Los camellos juegan a Pedro y el lobo para retener clientes: "Minaron Madrid de fentanilo"

La era de la información ha cambiado la forma que tenemos de comunicarnos, incluso a la hora de comprar droga. Atrás quedó el contacto visual en el parque o las visitas a los poblaos marginales: ahora, el camello es un contacto más de WhatsApp que te envía ofertas, te pide feedback sobre su producto y hasta te felicita las Navidades. En los últimos meses, uno de los mensajes más repetidos es de alerta: "Estoy avisando a mis mejores clientes: tengan mucho cuidado con lo que compran, este fin de semana minaron Madrid de fentanilo".

"Mi producto es más caro porque no lo corto con fentanilo como los demás".

"Te recomiendo que esperes hasta que vuelva a tener, están vendiendo fentanilo".

"Estos días ando fuera del negocio porque me han pasado algo cortado con mierda de esa, fentanilo, y lo he devuelto".

Los anteriores son mensajes textuales que han llegado a cocainómanos de Madrid, Barcelona y Valencia, generando una preocupación de la que solo se habla en petit comité. En determinados ambientes, hay pánico a generarse una nueva adicción, sin quererlo, más perjudicial para la salud que la propia cocaína.

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Lourdes Barragán

Hay motivos para la alarma. En Estados Unidos, el cóctel de cocaína y fentanilo ha disparado un 80% los datos de mortalidad por sobredosis. De estas muertes, una parte corresponde a personas que motu proprio mezclaron un estimulante y un opiáceo, lo que se conoce como speedball, pero ahora ha surgido una nueva categoría: los que, creyendo que tomaban solo cocaína, acabaron esnifando varios gramos de fentanilo, un opioide cincuenta veces más potente que la heroína y que, en el peor de los casos, puede resultar mortal.

La cocaína llega en estado puro desde Sudamérica. Es en los puntos de venta donde se mezcla (se corta) con distintos productos farmacéuticos, normalmente cafeína, analgésicos o anfetaminas, para ampliar su rentabilidad. En Estados Unidos se está utilizando fentanilo porque durante una década los facultativos lo han prescrito para tratar todo tipo de dolores, lo que ha llevado a que la sustancia se extienda por las calles. Sin embargo, este no es el caso de España, cuyo uso está prácticamente restringido al ámbito hospitalario.

Según un informe del Plan Nacional sobre Drogas de 2022, tan solo el 2% de los españoles ha tomado fentanilo al menos una vez en su vida y los decomisos por tráfico ilegal de esta sustancia durante 2021, último año del que se tienen datos, se limitó a 21 gramos.

En román paladino: es mucho fácil conseguir cocaína que fentanilo en España.

Sin registros... por ahora

¿Qué pruebas hay de que se esté cortando la cocaína con fentanilo en España? Autoridades sanitarias, policía y Guardia Civil coinciden en el diagnóstico: ninguna. En la misma línea opinan desde Energy Control, organismo de referencia en cuestión de uso de drogas: "Tenemos constancia de cero casos", dice Mireia Ventura, coordinadora de la sección de control de sustancias. "Podemos afirmar que no existen evidencias suficientes como para afirmar la llegada del fentanilo a los mercados de drogas en nuestro país. En otras palabras, ninguno de los indicadores disponibles avalan esta hipótesis", sostiene la entidad en un comunicado.

En este escenario, cabe pensar que los camellos españoles están valiéndose del cuento de Pedro y el lobo para generar miedo entre sus clientes y presentarse como los únicos garantes de la pureza del producto. A menudo añaden esta noticia a sus avisos como fuente de autoridad. Son las declaraciones de Paco Mena, histórico activista contra la droga del campo de Gibraltar, en las que asegura que "ya hay cocaína adulterándose con fentanilo".

No se ha registrado ningún caso de adulteración de la cocaína con fentanilo en España

Mena quiere matizar sus palabras para El Confidencial: "En nuestra fundación, tenemos a un grupo de consumidores, en torno a 20, a los que les hacemos controles de sustancias para saber qué están tomando. Se ha dado el caso de que cuatro de ellos han dado positivo por opiáceos y por cocaína, cuando solo admitían haber tomado esto último. Puede ser fentanilo, tramadol o cualquier otro derivado del opio, lo único que tenemos claro es que lo han tomado sin saberlo".

No obstante, Mena está convencido de que, antes o después, el fentanilo llegará a España: "Tenemos que estar muy atentos para dar la voz de alarma, porque los políticos no te lo van a decir por aquello de la alarma social. Ya le quitaron peso a la heroína en los ochenta y mira cómo acabó aquello. Desde aquí, les pido a las autoridades que estén atentas, porque el fentanilo tiene una capacidad de adicción nunca vista y generará estragos".