A lo de Salah se le llama escupir hacia arriba: otro motivo más para cargarse al Liverpool
Salah sigue envenenado con la lesión que se produjo en la final de Kiev de 2018 y anuncia cuentas pendientes con el Real Madrid para la de París. Es energía extra para los de Ancelotti
El Real Madrid no ha ganado la Champions. La realidad dice que tiene una final muy complicada, contra un equipo que juega a un ritmo muy alto, vertical, intenso y ofensivo. El Liverpool de Jürgen Klopp es un equipo rocoso y contundente. Sin duda, es más favorito que el de Ancelotti. Pero el Real Madrid llega a París eliminando al Paris Saint-Germain de Messi, Neymar y Mbappé y al Chelsea y Manchester City, los dos finalistas de la última Champions. Al equipo de Guardiola le ha marcado seis goles en los dos partidos, y en el del Bernabéu no ha podido contar con el lesionado David Alaba ni ha sido el día más brillante de Benzema. Hay que poner en valor sus méritos.
En el festejo, llega un mensaje desafiante. "Tenemos cuentas que saldar", escribe Mohamed Salah en sus redes sociales. ¿Se puede ser más torpe que el egipcio? A lo de Salah se le llama, para ser claros, lanzar un escupitajo hacia arriba. El peligro está en que al que escupe hacia arriba, le cae de vuelta. Suele suceder en estos casos cuando una persona tiene un calentón o se deja llevar por el ánimo de revancha. La provocación de Salah es la mejor energía que puede recibir el Real Madrid para dar otro plus en la Champions.
El Real Madrid tiene muchos motivos para intentar ganar la Decimocuarta. Carlo Ancelotti puede conquistar su quinta Copa de Europa como entrenador (tres con el Milan y la décima con el Madrid). Para el técnico italiano es un derbi, porque no olvida su paso por el Everton (así lo declaró tras eliminar al City). Benzema se juega el Balón de Oro, Courtois fichó por el Real Madrid para ganar una Champions y el portero belga tiene voracidad, está a un altísimo nivel. Lo mismo sucede con Vinícius, protagonista destacado esta temporada, y así podríamos seguir para dar las razones que mueven al equipo a intentar superar el obstáculo del Liverpool. Pero con lo que no se contaba es con un elemento externo motivador. Hace falta poco para enchufar al Real Madrid en Europa, pero si le pinchas, como ha hecho Salah, con un mensaje provocador y soberbio, estás alimentando a la bestia.
Casemiro le responde
Con todos los respetos del mundo le contestó Casemiro, en el canal TNT, sin haber pasado por la ducha: "Cada uno dice lo que quiere. Está claro que, por desgracia, él se lesionó en la final. Así que puede ser que tenga ganas de revancha, pero cada partido es una historia. Es una final. Tenemos que respetar y sabemos que va a ser un partido muy difícil". Casemiro mide sus palabras y Salah ha calentado intencionadamente el enfrentamiento contra el Real Madrid calificándolo de 'vendetta'. Se olvida el egipcio que la temporada pasada ya se enfrentaron en los cuartos de final y el Real Madrid de Zidane les eliminó con una victoria en el estadio Alfredo Di Stéfano (3-1, dos goles de Vinícius y otro de Marco Asensio) y un empate a cero en Anfield.
La revancha la quiere llevar el egipcio a la final, envenenado por la famosa acción de Sergio Ramos. Lo que Casemiro califica como una desgracia en un forcejeo donde salió mal parado Salah y tuvo que retirarse del campo. Sufrió una luxación en el hombro izquierdo. El egipcio ni olvida ni perdona lo que sucedió en el Olímpico de Kiev. De esto hace ya cuatro años y en ese partido le faltó autocrítica. El Madrid no ganó por la lesión de Salah. Lo hizo porque sabe competir en las finales y en el Liverpool jugaba un portero (Karius) que tuvo una noche aciaga. Era un flan. Le pudo la presión y arrastró al equipo inglés al precipicio.
El Liverpool es un equipazo que se ha reforzado en el mercado de invierno con el colombiano Luis Díaz (ha costado 45 millones de euros más variables) y está compitiendo por la Premier League con el Manchester City. Pero también tiene sus puntos débiles y desconexiones. Lo demostró el Villarreal con una exhibición de alta intensidad y agresividad en la primera parte de La Cerámica. Al equipo de Unai Emery le perjudicó que el árbitro no señalara un penalti a Lo Celso. Salah, cuando acabó el partido, pareció estar celebrando que era campeón de Europa. Se acordó de que tiene cuentas pendientes con el Real Madrid y dijo esto en BT Sport: "Quiero jugar contra el Madrid. El City es un equipo muy duro, hemos jugado contra ellos varias veces esta temporada. Si me preguntan a mí, prefiero al Real Madrid. Perdimos la final contra ellos y espero ganarles también". El egipcio peca de imprudente, le falta humildad y pasa por ser de boca caliente.
Enfrente va a tener a un equipo que es campeón de Liga y tiene al máximo goleador de la Champions. Benzema, con el tanto de penalti al City, lleva 15 goles en la competición europea. Son siete más que los que ha marcado Salah, que no ve portería desde que marcó al Inter de Milán en los octavos de final. Benzema ha sido determinante con 10 goles en las eliminatorias: PSG (3), Chelsea (4) y City (3). De cara, Salah tendrá a Courtois y un equipo que empezó la Champions con dudas y llega a la final de París con un nivel físico excelente. El Madrid, como en 2018, vuelve a demostrar que tiene un espíritu de sacrificio y supervivencia admirable, que no se rinde y es capaz de remontar lo que parece imposible.
Las razones que tiene el Real Madrid para ganar la final al Liverpool son deportivas y no hay una rivalidad, más allá de la derrota que sufrió hace 41 años, en la final de la Copa de Europa que perdió contra el equipo inglés, precisamente en París. Era 1981. Después llegó la final de Kiev en 2018. Pero esta que se disputa en el estadio Saint-Denis la pone en el foco Salah por un ánimo de revancha personal. Corre peligro y si no que se lo digan al Real Madrid, cuando Vicente Boluda, el que ejerció de presidente interino, habló de "un chorreo en Anfield". Como si fuera sencillo ganar en este campo. El Real Madrid salió goleado y humillado.
El Real Madrid no ha ganado la Champions. La realidad dice que tiene una final muy complicada, contra un equipo que juega a un ritmo muy alto, vertical, intenso y ofensivo. El Liverpool de Jürgen Klopp es un equipo rocoso y contundente. Sin duda, es más favorito que el de Ancelotti. Pero el Real Madrid llega a París eliminando al Paris Saint-Germain de Messi, Neymar y Mbappé y al Chelsea y Manchester City, los dos finalistas de la última Champions. Al equipo de Guardiola le ha marcado seis goles en los dos partidos, y en el del Bernabéu no ha podido contar con el lesionado David Alaba ni ha sido el día más brillante de Benzema. Hay que poner en valor sus méritos.
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