no lograr ese tanto que podía cerrar el partido podía ser muy caro para el Madrid, por lo que jugaba con pies de plomo en busca de no perder la renta con la que ya contaba. Y así fue.

De hecho, en los minutos finales, una gran intervención de Lunin a un taconazo de Griezmann evitó la igualada. Pero lo peor para el Madrid estaba por llegar: en el descuento y en el único error de entendimiento entre el central improvisado y el titular, Llorente supo cazar un balón en el aire para superar a Lunin y lograr el empate en la última jugada. El Madrid pudo dar un zarpazo a LaLiga y la deja con vida por no saber cerrar un partido que tuvo ganado.