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Lecciones para ser el rey de Europa: qué nos enseña el repaso del Madrid al Liverpool
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Superioridad extraordinaria

Lecciones para ser el rey de Europa: qué nos enseña el repaso del Madrid al Liverpool

Kroos y Modric resucitaron en un partido antológico junto a Camavinga, Nacho secó a Salah, Vinícius reinó al contragolpe y el Real Madrid siembra el pánico en la Champions

Foto: Salah se lamenta tras volver a caer contra el equipo blanco. (Reuters/Juan Medina)
Salah se lamenta tras volver a caer contra el equipo blanco. (Reuters/Juan Medina)

El Real Madrid plasmó sobre el césped del Santiago Bernabéu un partido impropio de un equipo que goleó en la ida de Champions League. No es una crítica, sino un halago. El conjunto de Carlo Ancelotti, con su once de gala, se plantó ante un Liverpool con cuatro delanteros sin ningún tipo de complejo, temor o duda. Igual que ya hiciera en Anfield, donde dejó el efecto ambiente en un simple juego de niños. En la vuelta, los jugadores blancos transmitieron una convicción anormal en un encuentro que amenazaba con abrirse en los primeros minutos y que acabó con el Real Madrid generando ocasiones de gol a borbotones... y venciendo con gol de Karim Benzema (1-0). Pareció que eran los blancos los obligados a remontar. Sin especular ni dejar pasar los minutos. El Real Madrid, insaciable, buscó la portería en todo momento y demostró por qué es el rey de Europa: este equipo se transforma cuando suena el himno de la Champions League.

La superioridad en el global de la eliminatoria es indiscutible. Presión alta, contragolpes relampagueantes, duelos ganados, vigor y ambición. Al final de los 90 minutos en la capital de España, el Real Madrid había disparado 17 veces. El Liverpool, solo nueve. Se esperaba un Liverpool que saliera en tromba, asfixiando la salida de balón de los hombres de Carlo Ancelotti y tratando de desconectar el centro del ataque. Nada más lejos de la realidad, el Liverpool solo pudo crear peligro en jugadas aisladas a través de juego directo.

placeholder Salah se volvió a quedar sin revancha. (Reuters/Juan Medina)
Salah se volvió a quedar sin revancha. (Reuters/Juan Medina)

Lícito y válido, pero incapaz de concatenar jugadas peligrosas que acercaran a su equipo a una remontada muy complicada por la diferencia de goles. No pareció un equipo de Jürgen Klopp, al que por momentos le faltó alma y su mejor arma: la presión alta. Su centro del campo, formado por un doble pivote (Fabinho-Milner), fue un tiro en el pie. Por su parte, el Real Madrid enseñó al mundo qué corre por las venas de este increíble grupo de futbolistas cada vez que rueda la pelota con las estrellas.

De golpe y porrazo, Luka Modric y Toni Kroos eran dos jóvenes con ganas de comerse el mundo. Como si tuvieran la necesidad de demostrarse a sí mismos que todavía están listos para marcar la diferencia al máximo nivel, a pesar de aunar 70 años entre ambos. Decía Simeone que entregar el centro del campo de tu equipo era como darle a alguien la mano de tu hijo para que cruzase la calle y que, por tanto, no se la podías dar a cualquiera. El Real Madrid se subió a la máquina del tiempo para estar en las mejores manos. Taconazos y virguerías a campo abierto. Una exhibición total. Toques de primeras que batían líneas de presión descoordinadas. Precisión clínica para cambiar de orientación el cuerpo y hacer virar todo el sistema defensivo del Liverpool, en jaque por las carreras de Vinícius Júnior. Las galopadas del extremo brasileño, junto a la sensibilidad de Karim Benzema fuera del área, hicieron temblar a la defensa red. Solo la falta de pegada evitó un resultado más abultado.

