La inspección es brutal: así ha dejado morir su estadio el Rayo hasta poner en peligro al hincha

La semana pasada, durante el encuentro de Primera División entre el Rayo Vallecano y el Cádiz, los aficionados de Vallecas vivieron escenas propias del fútbol centroamericano. La borrasca que golpeó el centro de la Península durante la tarde del sábado provocó no solo la suspensión temporal del partido, sino también la estampida de miles de aficionados que corrieron a refugiarse del granizo en las zonas cubiertas del estadio.

En los pasillos se encontraron con un panorama dantesco: grandes charcos que impedían el paso y múltiples filtraciones de agua por todo el techo que dieron lugar a más de un resbalón. Incluso los cámaras de LaLiga tuvieron que interrumpir su trabajo ante el aguacero que estaba cayendo sobre los equipos de retransmisión.

Nada nuevo para un aficionado, el del Rayo, que lleva veinte años viendo cómo su estadio se degrada poco a poco sin que nadie ponga remedio. Hasta hoy, la excusa oficial pasaba por explicar que eran cuestiones meramente estéticas, en tanto que la estructura del estadio no estaba comprometida y, por tanto, no había riesgo para los espectadores. Sin embargo, este periódico ha tenido acceso a la última revisión de la Inspección Técnica de Edificios (ITE) que lleva a cabo el ayuntamiento de Madrid para comprobar que este extremo ya no se cumple: "Giradas las visitas de inspección con fecha de 20 de octubre de 2023 y 14 de noviembre de 2023, se comprueba la deficiencia de deficiencias de conservación, algunas de las cuales pueden afectar a la seguridad estructural del edificio", concluye la ITE.

Se trata de una inspección visada hace tres meses que ha sido ocultada a los aficionados por el club, el ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. En su lugar, se ha trasladado a los seguidores la necesidad de cambiar de estadio de forma inmediata, obviando que el auténtico motivo es que la falta de mantenimiento por parte del club, permitido desde la Comunidad de Madrid, ha degenerado en unas condiciones de uso insostenibles que no solo ponen en riesgo al aficionado, sino también a los ciudadanos que caminan por los aledaños.

La inspección tuvo que realizarse en dos visitas dado que los técnicos se encontraron varias dependencias cerradas que ningún empleado del club pudo, o quiso, abrir. Son las zonas dedicadas a las federaciones (en los bajos del estadio se encuentran las federaciones madrileñas de ping-pong, billar, ajedrez y boxeo) y las áreas de cafetería y almacenes. Los inspectores dieron al club un mes para que encontrase las llaves de las estancias que no habían podido revisar.

La nueva visita tuvo lugar a mediados de noviembre, en la que se constató que se había accedido a todo el estadio. En un informe con veredicto desfavorable, los inspectores detectaron "las mismas deficiencias señaladas en la anterior ITE (2019) y la presencia de nuevas deficiencias". Destacan, entre el rosario de deficiencias detectadas, las que se detallan a continuación:

• Fisuras, grietas, armadura expuesta, desprendimiento de material en los elementos de hormigón: muros laterales, entrevigado, placas dentadas de revestimiento y estructura de la grada. Se observa oxidación de armadura y principio de corrosión.
• Grietas en el muro inferior de la grada sur, lateral este, pasillo exterior de la planta baja.
• Fisuras en el extremo de las ménsulas voladas que sostienen la tribuna alta.
• Fisuras de trayectoria vertical en las oficinas del Rayo Vallecano. Al otro lado del paramento se encuentra un almacén, donde la fisura ha provocado la rotura del alicatado del revestimiento.
• Mal estado del encuentro entre el graderío y las ménsulas y muros. Se observa rotura y despremiento de material.
• Fisuras y rotura de elementos de hormigón armado (muros, cantos de forjado) en la zona de anclaje de las barandillas. Riesgo de desprendimiento de material.
• Mal estado general de las barandillas. Presentan oxidación, corrosión y rotura. Se observa en todas las del estadio, pero especialmente en las de la gradería media y baja del graderío sur.
• Desconchones, humedades y mal estado de los paramentos al aire libre. En el cerramiento metálico que delimita el estadio en su cara este con la calle Teniente Muñoz Díaz se observa también desprendimiento de las bases de hormigón que sostienen el vallado.
• Oxidación y corrosión generalizada de la cerrajería y perfiles metálicos de todo el estadio.
• Humedades por filtración generalizadas en todo el edificio. En algunas zonas se ha tenido que retirar el falso techo y en otras hay riesgo de desprendimiento del material, en especial en las oficinas del club y en la zona de federaciones.
• Humedades por capilaridad observadas en el almacén bajo la grada sur, en la zona de los vestuarios y las federaciones.

