El envenenado legado de Rubi: a la Federación le interesa que Madrid y Barça acaben primeros

Tarde o temprano tenía que pasar. El hecho de que ni Real Madrid ni FC Barcelona se encuentren entre los cuatro equipos clasificados para las semifinales de la Copa del Rey, conlleva que para que ambos disputen la próxima edición de la Supercopa de España deban acabar la Liga en los dos primeros puestos. Cabe recordar que, tras el cambio de formato, en esta competición participan cuatro clubes: los finalistas de Copa y el campeón y el subcampeón ligueros.

Tal y como desveló este diario, cuando en 2019 el ahora inhabilitado presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, decidió llevarse la Supercopa a Arabia Saudí, en un principio desde 2020 hasta 2025, aunque posteriormente amplió el acuerdo hasta 2029, firmó un contrato con Sela, la empresa pública saudí que organiza eventos deportivos, en la que se incluyeron cláusulas de penalización para el caso de que Madrid o Barça no se clasificaran para la final four.

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Concretamente, la ausencia de cada uno de estos dos equipos conllevaría 5 millones menos de ingresos para la RFEF, 10 en el poco probable, aunque posible, caso de que ninguno de los dos se clasificaran. Es decir, que en lugar de 40 millones de euros, Arabia pagaría 30, lo cual supondría un importante daño económico para la RFEF, si bien es cierto que Real Madrid y FC Barcelona son los clubes que más dinero se llevan del destinado a los participantes. Otra incongruencia, sí, pues en esta última edición Osasuna ha cobrado menos que Piqué...

Los azulgranas, a 8 puntos del Girona

Ahora mismo, los blancos son segundos en el campeonato liguero, por detrás del Girona, aunque con un partido menos, el que disputarán el próximo jueves 1 de febrero en Getafe. De ganarlo, a la espera de lo que hagan los catalanes este domingo en contra el Celta en Vigo y los propios madridistas este sábado en su visita a la UD Las Palmas, podrían volver a colocarse líderes.

Más complicado lo tienen los azulgranas, también pendientes del partido que tienen aplazado, en su caso para el miércoles 31 contra el mencionado Osasuna, precisamente por la Supercopa de España y ante el mismo rival de las semifinales disputadas en Arabia. El equipo de Xavi Hernández, que este sábado recibe al Villarreal, se encuentra a ocho y siete puntos de los dos primeros puestos de la Liga.

Un conflicto de intereses, como el de Piqué

Esto inevitablemente provoca un conflicto desde el punto de vista de la integridad. Al igual que sucedió con Gerard Piqué, quien estando aún en activo e incluso participando con el FC Barcelona en esta competición, intervino a través de su empresa Kosmos en la intermediación entre la RFEF y Arabia, a razón de cuatro millones por cada edición. El catalán la disputó en 2020, en la que cayó en las semifinales ante el Atlético de Madrid.

En la siguiente edición, que se tuvo que celebrar en enero de 2021 en Córdoba y Sevilla a causa de la pandemia, el defensa azulgrana no pudo jugarla por lesión, y en la de 2022 fue titular en la semifinal ante el Real Madrid, un partido en el que el Barça perdió 2-3 en la prórroga. En noviembre de ese mismo año, el catalán anunció que se retiraba.

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Casualmente, lo hizo dos meses antes de que entrara en vigor la nueva Ley del Deporte en la que se incluyó una cláusula, no en vano llamada anti-Piqué, para impedir que un futbolista en activo pueda tener relaciones comerciales con una federación que organice una competición en la que participe. Es decir, exactamente lo que hizo él de la mano de su amigo Rubi, quien ha dejado un legado envenenado.

Más leña al fuego del arbitraje español

Ahora, en plena vorágine de polémicas arbitrales, especialmente tras los escándalos provocados por el VAR y mientras el caso Negreira sigue su curso, el hecho de que en el Comité Técnico de Árbitros (CTA), dependiente directamente de la RFEF, sepan lo que económicamente supone para esta que Real Madrid y FC Barcelona no estén en la Supercopa de Arabia supone aún más presión para un colectivo que, además de desunido, está cada vez más desprotegido.

"Son fuegos artificiales y todo forma parte de una campaña de desprestigio contra el presidente. Ha proporcionado 240 millones de euros y 120 van directamente al fútbol más modesto", se defendieron desde la RFEF de Rubiales, también en el hecho de llevarse la Supercopa de España a Arabia Saudí respaldado y protegido por el Gobierno a través del Consejo Superior de Deportes (CSD). Eso sí, nadie del "fútbol modesto" se lo creyó, pues basta con ver la situación de precariedad en la que viven la mayoría de clubes que no son profesionales.

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Tal y como denunció ella misma, a la entonces vicepresidenta de Integridad de la RFEF, Ana Muñoz, no solo le negaron la existencia de acuerdo alguno con Piqué a través del cual su empresa cobraría un total 24 millones de euros en comisiones, sino que además omitieron a la Junta Directiva el informe del Comité de Ética, el cual ponía objeciones a celebrar la Supercopa en Arabia por tratarse de una dictadura que pisotea los derechos de las mujeres, castiga la homosexualidad y aplica la pena de muerte, de ahí que el acuerdo solo sirva para blanquear su imagen. Y con el Real Madrid y el FC Barcelona presentes para ganar más dinero...