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Despidos masivos en SM y Vicens Vives: el libro de texto dispara precios para sobrevivir
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Despidos masivos en SM y Vicens Vives: el libro de texto dispara precios para sobrevivir

La venta de segunda mano, los cambios en la legislación y la digitalización están haciendo mella en las cuentas de las grandes editoriales, que se ven obligadas a subir precios

Foto: Alumnos en un colegio de Ceheguín, en Murcia. (EFE)
Alumnos en un colegio de Ceheguín, en Murcia. (EFE)
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Luna Rodríguez tiene 42 años y es madre de dos niños en Madrid. Cada agosto, negocia con los niños los objetivos del curso: "Al mayor, que tiene 12, solo le pido que esté atento y no se distraiga en clase a cambio de llevarle en verano a sitios como PortAventura", dice a este periódico. Con la niña, de nueve, es más específica: "Como sé que va a ser de las mejores de la clase, como siempre, lo que le pido es que cuide los libros".

Que los niños cuiden los libros de texto se ha convertido en una cuestión económica central en la casa de Luna. Tiene perfiles en plataformas como JoyLibros o Wallapop para venderlos una vez que se dejan de usar. "Hay mucha diferencia entre un libro impoluto, como me los deja la niña, y otro subrayado o con dibujos. Si me los dejan bien, puedo recuperar hasta el 80% de lo que pagué por ellos nuevos", explica.

Según datos de la OCU, cada familia española gasta una media de 300 euros al año solo en libros de texto. Es por eso que muchos padres como Luna se ven obligados a montar el tenderete en verano, aunque solo sea para financiar los nuevos: "El año pasado me dejé 700 euros en libros de texto y materiales. Del tirón, en un solo día, los pagué con la tarjeta de crédito. Por eso me tuve que poner a venderlos, porque este verano no quiero encontrarme con el mismo problema. Si saco 400 o 500 euros, eso que me quito de encima", continúa.

Los libros de texto viejos ya no se regalan, sino que suponen un negocio millonario

Hasta hace poco, era habitual que los libros de texto usados se regalasen a otro alumno, quizás un vecino o un compañero de extraescolares, pero en los últimos años se han convertido en todo un negocio. En algunos colegios hay revendedores que esperan en la cola de la librería y hacen ofertas a los padres por sus lotes pasados, mientras que online se puede encontrar cualquier volumen por la mitad de su precio original.

"Ahora, tener todos los libros nuevos a principio de curso es un símbolo de estatus", lamenta Luna. A tenor de los datos de Anele, la patronal del libro de texto, este mercado de segunda mano ya genera una facturación equivalente al 25% de los ingresos del sector, lo que está provocando fuertes subidas en los precios. Es una pescadilla que se muerde la cola: cuanto más caros son, más reventa, y cuanta más reventa, más caro hay que vender.

Así, si en 2010 se vendían 50 millones de ejemplares a un precio medio de 16 euros el libro, hoy se distribuyen 38 millones a 19 euros la unidad. Esto es, las ventas han caído un 24% en un lapso en el que los libros se reprecian un 19%.

Esta espiral está provocando seísmos en el sector. Dos de las mayores editoriales, Vicens Vives y SM, han anunciado expedientes de regulación de empleo en las últimas semanas. En Vicens se ha despedido a 62 trabajadores, después de la negociación con los sindicatos, que corresponden al 21% de la plantilla. Algo semejante, pero en mayor magnitud, es el proceso que sufre la plantilla de SM, que hace unos días ha sido informada de que en torno a 200 de sus 700 trabajadores se irán a la calle.

"El sector considera que uno de cada tres trabajadores tiene que irse ya si quiere salvar la cabeza", explican fuentes autorizadas del sector. "Porque los problemas por los que estamos atravesando no son coyunturales, sino sistémicos. Esta industria ha generado mucho dinero durante cinco décadas, pero eso se acabó, los buenos tiempos no volverán".

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Como en toda gran crisis, no basta un solo elemento para explicarlo todo. Al incremento de la segunda mano se han sumado otros factores que inciden en las cuentas de las editoriales y les hacen presagiar un futuro oscuro. "La cuestión de la natalidad es algo que se da por descontado, pero es una circunstancia que nos afecta mucho. En los años sesenta, cada mujer tenía una media de tres hijos y hoy estamos en uno. Cada vez hay menos alumnos y esto se demuestra en el rosario de centros educativos cerrados que hay en España", continúa el ejecutivo del sector.

Un mercado en contracción

En España, hay más de 1.000 municipios que ya no tienen un solo niño entre los cero y los cuatro años. Si los índices de natalidad continúan descendiendo —están en caída libre desde hace un siglo—, el Gobierno considera que para 2050 apenas quedarán escuelas en los pueblos. "En 2050, España tendrá unos 800.000 estudiantes menos de entre tres y 15 años de edad. Esto equivale a tener unas 33.000 aulas de 24 alumnos menos que en 2019. Esta fuerte contracción de la población estudiantil obligará a cerrar varios colegios, sobre todo en la España rural, y a reducir el tamaño de otros muchos", reza el informe Estrategia 2050, elaborado por el Ejecutivo.

En el sector, también denuncian una moda que arrancó hace unos cursos y se está consolidando y pasa por no seguir los temarios de un solo libro, sino que el profesor toma de cada uno lo que más le interesa. Y, como no puede obligar a los alumnos a comprar varios libros, optan por no pedir ninguno. "Cada día vemos más profesores que elaboran sus programas a base de fragmentos de un libro de aquí y otro de allá. El día que les toca la lección, manda un PDF a los alumnos para que se lo impriman o lo lean en la tableta... Esto es ilegal. Repito, ilegal. Nadie hace nada porque parece que regalar los libros de texto está bien, pero es inconcebible en otros sectores. Imagina que una empresa se pone a copiar los coches de SEAT... ¿Cuánto duraría?", reflexiona el ejecutivo del sector.

"Muchas familias ven moderno que su hijo vaya al colegio sin libros, pero a menudo es piratería"

"Se ve muy guay que los niños no tengan que cargar con libros al ir a colegio, a muchas familias les resulta moderno. Claro, además no se tienen que gastar un euro en materiales... Pero la realidad es que la mayor parte de los profesores no elaboran sus propios contenidos, sino que los piratean de aquí y allá. Uno de mis hijos incluso ha recibido un temario en el que se había borrado la marca de la editorial, ese es el nivel de desprecio por un contenido por el que nosotros retribuimos a los autores", prosigue.

Por último, desde la patronal denuncian la extensión de políticas públicas de ayuda a las familias que no siempre cumplen los plazos estipulados. "En algunas consejerías y municipios, se hacen pedidos muy importantes para que las familias no tengan que comprarlos. Esto está muy bien, siempre que se abonen en el momento acordado. Igual que nosotros entendemos que la Administración a veces no puede pagar a tiempo, ya sea por falta de fondos o por cuestiones burocráticas, el poder público debe comprender que nosotros invertimos y contamos con los ingresos para un determinado trimestre. Cuando fallan, nuestras cuentas se ponen en rojo y eso puede llevar a las editoriales más modestas a tener que pedir líneas de crédito para seguir imprimiendo", lamentan desde el sector editorial.

Luna Rodríguez tiene 42 años y es madre de dos niños en Madrid. Cada agosto, negocia con los niños los objetivos del curso: "Al mayor, que tiene 12, solo le pido que esté atento y no se distraiga en clase a cambio de llevarle en verano a sitios como PortAventura", dice a este periódico. Con la niña, de nueve, es más específica: "Como sé que va a ser de las mejores de la clase, como siempre, lo que le pido es que cuide los libros".

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