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Un menor muerto, cocaína rosa y un barrio sobresaltado en Getafe: "No ves venir este horror"
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Descartado el homicidio

Un menor muerto, cocaína rosa y un barrio sobresaltado en Getafe: "No ves venir este horror"

Un joven de 14 años, que había ingerido una fuerte dosis de 'tusi' disuelta en una bebida energética, murió al salir del metro en "un barrio tranquilo". No dan crédito y reconocen que no habían visto antes algo así

Foto: La estación de metro de Getafe donde encontraron al joven de 14 años el viernes por la noche. (L.B.)
La estación de metro de Getafe donde encontraron al joven de 14 años el viernes por la noche. (L.B.)

El norte de Getafe es un sitio tranquilo. "Aquí nunca pasa nada", confiesan Etelvina y Carmen, dos señoras que caminan risueñas por las calles del barrio de Los Espartales, en este municipio del sur de Madrid. Precisamente por eso venían comentando algo insólito, que las ha dejado sorprendidas y que ha sobresaltado a los vecinos. Un joven de 14 años murió el pasado viernes, junto a la estación de metro del mismo nombre, tras ingerir cocaína rosa disuelta en una bebida energética. Esta droga, también conocida como tusi, es una mezcla de sustancias como el éxtasis o la ketamina. Según exponen los expertos de la FAD (Fundación de Ayuda a la Drogadicción), se trata de "un químico que en jóvenes se encuentra de forma irrisoria". Nadie se lo cree aún.

El chaval, de alguna forma, tuvo acceso a ella y, según confirmaron fuentes policiales consultadas por El Confidencial, no hay indicios que hagan pensar que una tercera persona se la coló en la bebida sin su consentimiento. De esta forma, la hipótesis del homicidio queda descartada en principio y los investigadores trabajan con el escenario de que el menor la tomó motu proprio.

Las mismas fuentes indican, igualmente, que no consta en sus registros ninguna denuncia interpuesta por la familia del fallecido, al contrario de lo que apuntaron las primeras informaciones relativas al suceso, cuando en el aire flotaba la hipótesis de que unos chavales le habrían introducido las drogas en la bebida al menor. Esta versión ahondaba en la existencia incluso de un vídeo que habrían colgado en redes sociales esos otros adolescentes, a los que el fallecido habría conocido antes por Instagram y que habrían abandonado el lugar para luego grabarse y mofarse del chico, atribuyéndose la dosis de tusi que apareció en la bebida.

Este supuesto quedó completamente descartado por la Policía Nacional, para alivio del vecindario. "Menos mal, porque una escucha tantas historias de muchachas a las que les echan pastillas en la bebida... Hay que ir con cuidado", se despide Etelvina antes de continuar con su paseo de media tarde.

placeholder Etelvina y Carmen pasean juntas por un barrio de Getafe. A escasos metros del lugar en el que ha sido tomada la foto se encuentra el metro donde hallaron al menor fallecido. (L.B.)
Etelvina y Carmen pasean juntas por un barrio de Getafe. A escasos metros del lugar en el que ha sido tomada la foto se encuentra el metro donde hallaron al menor fallecido. (L.B.)

"Yo vi el cuerpo", confiesa otro joven que pasaba por allí, tras la marcha de las dos amigas. Se llama Raúl y le acompaña Carlos, que también es de la zona. Ambos tienen 21 años. Este chico cuenta que el viernes por la noche, alrededor de las 10, iba a entrar en la boca de metro de Los Espartales y reparó en la muchedumbre. Varias ambulancias —"creo haber visto más de tres"— y algunos coches de la Policía estaban ahí parados frente a los ojos atónitos de los paseantes, que se acercaban a ver o pedían auxilio. "Algunos lo intentaban reanimar y, cuando les miré, me pareció que aún tenían esperanzas", reconoce, a sabiendas de que finalmente no lograron el milagro.

Según el relato de Raúl, otros cinco o seis jóvenes rodeaban al cuerpo. Le parecieron sus amigos, aunque no lo tiene claro. "Al principio pensaba que había sido una pelea, pero la mayoría de la gente comentaba que podía haber sido un infarto". El joven admite que se quedó un rato para enterarse de lo que ocurría, instantes en los que asistió al despliegue de todo el dispositivo de emergencias: "Montaron una tienda de campaña improvisada y ahí siguieron intentando reanimarle". Antes de que la multitud se disipara, Raúl se marchó.

No es frecuente en jóvenes

La denominada cocaína rosa, que apareció en la bebida del joven fallecido y apunta a ser la clave de su muerte —a la Policía tampoco le consta que el chico tuviera algún problema de salud—, es una droga cada vez más común, aunque poco frecuente entre los más jóvenes. Ese es el contexto que explica Celia Prat, que trabaja con víctimas de este tipo de sustancias para la FAD. Añade que el tusi representa un claro perjuicio para la salud en todas sus formas y alerta sobre el hecho de que pueda provocar una muerte súbita al combinarse con otras mezclas (en este caso, bebida energética): "Depende mucho del grado de pureza". Es decir, si el químico contiene más o menos sustancias específicas.

