Nacho Fernández se gana la renovación con el Real Madrid en Cádiz gracias a un zambombazo (0-2)
El defensa del Real Madrid logró desatascar un partido que pintaba a pinchazo blanco después de fallar infinidad de ocasiones. Marco Asensio sentenciaría el encuentro con otro tanto
El fútbol siempre se encarga de escribir historias surrealistas. En un partido donde el Real Madrid gozó de oportunidades para protagonizar una goleada en Cádiz y fluyó en ataque, tuvo que ser Nacho Fernández quien adelantara a su equipo con un latigazo imparable desde la frontal en el minuto 72. Antes, el Real Madrid había estrellado dos pelotas en el palo, obra de Karim Benzema, y Rodrygo Goes había fallado goles cantados. El brasileño, que fue uno de los mejores jugadores en el desborde y la creación de ocasiones sin Vinícius Júnior, no pudo demostrar el olfato goleador necesario para impulsar al Real Madrid. Cuando los de Carlo Ancelotti amenazaban con dejarse dos puntos más en una Liga de claro color azulgrana, Nacho batió al imperial David Gil en la noche gaditana. El portero había estado descomunal. Solo cuatro minutos después, Marco Asensio cerraría el duelo en una definición maravillosa al palo largo para culminar un contragolpe blanco. El Barça ahora sigue muy lejos, a 10 puntos, pero el Madrid confirma su gran momento futbolístico.
El Real Madrid se plantó en el Nuevo Mirandilla con muchas caras nuevas como Nacho Fernández, Dani Ceballos, Marco Asensio, Aurélien Tchouaméni, Lucas Vázquez o Antonio Rüdiger. Los blancos salieron enchufados, con la intención de adelantarse rápidamente ante un rival que ya se le atascó en el Santiago Bernabéu. Sin Vinícius Júnior en el once titular, la creatividad en la frontal del área y el desborde debía recaer en Karim Benzema, Rodrygo y el citado Asensio, que parecía activarse en los primeros compases del encuentro. Con velocidad en las combinaciones en el último tercio, el Real Madrid consiguió hundir en su área al Cádiz.
La primera ocasión clara sería para Fede Valverde, con un latigazo desviado desde el balcón del área gaditana. La presión pospérdida blanca acercaba al Madrid al gol y limitaba el juego directo del Cádiz sobre Sergi Guardiola y Chris Ramos, donde Éder Militao barría todos los balones para su propio equipo. Sin embargo, el Cádiz solo tuvo que estirarse una vez con espacio y peligro para que el Pacha Espino estrellara la pelota en la cepa del poste de Courtois en el minuto 11. Reaccionaron los de Ancelotti con un disparo centrado de Asensio, con libertad de movimientos igual que Rodrygo y Benzema. El Madrid fluía y se gustaba, espoleado por las buenas sensaciones ante el Chelsea.
Rodrygo brilló con luz propia
Los apoyos, paredes y asociaciones confundían a los centrales locales, que no acertaban a perseguir a sus marcas. De una combinación fantástica entre Rodrygo y Benzema nació una de las ocasiones más claras del primer tiempo, cuando el delantero francés tocó la pelota con lo justo y David Gil evitó el 0-1 blanco. Rodrygo era un ciclón en ataque y todo el peligro del Real Madrid nacía de sus botas. El brasileño, sin Vinícius Júnior, aglutinó defensores y abrazó la responsabilidad ofensiva sin su compatriota. Otro jugadón supersónico de Rodrygo terminó con Benzema mandando el balón a la madera.
El Real Madrid olfateaba el gol, con Rodrygo perdonando la más clara antes del descanso tras una acción maravillosa. El Cádiz, que no encontraba espacio para correr y contragolpear, se ahogaba en las inmediaciones de su área. Los de Carlo Ancelotti habían sido mejores en el primer tiempo, pero les había faltado el punto de acierto y determinación necesario para adelantarse en el marcador. El centro del campo carburó sin Kroos y Modric. David Gil, el guardameta local, había dejado un reguero de paradas de mérito para evitar el tanto blanco.
Empezó el segundo tiempo y la tensión subió en el terreno de juego con varios encontronazos que colearon del primer tiempo. El Madrid siguió el guion de los 45 minutos iniciales. En un pase milimétrico de 50 metros de Militao, el central del Real Madrid dejó absolutamente solo a Rodrygo y el delantero brasileño, que trató de tumbar a David Gil con un amago, se topó con la parada salvadora de David Gil. Solo cinco minutos después, tras una gran recuperación de Militao y una jugada fantástica de Asensio en la derecha, Valverde sirvió en bandeja de plata el gol a Rodrygo, pero el brasileño falló. Valverde también perdonaría un gol cantado tras un despiste del Cádiz a balón parado. Era increíble que el Madrid no marcase un gol.
Asensio, en estado de gracia
El Cádiz era incapaz de salir. Los de Ancelotti generaban ocasiones a borbotones sin encontrar el camino al gol. Otra vez Benzema estrelló la pelota en el palo y le cayó de nuevo en el pie, como si el balón estuviera maldito y marcar un gol en la noche de Cádiz fuera una utopía. Volvió a la carga Rodrygo, encontrando una grieta en la defensa cadista tras combinar con Benzema. La pelota se paseó por el área pequeña. Sin el preciado trofeo del gol, Ancelotti introdujo a Camavinga por Lucas Vázquez. Nacho pasó al lateral derecho y el francés, al izquierdo.
Tuvo que ser Nacho Fernández con un misil desde la frontal quien decidiera el partido en el minuto 72. El lateral blanco, con la renovación todavía por firmar, volvió a dejar muestra de su versatilidad y liderazgo en el Real Madrid. Un gol vital para evitar el colapso del Real Madrid en Cádiz. Fue abrirse la lata y el Real Madrid homenajeó la famosa frase de Ruud Van Nistelrooy sobre el fútbol, los goles y el ketchup: "A veces no salen por mucho que lo intentes y luego vienen todos de golpe". Marco Asensio sentenciaría el encuentro al contragolpe en una definición perfecta al palo largo en el minuto 76. El Cádiz rozaría el 2-1 en los últimos minutos, pero no llegaría el tanto de la esperanza. El Madrid suma tres puntos en una gran semana tras vencer al Chelsea y pone presión sobre el Barça.
El fútbol siempre se encarga de escribir historias surrealistas. En un partido donde el Real Madrid gozó de oportunidades para protagonizar una goleada en Cádiz y fluyó en ataque, tuvo que ser Nacho Fernández quien adelantara a su equipo con un latigazo imparable desde la frontal en el minuto 72. Antes, el Real Madrid había estrellado dos pelotas en el palo, obra de Karim Benzema, y Rodrygo Goes había fallado goles cantados. El brasileño, que fue uno de los mejores jugadores en el desborde y la creación de ocasiones sin Vinícius Júnior, no pudo demostrar el olfato goleador necesario para impulsar al Real Madrid. Cuando los de Carlo Ancelotti amenazaban con dejarse dos puntos más en una Liga de claro color azulgrana, Nacho batió al imperial David Gil en la noche gaditana. El portero había estado descomunal. Solo cuatro minutos después, Marco Asensio cerraría el duelo en una definición maravillosa al palo largo para culminar un contragolpe blanco. El Barça ahora sigue muy lejos, a 10 puntos, pero el Madrid confirma su gran momento futbolístico.
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