El 'regalo' de Messi y la marcha de Sergio Ramos: así empezó el Real Madrid a ganar la Liga
El Barcelona hizo un 'regalo' con la salida de Messi y el Real Madrid es el que mejor lo supo aprovechar en la Liga. Compitió con regularidad y David Alaba hizo olvidar a Ramos muy pronto
El Real Madrid empezó a ganar la Liga con la salida de Messi. La oportunidad no la podía desaprovechar. El mejor estímulo para el equipo de Carlo Ancelotti llegó del máximo rival. Sin Messi, el Barcelona quedaba debilitado, perdía 30 goles en el campeonato español, su jugador más desequilibrante y hacía más profunda la crisis. En el camino para competir en España, se eliminaba un obstáculo de grandes dimensiones. Quedaba más despejado y, aunque no iba a ser sencillo, el empujón llegó y reforzó la moral de una plantilla que no había ganado ningún título la temporada anterior. Y que, además, perdía a Sergio Ramos.
Era una magnífica noticia, que coincidió con otra malísima. El Barça era más frágil sin Messi, perdía contundencia arriba, pero en la plantilla del Real Madrid se preguntaban si ellos iban a notar la ausencia de Sergio Ramos. Sin el capitán y líder del equipo, las dudas estaban en si serían más vulnerables atrás y cómo funcionaría la nueva defensa. Esa incertidumbre la despejó muy pronto el fichaje de David Alaba. Las comparaciones eran inevitables y el austríaco es una de las claves que explican la solidez que ha tenido el equipo para ganar la Liga. Alaba le ha dado al equipo seguridad atrás, energía y liderazgo.
La nostalgia en el vestuario del primer Real Madrid post Sergio Ramos duró poco en lo deportivo. El equipo se sintió fuerte en defensa y convencido de que el mejor 'fichaje' era haberse quitado de encima a Messi. Fueron a por la Liga, pisaron el acelerador e iniciaron una larga escapada en otoño que tiene un punto de inflexión. La victoria en el Camp Nou (1-2) empezó con un zapatazo de David Alaba. Un golazo del nuevo '4' del Real Madrid, del sustituto de Sergio Ramos. El equipo de Ancelotti llegó al Clásico con dos duras derrotas. La de la Champions contra el Sheriff, en el Bernabéu, y la primera en la Liga, contra el Espanyol, en Cornellà. Desde el triunfo en el Camp Nou, enganchó 12 victorias seguidas y un empate en los siguientes partidos, entre Liga y Champions, hasta la derrota en Getafe en el primer partido de Liga del año. Era ya un Real Madrid que tenía regularidad y un colchón de puntos.
El alto nivel de Alaba y Benzema
Al Real Madrid le ha beneficiado la salida de Messi y no le ha perjudicado la de Sergio Ramos. Benzema ha dominado la Liga con sus goles y David Alaba ha sido uno de los mejores centrales. La regularidad del francés y el austríaco definen el poderío del equipo en el campeonato español. Hay más claves que explican el rendimiento para conseguir el campeonato. El alto nivel de Courtois, la jerarquía de los tres centrocampistas (Casemiro, Kroos y Modric) y la explosión de Vinicius. Pero en Alaba, como sustituto de Ramos, y Benzema, como el 'nuevo Messi' de la Liga, hay un altísimo porcentaje del éxito.
Carlo Ancelotti marcó el objetivo desde la pretemporada. Sin Messi, la Liga era la prioridad. La plantilla tenía una mezcla de veteranía y juventud para compensar la baja de Sergio Ramos y la de Raphael Varane. Había que construir un bloque compacto y el entrenador le dio una especial importancia a la defensa para tener un rendimiento regular y coger una dinámica ganadora. Lo consiguió más pronto de lo esperado. La pareja de nuevos centrales (David Alaba y Militao) se adaptaron en un tiempo récord. El centro del campo (Casemiro, Kroos y Modric) estaba hecho, maduro y compenetrado. La clave estaba en que encajaran las piezas de Alaba y Militao. Tras un inicio de temporada en el que el austríaco pasó por la posición de central y la de lateral izquierdo, Ancelotti acabó con los experimentos y fijó a Alaba como central.
La defensa del Real Madrid, sin Ramos ni Varane, empezó con pruebas y se fue asentando. Superó todo tipo de obstáculos por las lesiones de Carvajal y Ferland Mendy en los dos laterales. Gran parte del mérito está en el compromiso y el oficio de David Alaba. Mientras el austríaco jugaba todo, Sergio Ramos sufría con las lesiones que no le han permitido casi contar para el Paris Saint-Germain. El recuerdo de Ramos en el Real Madrid es el de una leyenda, pero el equipo ha ganado una Liga, una Supercopa de España y está en semifinales de la Champions en la primera temporada sin el sevillano.
Un Real Madrid sólido
En la defensa, la rápida adaptación de David Alaba, su profesionalidad, personalidad y hambre por ganar consiguieron que el equipo se sintiera protegido. Ha sido un Real Madrid sólido atrás, sin Sergio Ramos ni Varane. La lupa estaba en el austríaco. El rendimiento que ha dado en su primera temporada en el Real Madrid es sobresaliente. No ha tenido fallos destacables y ha transmitido muy pronto la sensación de que llevaba jugando más años en este equipo.
No le ha costado adaptarse a los nuevos compañeros, ni al campeonato español y la exigencia y presión que exigen este club. Venía del Bayern de Múnich, pero llegaba a un equipo que no había ganado títulos, con la salida de Ramos y que no se pudo reforzar con Mbappé. Físicamente, Alaba ha estado a un alto nivel. Por el contrario, se miraban los problemas de Sergio Ramos, que ya en su última temporada solo disputó 15 partidos de Liga.
Ancelotti llegó con el propósito de tener un equipo compacto y mejorar la eficacia de los delanteros. Sin Messi, el goleador de la Liga es Karim Benzema. El delantero francés ha marcado las diferencias de medio campo hacia delante, dando fluidez al juego, verticalidad y contundencia. Pero ha hecho algo más. Sin Sergio Ramos, su rol de líder creció y ha estado a la altura de lo que tiene que ser un capitán. Marcelo ha quedado relegado a la suplencia y Benzema ha cogido el peso del equipo y más responsabilidades. Ya fue el primero que dio un paso adelante tras la salida de Cristiano Ronaldo. Lo ha vuelto a hacer sin Sergio Ramos y así se explica cómo el equipo también se ha hecho más fuerte y competitivo para ganar la Liga.
El Real Madrid empezó a ganar la Liga con la salida de Messi. La oportunidad no la podía desaprovechar. El mejor estímulo para el equipo de Carlo Ancelotti llegó del máximo rival. Sin Messi, el Barcelona quedaba debilitado, perdía 30 goles en el campeonato español, su jugador más desequilibrante y hacía más profunda la crisis. En el camino para competir en España, se eliminaba un obstáculo de grandes dimensiones. Quedaba más despejado y, aunque no iba a ser sencillo, el empujón llegó y reforzó la moral de una plantilla que no había ganado ningún título la temporada anterior. Y que, además, perdía a Sergio Ramos.