El documento continúa señalando problemas sonrojantes que se podrían haber evitado con un mínimo de personal dedicado a las labores de mantenimiento. La salubridad es una cuestión que vienen denunciando los aficionados desde hace años, en especial en los servicios, donde se encuentran espejos rotos, sanitarios inutilizados o estancias en las que se demora meses la sustitución de una bombilla.

• Falta de salubridad generalizada: pintadas en fachadas, enseres y acumulación de suciedad, basura entre los elementos de hormigón de los vomitorios, olor a orina en los pasillos.
• Se observa que la cafetería-restaurante se encuentra en estado de abandono. Se detectan además fuertes olores procedentes de la cocina, en la que se pueden ver restos de alimentos. Según el personal, el local se encuentra inutilizado desde 2020. Se observan humedades por filtración que han afectado a paramentos horizontales y verticales.
• Cableado suelto colgando desde la tribuna superior hasta la planta baja, en el lateral dedicado al acceso de vehículos.
• Acumulación de suciedad en las cubiertas.
• Humedad y mal olor en los aseos.
• Solado en mal estado. Presenta desconchones y rotura de material en las escaleras, almacenes y otras dependencias del estadio.
• Mal estado de la solera en la salida de vehículos por la calle Arroyo del Olivar. La solera presenta grietas y desniveles por ausencia de material. En el tramo exterior a la puerta de salida se ha demolido un muro de baja altura dejando un pavimento irregular, con desniveles, y no se ha rematado correctamente con el bordillo o la solera.
• Mal funcionamiento de la red de evacuación de aguas, que provoca filtraciones en el edificio. Posible mal funcionamiento de la red enterrada, que sería la causante de las humedades por capilaridad.

Además, la ITE señala dos deficiencias graves que podrían suponer una catástrofe en caso de que fuera necesaria una evacuación rápida. "En ambas visitas se ha detectado mobiliario bloqueando las salidas de emergencia de la planta baja, así como indicaciones incompletas o confusas sobre las salidas de emergencias. En el lateral del campo de fútbol se disponen señales que indican la dirección de las salidas de emergencia, si bien conducen a una puerta no señalizada. No se han localizado planos precisos sobre las salidad de emergencia operativas del estado ni del área de federaciones".

Por último, la inspección requiere que se aborden de forma INMEDIATA (está en mayúsculas en el documento) las reparaciones señaladas, en especial las que tienen que ver con la seguridad del estadio, para "evitar daños personales o materiales, especialmente los que pudieran ocasionarse por desprendimiento o caída de elementos a la vía pública".

Los expertos apuestan por el cierre

Este periódico ha cotejado el informe de la ITE con distintos expertos independientes. "Estamos ante una inspección minuciosa pero puramente visual, y por tanto superficial, del estadio. Por lo que parece la estructura tiene problemas generalizados y algunos, como que haya saltado el hormigón de los muros o que se vea la armadura, son graves", afirma José Ramón Hernández, doctor en Arquitectura y profesor de Estructuras en la Universidad Rey Juan Carlos.

"También hay problemas serios de evacuación de aguas y filtraciones, que pueden minar la cimentación, abandono y mal estado general. Pero las fisuras estructurales, con pérdida de material (hormigón) y armaduras de acero descubiertas, son sin duda lo más preocupante. Las armaduras descubiertas pierden la adherencia con el hormigón y además se corroen. Puede haber zonas muy peligrosas.".

