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El misterio de Benzema en el Real Madrid: por qué arranca y se para su rendimiento
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al francés le falta frescura

El misterio de Benzema en el Real Madrid: por qué arranca y se para su rendimiento

Benzema no consigue encontrar la regularidad en su juego, enganchar dos partidos seguidos buenos en los que disfrutar, estar cómodo, suelto y fino sin que note algún tipo de fatiga

Foto: Karim Benzema dialoga con Carlo Ancelotti. (Reuters/Andrew Boyers)
Karim Benzema dialoga con Carlo Ancelotti. (Reuters/Andrew Boyers)

Karim Benzema no encuentra la velocidad constante ni la inspiración. Arranca, juega, se para y es baja. Acelera, marca, se frena y desaparece. Así son los últimos seis meses de la estrella del Real Madrid, indescifrables, en los que no consigue tener un rendimiento continuo. Es un misterio que se hace todavía más complicado de explicar si Carlo Ancelotti nombra a Vinícius como el futbolista más determinante del mundo tras la última remontada en la Champions contra el Liverpool. El brasileño eclipsa al francés. Con Benzema, el entrenador tiene motivos para estar intranquilo. Aparece y desaparece, deja chispazos, pero no se le ve suelto ni fino.

El '9' del Real Madrid tuvo un partido gris contra el Atlético de Madrid. Otro de esos días en los que el delantero francés llamó la atención por sus gestos de dolor y poca determinación. Acabó el derbi con una actuación floja y Ancelotti respondió a la gran pregunta que persigue al capitán esta temporada. ¿Qué le pasa a Benzema? El entrenador lo justificó como la falta de frescura después del esfuerzo físico y mental que hizo en la remontada contra el Liverpool. De fondo, está una especie de psicosis o miedo que tiene el delantero a sufrir una lesión grave que le impida estar listo en la recta final de la temporada y la disputa por los títulos.

placeholder Benzema con la mirada perdida en un partido del Real Madrid
Benzema con la mirada perdida en un partido del Real Madrid

El futbolista tranquilo no está calmado. La exigencia por recuperar su mejor nivel pasa factura a un jugador que no termina de encontrarse cómodo y pasa por una dinámica de altibajos. Esta obsesión por estar sano y centrado solo para jugar con el Real Madrid le llevó a tomar la decisión de dejar la Selección tras el palo del Mundial. Benzema conoce perfectamente su cuerpo, mide meticulosamente sus sensaciones y toma precauciones para evitar riesgos. En el derbi no se sintió a gusto desde que sufrió un choque con Pablo Barrios, se alarmó, volvió a examinarse, pero ya no se vio al futbolista con chispa y desequilibrante. Venía de disfrutar en Anfield y el derbi se le atragantó. Es una de las razones del juego espeso y la falta de eficacia del Madrid en el partido del sábado. Solo uno de sus cuatro disparos fue entre los tres palos de la portería que defendía Oblak.

Le falta más participación

Sus números goleadores han mejorado tras el Mundial de Qatar, pero por lo que transmite la irregularidad de su juego está alejado de la versión que le convirtió en el Balón de Oro. Benzema es feliz si participa de las acciones, cuando se asocia con los compañeros, genera fútbol, da asistencias y define. El gol no es su prioridad. Siempre dice que es un delantero moderno y que piensa más en el juego colectivo que en el individual. A estas alturas de la temporada solo lleva una asistencia. La pasada, en la que alcanzó la plenitud, la acabó con 10.

Foto: Xavi durante el partido contra el Almería. (Reuters/Jon Nazca)

La satisfacción que le da contribuir en el juego de equipo no la encuentra en una temporada marcada por la fatiga muscular. Así se entiende la explicación de Ancelotti cuando habla de falta de frescura. Benzema sufrió una lesión en Glasgow que le condicionó la preparación del Mundial, perderse varios partidos con el Real Madrid y salir de la concentración de Francia por las dudas de Deschamps. Un golpe anímico que le está costando superar y que todavía penaliza a un futbolista que no engancha dos buenos partidos seguidos con el Real Madrid.

Tras el Mundial ha sido capaz de marcar 12 goles (cinco de ellos de penalti) y remontar sus estadísticas individuales. Antes de Qatar solo llevaba 6 goles y no había marcado en los cuatro partidos que disputó en la fase de grupos de la Champions. Se ha estrenado en Anfield con un doblete y, aun así, cuatro días después, todavía no se puede decir que haya vuelto el mejor Benzema. Aparece con un golazo al Athletic en San Mamés y desaparece contra la Real Sociedad, sin contundencia, en el empate a cero en el Bernabéu. Se asusta y se retira en el partido contra el Valencia y decide no jugar en Mallorca. Viaja al Mundial de Clubes para disputar la final contra el Al Hilal y en el siguiente partido, contra el Elche, vuelve a salir del campo. Otra fatiga que le impide jugar contra Osasuna en Pamplona. Del subidón de Liverpool al bajón del Atleti.

Foto: Sergio Ramos, en la concentración con España. (EFE/Javier Lizón)

Karim Benzema, nominado entre los tres finalistas al premio The Best que entrega la FIFA, junto con Messi y Mbappé, decidió no acudir a la gala de París. Cero distracciones. Enfocado en la dureza del calendario que viene por delante y en poder subir el nivel competitivo. El Real Madrid necesita que su capitán despegue en el mes de marzo, que empieza con el partido de ida de las semifinales de Copa contra el Barcelona, en el que se va a enfrentar en la Liga al Betis, Espanyol y el Clásico del 19 de marzo en el Camp Nou. Con la vuelta de la eliminatoria de la Champions contra el Liverpool.

Ancelotti lleva varias semanas mostrando públicamente su apoyo a Benzema y en diferentes comparecencias con la prensa confirma la continuidad del francés para la siguiente temporada. Acaba contrato en junio y este asunto no tiene que ser un motivo de preocupación, a pesar de que el club guarda silencio con todo el capítulo de futbolistas que tienen que renovar y entre los que también están sin resolver los de Nacho, Modric, Kroos y Ceballos.

Karim Benzema no encuentra la velocidad constante ni la inspiración. Arranca, juega, se para y es baja. Acelera, marca, se frena y desaparece. Así son los últimos seis meses de la estrella del Real Madrid, indescifrables, en los que no consigue tener un rendimiento continuo. Es un misterio que se hace todavía más complicado de explicar si Carlo Ancelotti nombra a Vinícius como el futbolista más determinante del mundo tras la última remontada en la Champions contra el Liverpool. El brasileño eclipsa al francés. Con Benzema, el entrenador tiene motivos para estar intranquilo. Aparece y desaparece, deja chispazos, pero no se le ve suelto ni fino.

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