La sonrisita de Benzema: así escuece que nadie humille al Real Madrid

El tiroteo futbolístico en el Etihad Stadium acabó con la sonrisita de Benzema. El recurso que eligió, a lo Panenka, para lanzar el penalti y la manera como lo celebró tienen un punto burlón. Benzema y la rebeldía del Real Madrid generan admiración y rabia. Era un partido para haber humillado al equipo de Ancelotti y acabó con un resultado ajustado con un penalti que lanzó el '9' del Madrid como si estuviera jugando una pachanga. Es lo que más duele del partido a Guardiola y a los medios de comunicación británicos. No hay manera de abatir al Real Madrid ni cuando lo tienes sometido y en la lona.

La sonrisita de Benzema es el mejor síntoma de que el instinto de supervivencia y asesino del Real Madrid no lo tiene otro equipo. Produce impotencia y frustración en los rivales. Solo hay que echar un vistazo a lo que dicen los medios británicos para darse cuenta de que escuece ver levantarse al equipo de Ancelotti de cada golpe que recibe. Cualquier otro conjunto estaría eliminado. Habría bajado los brazos en el minuto 10 tras recibir dos goles y, por supuesto, habría naufragado. "Un City magnífico supera al Madrid, pero la brillantez de Benzema da esperanzas a los españoles", dice 'The Sun'. "El City realizó una exhibición magnífica mientras acribillaba la portería del Real Madrid durante largos periodos, pero el equipo de Ancelotti siguió levantándose de la lona para mantenerse, de alguna manera, en la pelea verdadera por jugar otra final", es el análisis de la BBC.

La conclusión es que el Manchester City perdonó, pero lo que produce impotencia y rabia es que, contra un rival que no se metió en la cueva, como hizo el Atleti, el City de Guardiola fue capaz de marcar cuatro goles y recibir tres. Lo que iba a ser una humillación acabó con Benzema lanzando un penalti como si estuviera en el jardín de su casa.

Lo mejor | Benzema, el alma del Madrid

El héroe del Real Madrid fue Karim Benzema. En otros partidos, los papeles de salvadores estaban repartidos entre Courtois y el delantero francés. Al portero no se le puede echar toda la culpa de los goles, pero en el cuarto, en el disparo de Bernardo Silva, podría haber hecho más. Lo solucionó Benzema con otros dos goles en el Etihad Stadium. Lo del francés es admirable. Ha marcado nueve de los 11 goles en los cinco partidos de eliminatorias de esta Champions. Al Paris Saint-Germain le hizo tres, al Chelsea cuatro y al City dos y se permitió una celebración con sonrisita.

Benzema es el alma del Real Madrid. No desfallece. Está en su plenitud. En racha. Es la esperanza para la vuelta en el Bernabéu. El sábado se juega la Liga contra el Espanyol en el Bernabéu y habría que meterle en la urna para que no le pase nada. Pero su ego ha crecido, como su ambición, y se siente indestructible.

Lo bueno | Vinícius, sin presión

El brasileño firmó uno de sus mejores goles en el Etihad Stadium. Lo tiene todo: picardía, velocidad, potencia, conducción y definición. La galopada de Vinícius, quitándose de encima el marcaje de Fernandinho, y cómo marca los tiempos para encarar a Ederson y cruzar la pelota son una excelente noticia. Confirman que hay un gran jugador, que sigue evolucionando, progresando y, sobre todo, que no se achanta ni le puede la presión. Aparece en los grandes partidos. Lo hizo la temporada pasada contra el Liverpool. En España, tiene grandes partidos y goles en clásicos y derbis. Vinícius aprovechó la ausencia de Cancelo para explotar la banda. Esto es lo que dirán los que pretenden no reconocer sus méritos. No lo sabremos hasta el partido en el Bernabéu. Pero lo que no le podemos quitar es el mérito a un jugador con una tremenda personalidad, energía y calidad.

Lo normal | El físico iguala partidos

El Real Madrid reaccionó a los dos goles iniciales del Manchester City porque tiene carácter, calidad y también piernas. Sin esto último, habría sido imposible jugarle de tú a tú al equipo de Guardiola. El City metió ritmo, intensidad, sometió al Madrid, pero no supo cómo contrarrestar las transiciones. El equipo de Ancelotti fue un espanto en defensa, pero brilló en el juego vertical. Esto tiene una explicación. La condición física que tiene el Real Madrid está siendo clave para levantarse de la lona. Lo hizo en las remontadas contra el PSG y el Chelsea y aprovechó su gasolina para levantar un 2-0, primero, y un 4-2, después.

Lo malo | El coladero en defensa

El análisis de lo mal que jugó el Real Madrid en el Etihad Stadium es sencillo cuando el equipo encaja cuatro goles y la goleada pudo ser escandalosa si el City llega a estar más acertado. "Ha sido un partido fantástico para el fútbol, pero para mí no es bueno porque hemos encajado cuatro goles", reconoció Ancelotti. Ningún entrenador se puede ir contento si su equipo no es sólido. Ancelotti le da mucha importancia al trabajo defensivo. Al orden, la atención, anticipación, y el Madrid no fue consistente. Fue un equipo blando y mermado por la baja de Casemiro. También le perjudicó que Alaba jugó la primera parte tocado y Ferland Mendy no está en su mejor momento. Pero lo grave es lo mal que entró al partido. Esto no tiene excusas. No es una buena noticia que te marquen dos goles en 10 minutos y des tantas facilidades a los que centran y rematan. Militao y Carvajal, los sanos, también sufrieron desconexiones. Esto lo tiene que arreglar para el partido del Bernabéu.

Lo peor | Kroos

El alemán está en un bache. En los últimos partidos, está teniendo problemas para controlar el juego. No es el mejor Kroos. De hecho, Ancelotti le quitó los partidos contra el Paris Saint-Germain y Chelsea para meter a Camavinga. Con la energía del joven francés creció el equipo y llegaron las remontadas. Contra el Manchester City, el alemán jugó en la posición de Casemiro y estuvo superado. No le gusta esta demarcación, pero es que tampoco le parece bien que le cambien y pone caritas si no acaba los partidos. Hay un dato que llama la atención. El Real Madrid solo hizo cinco faltas (dos en la primera parte y tres en la segunda) en el Etihad Stadium. También sirve para explicar la fragilidad defensiva. Kroos no rasca, no tapa, no sabe defender. Pero ahora no lo compensa imponiendo su juego de creación.