¿Es seguro el estadio para el público? "Nadie puede decirlo sin un análisis mucho más profundo, con pruebas de carga y demás. En principio, en tanto que se han visto deficiencias estructurales que parecen evidentes, yo no abriría al público. Seguramente no haya peligro inminente, pero no me la jugaría", continúa Hernández.

"La ITE lo que nos dice es que no ha existido un mínimo mantenimiento del edificio; me extrañaría mucho que exista siquiera un plan de mantenimiento", dice Evelio Sánchez, arquitecto y profesor en diversos másters de Zigurat Institute of Technology. "Es obvio que cuando tienes una cubierta con filtraciones de agua generalizadas, cuando todos los aseos están en mal estado... no se están atendiendo los problemas. No obstante, todos los problemas descritos tienen solución, solo hacen falta ganas y presupuesto para acometerlo".

"No entiendo que el Rayo no haya hecho el mínimo mantenimiento de un estadio cedido"

Para Sánchez, el edificio "no tiene porqué ser peligroso" para los espectadores, si bien duda de que se tratase igual de ser propiedad privada. "Yo mantengo centros comerciales y ya te digo que, con esta ITE, me los cerraban. Es más, estoy convencido de que en Madrid hay muchos edificios cerrados por menos que esto. Pero como esto es una instalación pública, por lo que sea la administración no tiene tanta prisa".

Al arquitecto lo que más le preocupa son las filtraciones de agua. "Me choca que estén generalizadas y no se haga nada. El agua no es buena amiga de la edificación y habría que saber hasta dónde llegan. Si ha alcanzado la estructura, puede provocar que se hinchen los materiales y de ahí saldrían las grietas. Esto es peligroso", afirma Sánchez. "Lo que no puedo entender es que te cedan una instalación, como ha hecho la Comunidad de Madrid con el Rayo, y que no se mantenga mínimamente".

Incumplimiento bilateral del convenio

En el verano de 2019, el Rayo Vallecano y la Comunidad de Madrid firmaron un nuevo convenio para la cesión del estadio. En el acuerdo, la Comunidad se comprometía a realizar unas obras de reforma, por valor de 1,2 millones de euros, que se llevaron a cabo el año pasado. El club, por su parte, asumía el pago de un canon anual, de 81.700 euros, y a la "obligación de conservar en perfectas condiciones de uso todas las instalaciones y se compromete a abonar los gastos derivados de su uso".

Además, el convenio indica que el club ha de conformar una comisión técnica que siga el mantenimiento del edificio. En ella, además de los miembros del Rayo y la comunidad, debería haber dos miembros de la peñas, con voz pero sin voto. Este periódico ha constatado que en ningún momento se ha permitido que los miembros de la afición presencien las auditorías técnicas.

La Comunidad de Madrid se comprometió a hacer las reformas si el club no respondía

"Martín Presa no quiso que estuviéramos en esas auditorías desde el primer momento", dicen desde la Federación de Peñas del Rayo Vallecano. "Roberto Núñez (exviceconsejero de Deportes de la CAM) nos llamó para la primera reunión, pero Presa se negó a que estuviéramos. Así que llegamos a un acuerdo con la Comunidad de Madrid para que no se bloqueasen las inspecciones, con la confianza de que nos irían informando de los resultados". No han vuelto a tener noticias del asunto.

No solo el club ha incumplido los términos del acuerdo, sino también la Comunidad de Madrid, que exige en el texto que el club subsane, en un plazo de seis meses, los desperfectos que se detecten en la comisión técnica. En caso de no hacerlo, la Comunidad "ejecutará de forma subsidiaria las reformas precisas, siendo facturadas posteriormente a la Sociedad Anónima Deportiva". Fuentes del club indican que no se ha ejecutado, ni están en proyecto, ninguna de las reparaciones señaladas en la ITE.

Desde la Comunidad de Madrid rechazan no haberse hecho cargo del estadio: "Hemos invertido 4 millones de euros en los últimos años". Este importe incluiría la reforma del verano pasado, pero también otros conceptos de arreglos varios. Además, El Confidencial se ha puesto en contacto con el Rayo Vallecano, que ha preferido no hacer declaraciones.