Foto: Un alijo incautado de cocaína rosa o tusi, en una imagen de archivo. (Guardia Civil/Ministerio del Interior)

Con los datos que han trascendido hasta el momento, la experta reconoce que "es difícil" dilucidar "hasta qué nivel ha sido el punto de inflexión para este chico". No obstante, para Prat esta noticia "rompe un poco esa idea de que ya no tenemos problemas con las drogas", porque el consumo "es más frecuente de lo que se piensa". Entre los más jóvenes, suele venir asociado a un contexto de ocio, de fin de semana o de fiesta, aclara Prat. Al menos, más que en adultos. "No está todo controlado", concluye, rebatiendo así la principal premisa que ella denota a su alrededor.

"Es fundamental trabajar en edades tempranas, donde se es más vulnerable, a desarrollar un pensamiento crítico que les ayude a tomar decisiones más sanas respecto al consumo", y añade: "Terminan por sentir que no están cerca del grupo o que no alcanzan el nivel de diversión de los demás".

placeholder Sergio acepta dar su nombre aunque prefiere que no se le reconozca, ya que confiesa haber probado la cocaína rosa. (L.B.)
Sergio acepta dar su nombre aunque prefiere que no se le reconozca, ya que confiesa haber probado la cocaína rosa. (L.B.)

Aunque esta sustancia no es tan frecuente en jóvenes, por Getafe pasean otros chavales que sí la conocen de cerca. Uno de ellos es Sergio, de 19 años. Según Prat, la ínfima cifra que muestra el consumo de cocaína rosa en jóvenes se mide hasta la mayoría de edad, por lo que este chico queda por los pelos fuera de la estadística. Él sí reconoce haberla probado. "Y te digo una cosa: es muy cara como para que alguien se la haya echado en la bebida", reconocía el lunes a mediodía. Sin saberlo, deslizaba ya la misma hipótesis que luego dio por válida la Policía. Su efecto, cuenta, es similar al de la cocaína. Te despierta y acelera. Eso, sumado a que entre las sustancias que contiene está la cafeína, cree que pudo conducir a la catástrofe.

Que los chavales consuman esta droga no es nada habitual, pese al testimonio de Sergio, en esta zona de Getafe. Así lo sostiene, entre otros muchos vecinos, Jose Manuel, que pasea a sus perros al calor del sol. "Porros he visto tantos como imagines, sobre todo en las callejuelas", afirma señalando una de las vías que se salen de la avenida principal: "A veces me dan lástima. Muchos salen de las casas de apuestas".

En el barrio se observan varios salones de juego cerca de la avenida, algo que según este vecino "atrae a muchos jóvenes", que por ley tienen prohibido el acceso o el consumo en el interior. Él ha estado de viaje todo el fin de semana, así que se acaba de enterar. Constata que Getafe es un sitio "muy tranquilo" y rara vez había visto "semejante alboroto" en sus grupos de WhatsApp. Muestra en su teléfono el vídeo que recibió de un amigo del barrio, que esa noche grababa desde su ventana.

Aunque muchos conocen el caso o han sido testigos de alguna forma, nadie sabía con certeza quién era el joven o su familia, que residirían en la capital. Donde más información retienen es en el bar que está justo en frente de la estación de metro, en la que hallaron al muchacho y se concentraron las ambulancias. La camarera del local, que prefiere no dar su nombre, oyó algunas sirenas antes de las 10 de la noche, según recuerda. Fue entonces cuando los clientes comenzaron a salir o a comentar que había un chico tirado en el suelo. También allí "se habló de infarto" entre los primeros rumores.

placeholder Este es el bar más próximo al lugar de los hechos. (L.B.)
Este es el bar más próximo al lugar de los hechos. (L.B.)

Otra camarera que trabaja en un establecimiento cercano, y que cerró el local pasada la medianoche, afirma haber visto llegar a los servicios funerarios para recoger el cadáver: "Fue un contraste tremendo, porque el bar estaba a esa hora tan tranquilo que salir y encontrar semejante horror era algo que no te veías venir".

El norte de Getafe es un sitio tranquilo. "Aquí nunca pasa nada", confiesan Etelvina y Carmen, dos señoras que caminan risueñas por las calles del barrio de Los Espartales, en este municipio del sur de Madrid. Precisamente por eso venían comentando algo insólito, que las ha dejado sorprendidas y que ha sobresaltado a los vecinos. Un joven de 14 años murió el pasado viernes, junto a la estación de metro del mismo nombre, tras ingerir cocaína rosa disuelta en una bebida energética. Esta droga, también conocida como tusi, es una mezcla de sustancias como el éxtasis o la ketamina. Según exponen los expertos de la FAD (Fundación de Ayuda a la Drogadicción), se trata de "un químico que en jóvenes se encuentra de forma irrisoria". Nadie se lo cree aún.

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