El Barça se funde a negro en Girona, Portu tritura a Xavi y el Real Madrid gana LaLiga (4-2)

El Girona tumbó al Barça en Montilivi en una segunda parte enloquecida (2-4). Los gerundenses remontaron el partido en tiempo récord cuando Portu salió del banquillo y anotó un doblete y dio una asistencia para confirmar la clasificación a la Champions League del Girona. La victoria local tuvo un efecto devastador para el Barça, puesto que entregó LaLiga al Real Madrid y le arrebató la segunda posición a los azulgranas, que habían conseguido irse por encima al descanso con el polémico gol de penalti de Lewandowski. El Barça volvió a fundirse a negro en una temporada que acabará en blanco y podría terminar sin la clasificación a la Supercopa.

El partido empezó a 1.000 revoluciones en Montilivi. El Girona, que había asaltado Montjuic en la primera vuelta con una exhibición de fútbol ofensivo, encajó el primer gol de la tarde tras una acción de mucha calidad de Christensen. El pivote del Barça se coló entre líneas para recibir el balón de Lamine Yamal y de una volea batió a Gazzaniga en el minuto tres. Sin embargo, antes de que el Barça pudiese disfrutar de la ventaja, Araújo se comió el regate de Ivan Martín y asistió a Dovbyk cuando el ucraniano dejó a Cubarsí con el molde.

El ritmo era altísimo en un estadio donde solo el Real Madrid había podido ganar en toda LaLiga. El Barça estaba más cómodo y reaccionó notablemente al gol, ya que Gündogan pisó el área y Fermín López, muy activo durante todo el primer tiempo, cargaron el área. Con Lamine Yamal como principal generador en el último tercio del campo, el Barça empujó al equipo de Míchel hacia su área.

Sin tiempo para respirar, Christensen remató un córner al segundo palo que Gazzaniga sacó bajo palos. El Girona, después de 15 minutos de asedio azulgrana, sacó la cabeza del agua con la aparición del ucraniano Tsygankov. El Barça fluía pese al riesgo de presionar tan arriba al Girona y emparejar en situaciones de uno contra uno a sus defensores con Savio, Tsygankov o Dovbyk. Al filo del descanso, Gündogan envió la pelota al palo después de que Cancelo se marchara de Eric García.

Un penalti al límite

Acto seguido, Savinho se marchó al área culé y cuando podía plantarse solo ante ter Stegen, Hernández Hernández cortó la jugada para señalar una falta previa. Cuando el encuentro parecía llegar al final de los 45 minutos, Lamine Yamal forzó un penalti polémico ante Miguel Gutiérrez. Hernández Hernández no lo había señalado en un primer momento, pero cambió de opinión después de que Martínez Munuera le llamara a capítulo. Lewandowski marcó con su tradicional paradinha y el Barça se marchó por encima al vestuario.

El Girona salió con brío al segundo tiempo. En un desmarque al espacio de Iván Martín, el jugador del Girona le comió la espalda a Cancelo y solo un mal último pase evitó el 2-2 de Dovbyk. El Barça contestó con celeridad en otra conducción maravillosa de Gündogan, que abrió para Lamine Yamal y este centró para Lewandowski, pero el polaco no conectó con la pelota por poco.

El Girona reaccionó a lo grande

El encuentro iba de área a área, con muchas transiciones y sin apenas control en el centro del campo. Míchel pedía más verticalidad, pero era el Barça quien más sensación de peligro transmitía, como en un contragolpe de Lewandowski que el polaco no pudo definir bien ante Gazzaniga. El Barça logró bajar las pulsaciones y defenderse a través de la pelota, mientras el Girona daba síntomas de cansancio y falta de energía.

Por ese motivo, Míchel introdujo a Couto y Portu por David López y Tsygankov. El impacto fue inmediato y en el primer balón que tocó Portu tras la recuperación alta local, el extremo del equipo catalán hizo el 2-2. Solo un minuto después, Cubarsí perdió una pelota absurda que terminó en el 3-2 de Miguel Gutiérrez.

El mismo Portu anotaría el 2-4 en el minuto 74 con un golazo descomunal de volea. El Barça era un terrón de azúcar deshecho. En los últimos minutos, la afición local cantó "Xavi quédate" mientras el Barça no reaccionó. Y pudo ser peor, porque el Girona rondó el quinto tanto. Los gerundenses confirmaron su clasificación para la Champions League, recuperaron la segunda posición y el Real Madrid se convirtió en campeón de Liga.