Grandeza personificada

"Con personalidad. Con goles. Queremos esta Champions League. Empezamos mal. El Liverpool, con su afición, mete mucha presión, pero después de los primeros 15 minutos [con el 2-0], vimos al Real Madrid". Sirvan estas palabras de uno de los pesos pesados del Real Madrid en los micrófonos de Movistar+, Karim Benzema, tras la ida en Anfield (2-5), para entender la grandeza del conjunto blanco en Europa. Una declaración que se completa con las palabras del autor del tanto de la victoria nada más terminar el encuentro en el Santiago Bernabéu: "Un partido complicado, pero nosotros desde el inicio demostramos que queríamos ir adelante y estamos en cuartos". Simple y llano.

placeholder Camavinga fue uno de los mejores jugadores. (Reuters/Susana Vera)
Camavinga fue uno de los mejores jugadores. (Reuters/Susana Vera)

El Real Madrid supo entender los distintos encuentros que se dieron dentro del mismo partido y llevárselo hacia su terreno. Como en el global de la eliminatoria, los blancos interpretaron con astucia los momentos clave. Lo explicaría Carlo Ancelotti, en Movistar+: "Hemos jugado bien, manejado bien el partido. Ellos han encontrado dificultad al presionar y hemos cumplido. Presionar arriba para ellos les ha costado, porque Modric y Kroos en este tipo de partidos manejan muy bien, no tienen miedo ni preocupación, sacan el balón desde atrás bien y a ellos les ha costado en este sentido".

Desactivada la presión y sofocado el peligro en ataque que podían crear Salah, Gakpo, Darwin Núñez o Diogo Jota, gracias a una defensa imperial donde brillaron Éder Militao y Nacho Fernández y que siempre encontró en Thibaut Courtois una última garantía, el Liverpool lo pasó muy mal en el Bernabéu. La sensación era de impotencia generalizada entre los ingleses. De no saber cómo doblegar al gigante belga ni cómo sembrar el pánico en el Real Madrid, que a lo largo de los 180 minutos se presentó como un monstruo competitivo. Preguntado sobre qué le había gustado más de su equipo, Carlo Ancelotti fue sincero: "Me ha gustado el equipo, a nivel psicológico, en este partido tienes tres goles de ventaja, puedes bajar el pie... y no lo hemos bajado".

placeholder Nacho se ganó la renovación. (Reuters/Juan Medina)
Nacho se ganó la renovación. (Reuters/Juan Medina)

Tan cómodo estuvo el equipo de Ancelotti en la ida que dejó secuencias para la posteridad: Nacho Fernández de extremo, pese a partir como lateral, Rüdiger pisando la frontal tras conducir y romper la defensa como central, Modric entrando en el segundo palo a rematar y Kroos liquidando rivales con su zancada. La locura... y el disfrute. Porque el Real Madrid siempre dio la sensación de estar disfrutando sobre el Bernabéu. De gustarse y gustar. Se apostó por el espectáculo y la victoria, aunque la eliminatoria se pudo haber cerrado mucho antes. El Liverpool, que estaba obligado a remontar, fue un equipo pasivo y sobrepasado. El Real Madrid, con el billete a cuartos de final bajo el brazo, se lanzó a la yugular. El fútbol es así. El campeón de Europa es así.

El Real Madrid plasmó sobre el césped del Santiago Bernabéu un partido impropio de un equipo que goleó en la ida de Champions League. No es una crítica, sino un halago. El conjunto de Carlo Ancelotti, con su once de gala, se plantó ante un Liverpool con cuatro delanteros sin ningún tipo de complejo, temor o duda. Igual que ya hiciera en Anfield, donde dejó el efecto ambiente en un simple juego de niños. En la vuelta, los jugadores blancos transmitieron una convicción anormal en un encuentro que amenazaba con abrirse en los primeros minutos y que acabó con el Real Madrid generando ocasiones de gol a borbotones... y venciendo con gol de Karim Benzema (1-0). Pareció que eran los blancos los obligados a remontar. Sin especular ni dejar pasar los minutos. El Real Madrid, insaciable, buscó la portería en todo momento y demostró por qué es el rey de Europa: este equipo se transforma cuando suena el himno de la Champions League.

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